Política

Accidente de Germanwings

«Andy Tomate», obsesionado por los Alpes

Conocía la zona porque hizo prácticas de vuelo allí
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Sumado a los graves problemas que sufría desde hace años y a una inminente ruptura con su pareja sentimental, la situación personal de Andreas Lubitz pudo verse agravada por un posible episodio de «mobbing» en su entorno laboral en la compañía alemana Germanwings.

Aunque sus compañeros del club de vuelo –en el que ingresó cuando tenía 14 años– confiaron a la Prensa que Lubitz se encontraba muy satisfecho de su trabajo en Germanwings, las declaraciones de un amigo lo desmienten. «Tenía muchas ambiciones, pero se le consideraba un empleado de segunda división porque había sido auxiliar en la cabina de pasajeros», relató esta persona a un diario. Lubitz, que había tardado más tiempo en aprobar el curso de piloto, habría podido sufrir acoso en su entorno laboral, llegando a ser el blanco de las burlas de sus compañeros, quienes le apodaban «Andy Tomate». El mismo amigo, cuyo nombre no ha trascendido, contó también que el sueño de Andreas había sido volar a San Francisco –la misma ciudad donde el copiloto aparecía retratado en su cuenta de Facebook antes de ser ésta cancelada–. «Sin embargo, debido a su corta experiencia, sólo le permitían hacer rutas por Europa», añadió. Además, diversas especulaciones señalan que quizá acosado por la certeza de que no podría renovar su licencia de vuelo en junio de 2015 al descubrirse su historial médico, estaba destinado a perder su trabajo. Cada vez resulta más evidente que la gran obsesión de Lubitz era el mundo aéreo, los Airbus y el pilotaje.

Sin embargo, de nuevos testimonio se deduce que no sólo estaba obsesionado con volar, sino también con el lugar en el que chocó el avión, el cual parecía conocer como la palma de su mano.

Andreas Lubitz conocía la zona de los Alpes en la que estrelló al avión porque había frecuentado un club de vuelo sin motor cerca del lugar del accidente. Según un miembro de este club, el copiloto alemán habría estado allí con sus padres cuando era un niño. Francis Kefer, un miembro del club de la ciudad de Sisteron, dijo a la televisión i-Tele que la familia de Andreas Lubitz y otros miembros del club de vuelo sin motor de su ciudad natal, Montabaur (Alemania), viajaron a la región regularmente entre 1996 y 2003.

El lugar del accidente está a unos 50 kilómetros de distancia de la Aero-club de Sisteron.

La zona, con sus numerosos picos, valles y paisajes impresionantes, es popular entre los pilotos de planeadores.

En los momentos finales del vuelo de Germanwings, Lubitz sobrevoló los puntos cruciales para los planeadores de esa zona de los Alpes, de acuerdo con los pilotos de planeadores locales.

Otro miembro de su club aéreo, Dieter Wagner, manifestó que «Andreas participó en una de las prácticas que tenían lugar en los Alpes con mi sobrina, que era una buena amiga de él. Esta región le apasionaba, incluso le obsesionaba. Estoy seguro de que conocía el área del choque, porque ya lo había sobrevolado», relató. Otro integrante del club, un septuagenario llamado Ernest Müller, confirmó que Lubitz había participado al menos una o dos veces en las prácticas de vuelos en Sisteron (Alpes). Estas declaraciones plantean una nueva pregunta de la que los medios alemanes se hacen eco: ¿eligió Lubitz de antemano el lugar donde estrellar el avión?

Por otra parte, parece que en su entorno vecinal nunca se había escuchado nada que apuntara a que Lubitz pudiera ser inestable mentalmente y le definieron como un miembro respetable de la comunidad. Johannes Rossbach, vecino de 23 años, declaró: «Era muy educado. Nunca dio ningún problema. Si estaba enfermo o sufría depresión, yo nunca escuché nada al respecto». Andreas perteneció al club de vuelo sin motor LSC Westerwald, situado en su ciudad natal, Montabau. En la página web de la institución colgaron un lazo negro y un sentido texto en homenaje al joven piloto antes de conocer que él mismo había sido el causante de la tragedia.