Bogotá

Álvaro Uribe: «Santos abre la vía del castrochavismo al pactar con las FARC»

«El mundo debe reconocer la democracia colombiana y no confundirla con las dictaduras que hubo en América Latina». «Santos no es querido por la base popular del país, un presidente que vive en la nube de lejana vanidad». «El presidente colombiano era el más crítico contra el régimen chavista y ahora es su cómplice de Maduro»

El ex presidente de Colombia y senador Álvaro Uribe
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Tras cuatro años alejado de un cargo político, el ex presidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010) volverá en junio a «las trincheras» del Congreso en su nuevo papel de senador tras ganar con dos millones de votos en las legislativas de marzo. Uribe confía en que el candidato del Centro Democrático –su nuevo partido fundado hace un año– le dispute la presidencia a Juan Manuel Santos el 25 de mayo. Si el hombre del uribismo, Óscar Iván Zuluaga, no pasa a la segunda vuelta de las presidenciales, Uribe se enfrentará al dilema de apoyar a Santos, su enemigo íntimo, o dar su bendición a Enrique Peñalosa, candidato de Alianza Verde. Uribe ya le respaldó cuando se presentó a alcalde de Bogotá hace años y podría volver a hacerlo si Peñalosa renunciara a temas espinosos como la legalización del aborto o el reconocimiento del matrimonio gay.

–Algunas encuestas ya dan perdedor a Santos en la segunda vuelta. ¿Hay una mayoría del pueblo colombiano desencantada con este Gobierno?

–La reelección de Santos sería un paso al castrochavismo, porque él firma a cualquier precio acuerdos con el terrorismo. La impunidad genera más violencia. La negociación de la agenda de país que está llevando a cabo genera desconfianza en la inversión y, por tanto, se dificulta la financiación de lo social. Santos no es querido por la base popular del país, un presidente que vive en la nube de lejana vanidad. Así que todo ese vacío lo puede llenar el castrochavismo y llegar al poder en el 2018. Santos pavimenta el camino del castrochavismo.

–Usted se sintió traicionado por Santos. ¿Cree que el candidato de su partido, Óscar Iván Zuluaga, podría hacer lo mismo si llega a presidente, apostando por continuar con el proceso de paz?

–Óscar Iván Zuluaga es un candidato firme, decente, que no sabe de trampas, con una ilusionante propuesta educativo, con un gran corazón social. Es una opción que daría motivos de tranquilidad y esperanza a muchas generaciones de colombianos. A diferencia de Santos, Óscar Iván no sabe de trampas.

–¿Y una diferencia con usted?

–Óscar Iván es firme y sereno, yo soy más explosivo.

–¿Llegó a imaginar que Santos abandonaría su posición respecto a cómo combatir a las FARC?

–Algunas personas que lo conocían hoy dicen que sí, pero la verdad es que yo soy muy confiado. Confiamos en que él le iba a cumplir a Colombia. El problema es que todo lo que prometió lo ha incumplido. Y el país se deteriora.

–¿Qué le critica al Gobierno de Santos además iniciar un proceso de paz con la guerrilla?

–El país ha perdido diez posiciones en las pruebas PISA de educación. Ha perdido 17 puestos en el ránking mundial de lucha contra la corrupción. Al final de nuestro Gobierno, el secuestro se había reducido un 90%. Ahora hay más secuestros que en 2010. En el último mes, Santos ha empezado a ver el efecto de haber manejado mal la buena herencia económica: las exportaciones se han reducido un 8%, se han perdido 12 posiciones en el índice social de desarrollo humano de Naciones Unidas y siete posiciones en el índice de competitividad del Banco Mundial. Además, el presidente Santos se ha inventado una nueva forma de financiación corrupta de la política a través de entregarle 1.500 millones de dólares, denominada «mermelada», a los políticos, para que corruptamente financiaran las campañas.

–¿Por qué Santos no puede intentar un proceso de paz, como intentaron otros presidentes?

