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Guerra con Montoro hasta el final

Aguirre exige al ministro que aclare quién filtró su declaración de la Renta. Su equipo cree que en «72 días ha convencido y podrá ser alcaldesa»

La candidata del PP a la Alcaldía de Madrid, Esperanza Aguirre, ayer a su llegada a la Fiscalía General del Estado
La candidata del PP a la Alcaldía de Madrid, Esperanza Aguirre, ayer a su llegada a la Fiscalía General del Estadolarazon

La filtración de la declaración de la renta de Esperanza Aguirre ha dinamitado la recta final de su campaña electoral. El mejor ejemplo de ello se vivió ayer.

La filtración de la declaración de la renta de Esperanza Aguirre ha dinamitado la recta final de su campaña electoral. El mejor ejemplo de ello se vivió ayer. La candidata viajó a bordo del Teleférico de la capital acompañada del dramaturgo Albert Boadella en un acto programado para presentar sus compromisos en materia cultural, pero todo ello quedó relegado a un segundo plano. Preguntada por la polémica en torno a que se hayan hecho públicos sus datos fiscales de 2013, la presidenta del PP de Madrid evitó, como es habitual en ella, los paños calientes: «Ya está tardando el Ministerio de Hacienda en identificar a quien ha entrado en mi declaración». Aguirre recordó que la consulta de su declaración deja rastro, porque en el ordenador central se «accede con una clave» y, por tanto, se conoce «quién ha entrado, qué día y a qué hora». Y no desaprovechó la ocasión de lanzar otro dardo contra el departamento de Montoro al referirse a las informaciones que afirman que los funcionarios nunca han consultado sus datos: «Que no mientan, porque entre marzo y abril me pidieron aclaraciones sobre mi declaración y tuvieron que entrar, al menos, dos veces». Respecto a las insinuaciones que apuntan a que la filtración habría salido de su entorno, Aguirre las calificó de «insulto».

La jornada de campaña había comenzado horas antes para Aguirre. En una entrevista en Radio Nacional, la candidata había descartado «el fuego amigo» como el origen de la filtración y puesto el foco, aunque de forma velada, en las filas socialistas: «Sólo estoy insinuando que el candidato Antonio Miguel Carmona podría conocer que eso se iba a producir, porque lleva cuatro días exigiéndome que presente la declaración de 2013», subrayó.

En el equipo de la candidata popular, la sensación es que se ha intentado «reventar su campaña». Destacan también que supone un ataque a la intimidad sin precedentes, además de la declaración de la renta pone de relieve que ella no ha utilizado ninguna «puerta giratoria» para conseguir empleo en la empresa privada, que tras su dimisión como presidenta madrileña renunció a ingresar en el Consejo Consultivo autonómica y que, ahora, con su regreso a la primera línea percibirá un salario ostensiblemente menor. Muy en su estilo, Aguirre ha demostrado una vez más situarse al frente de las crisis para que éstas no la marquen la agenda mientras exige que se llegue hasta el fondo de la investigación aunque ello implique enfrentarse a algún compañero de partido.

Ya por la noche, con el mitin de cierre de campaña junto a Cifuentes y Rajoy, Aguirre cerró dos semanas trepidantes en las que, como aclaran en su equipo, se han buscado tres objetivos: visitar todos los distritos, trasladar una imagen de cercanía y abanderar los principios y valores –ha repetido insistentemente querer un Madrid «más libre, más próspero, más verde y con menos impuestos»– que siempre ha defendido y marcaron su gestión como presidenta regional. Un recorrido de dos semanas por la ciudad en el que ha habido mucho paseo por los barrios, muchas visitas a los mercados y en el que, como gran novedad, ha hecho un guiño a la televisión sentándose en un «chester» en la calle para escuchar las propuestas y también las quejas de los vecinos. La presencia de un periodista italiano entre la comitiva de medios que siguió su jornada de ayer ilustra otro de los hitos logrados por Aguirre frente a sus rivales: una gran presencia mediática internacional. No en vano, ha sido entrevistada por el «Wall Street Journal», la «BBC» y «Newsweek». La conclusión entre los más cercanos a Aguirre es clara: «En apenas 72 días ha logrado convencer a parte del electorado descontento y está en buena posición para ser alcaldesa tras el domingo». De momento, y como Aguirre deja pocas cosas al azar, ayer ya se subió a la cabina número 1 del Teleférico. Como ya hizo en esta campaña, en la barca número 1 del lago del Retiro. O como el día que pedaleó junto a Rajoy y a Cifuentes con el maillot amarillo de «lideresa» que el domingo buscará volver a enfundarse.