«La dieta de la Zona es una evolución de la dieta Mediterránea»

Con el objetivo de prevenir la inflamación celular Barry Sears, Pte. de la Inflammation Research Foundation, creó hace más de 20 años la dieta de la Zona

-Según sus investigaciones, la inflamación celular es la responsable de muchas enfermedades crónicas: ¿cuáles?

-Las patologías asociadas a la inflamación incluyen la obesidad, diabetes, cardiopatías, cáncer, enfermedades neurológicas, enfermedades autoinmunes, asma, alergias... prácticamente toda enfermedad crónica tienen la inflamación aumentada como fuerza determinante. Cuando pensamos en inflamación pensamos en algo que está mal, pero no es así del todo porque la inflamación nos mantiene vivo; si no tuviéramos suficiente inflamación nuestro cuerpo no podría luchar contra los microbios y las lesiones físicas no se curarían. Pero si los niveles de inflamación son demasiado altos y no se desactivan el cuerpo comienza a atacarse a sí mismo.

-¿Por qué se produce la inflamación?

-Empieza en nuestros genes. Tenemos muchos sensores, que han ido evolucionando durante millones de años, que sienten la presencia de fragmentos bacterianos y de materiales dañados y, cuando los sensores en cada célula perciben que hay peligro alrededor, envían una señal dentro de la célula que es lo que inicia esta respuesta inflamatoria.

-¿Y cómo podemos evitar la inflamación?

-La forma más fácil es seguir una dieta antiinflamatoria ya que necesitamos algo de inflamación pero no demasiada: debemos mantener esa inflamación en una zona. Y una forma fácil de describir la dieta antiinflamatoria es la dieta de la Zona. La clave es no permitir que la inflamación suba tanto que se mantenga en una fase crónica. En nuestros genes tenemos hormonas que están diseñadas para desactivar la inflamación. Cuando ese trabajo está hecho se desactiva y vuelve a la zona.

-Como precursor de la llamada dieta de la Zona, ¿cuáles son sus claves?

-Tiene que ver con la palabra que la gente odia escuchar: equilibrio. Esa es la clave. Tenemos que tener un equilibrio entre proteínas e hidratos de carbono, los ácidos grasos omega 3 y omega 6. Nuestro objetivo es mantener ese equilibrio de la mejor forma posible de comida a comida a lo largo del día. Porque este equilibrio provoca respuestas hormonales que sólo duran cinco horas. La dieta Mediterránea y la de la Zona tienen muchas similitudes: ambas incluyen grandes cantidades de fruta y verdura, recomiendan pequeñas cantidades de proteínas de pollo y pescado y añadir una grasa monoinsaturada como el aceite de oliva. Parecen casi idénticas salvo la última parte: la dieta de la Zona recorta de forma drástica los cereales y los almidones y compensamos esta reducción comiendo aún más fruta y verdura. Este pequeño cambio tiene implicaciones hormonales importantes. La dieta de la Zona es, realmente una evolución de la Mediterránea.

-¿Qué alimentos recomienda y cuáles estarían contraindicados?

-La razón por la que recomiendo frutas y verduras es porque tienen muchos colores y la razón de los colores es porque contienen polifenoles que, a niveles terapéuticos, activan los genes que reducen los radicales libre en el cuerpo, los que reducen la inflamación y los que retardan el proceso de envejecimiento. Los fármacos no pueden hacerlo pero sí los polifenoles. Por eso, uno de los factores clave de la dieta de la Zona es que queremos tener la mayor cantidad de polifenoles que podamos. ¿Por qué los hidratos de carbono como el pan blanco, la pasta, el arroz o las patatas son blancas? Porque no tienen polifenoles.