–Santos le hizo trampa al país frente al terrorismo. A los terroristas no los llama terroristas sino actores políticos. Estaban arrinconados, y ahora les ha elevado a la calidad de voceros políticos. Santos le hace trampa a Colombia frente a la dictadura chavista. Santos era el más recio crítico del continente contra el chavismo y cuando llegó al poder se convirtió en el legitimador de esa tiranía. Ahora que esa tiranía derrama a Venezuela en sangre, el presidente Santos se convierte en cómplice, hasta el punto de que Maduro ha dicho que Santos le ha dado la mayor ayuda.

–¿América Latina ha sido tibia en su respuesta a la represión de las protestas del Gobierno venezolano?

–El difunto presidente Chávez incitó a la lucha de clases, al mejor estilo castrista. Produjo la quiebra de la empresa privada, y eso condujo a la ruina de los trabajadores. El año pasado, la inflación fue del 56% y el incremento salarial fue del 10%. Hoy las calles de Venezuela están inundadas de sangre, las tiendas están vacías por el desabastecimiento y las cárceles, llenándose de disidentes.

–¿Qué le falta a Colombia para ser una democracia avanzada?

–Lo ha sido. Lo que debe hacer el mundo es reconocerla y no confundirla con las dictaduras que hubo en América Latina, donde se legitimó a la insurgencia. Colombia ha tenido una democracia respetable, enfrentada por un terrorismo narcotraficante.

–¿Qué Gobierno ha sido más generoso con las víctimas, el de Santos o el de Uribe?

–El actual Gobierno se aprovecha de las víctimas y es cómplice con el terrorismo que permite que todos los días haya más. Y por esa vía no se va a dar la seguridad que Colombia necesita, cuyo principal efecto es el derecho a las víctimas a la no repetición de la violencia. Mi Gobierno fue el primer que introdujo la Ley de Justicia, Paz y Reparación, que permitía paz sin impunidad y exigía la reparación de las víctimas como condición para darle sentencias reducidas a los terroristas.

–¿Las FARC tienen la voluntad de pactar con el Gobierno?

–Ellos tienen la voluntad de imponer en Colombia un régimen castrochavista sobre la base del terrorismo narcotraficante. Siempre seguirán con las armas, lo han dicho. En estos cuatro años han recrudecido su capacidad criminal y han asumido una cínica voz política que no tenían. Yo estuve en contra del proceso del Caguán, pero el entonces presidente Pastrana actuó con buena fe. Él le ofreció eso a los colombianos y lo cumplió, pero las FARC lo estafó. Santos, en cambio, le ha hecho trampa al país, haciendo todo lo contrario de lo que ofreció.

–¿Las FARC participarán en esta campaña presidencial?

–Ya lo han hecho. Amenazaron a mis compañeros de acción política, han asesinado a activistas de nuestro partido y están obligando a votar por Santos porque saben que el camino que salva la llegada terrorista al poder es mantener al Gobierno de Santos.

–¿El pueblo colombiano está a favor de este proceso de paz con las FARC?

–Todo el mundo está a favor de la paz, pero las grandes mayorías colombianas desaprueban el manejo del Gobierno en este tema, y se expresan casi unánimemente en el rechazo a la impunidad.

–En el libro «El olvido que seremos», Héctor Abad Faciolince relata el asesinato de su padre y explica que usted se portó bien con su familia el día que lo mataron. A su padre también lo asesinaron las FARC. ¿Cómo le marcó políticamente?

–Dolor y visión de paz. Mi familia forma parte de ese 50% de las familias colombianas que ha sufrido la violencia. Al papá de Héctor Abad lo mataron cuando yo era un congresista muy joven. Ese mismo día asesinaron a uno de mis asesores. Y la voz mía fue la única en el Congreso en contra del paramilitarismo que los asesinó. El curso de la vida. Años después, cuando llegué a la presidencia, dirigí el Gobierno que desmontó a los paramilitares y debilitó las guerrillas.

–¿Partidos y políticos colombianos están siendo financiados por el narco en la actualidad?

–Colombia ha librado grandes batallas contra eso. Primero el Proceso 8.000 y después, durante mi Gobierno, fueron encarcelados parlamentarios elegidos antes de mi llegada al Gobierno por hechos anteriores a mi Gobierno. La Justicia colombiana está en deuda de adelantar el proceso contra lo que ha sido la «farcpolítica».