Consumo

Queremos dietistas-nutricionistas en nuestro sistema público de salud

«La propia administración promueve el intrusismo sanitario y permite que se denomine ‘‘dietistas’’ a otros colectivos sanitarios»

Queremos dietistas-nutricionistas en nuestro sistema público de salud
Queremos dietistas-nutricionistas en nuestro sistema público de saludlarazon

«La propia administración promueve el intrusismo sanitario y permite que se denomine ‘‘dietistas’’ a otros colectivos sanitarios»

Con una búsqueda sencilla en Google, se percibe que alrededor del 80 por ciento de los dietistas que aparecen en internet son un fraude. Se trata de personas que piensan que por estudiar un curso on-line o un máster ya pueden ejercer una profesión sanitaria. En España, el dietista-nutricionista es el gran desconocido y el gran olvidado en la salud pública. La propia administración promueve inconscientemente el intrusismo sanitario, permitiendo que se denominen «dietistas» a otros colectivos sanitarios para que hagan nuestras funciones.

Esto, después de 13 años de Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, ya no tiene justificación. Un dietista-nutricionista no ofrece «dietas del cajón», no usa suplementos ni cápsulas, ni hierbas quemagrasas o aceleradores del metabolismo. Un dietista-nutricionista no elimina grupos de alimentos a menos que haya una intolerancia o alergia alimentaria o una prescripción concreta. No hace dietas restrictivas estrictas de muy pocas calorías, no propone dietas según el grupo sanguíneo de cada persona, no hace tests de intolerancias alimentarias para planes de pérdida de peso. El dietista nutricionista sólo atiende a sus pacientes basándose en la evidencia científica y de manera personalizada. Por todo ello, ha llegado el momento de que la administración reconozca nuestro papel creando puestos de trabajo específicos en la sanidad pública.

En la dieta española, y en particular en los menús escolares, hay demasiada presencia de proteínas de origen animal: carnes y pescados, y se debería introducir más proteína vegetal, en especial a través de las legumbres. 2016 ha sido el año internacional de las legumbres, propuesto por la FAO. Las recomendaciones generales en los menús escolares es de una ración de legumbres a la semana, mientras que basándonos en la evidencia científica los dietistas-nutricionistas recomendamos consumirlas cuatro veces a la semana. Los últimos estudios científicos evidencian que un consumo habitual de legumbres, es decir, cuatro veces a la semana, previene el cáncer de colon, las cardiopatías, la diabetes, la hipertensión arterial, el colesterol, etc, y de aquí esta sugerencia en los menús escolares. Las legumbres son ricas en proteínas de origen vegetal, fibra, no tienen colesterol ni grasas, son ricas en vitaminas del grupo B y minerales como el hierro, magnesio, potasio y fósforo.

Sin embargo, en los últimos 60 años el consumo de legumbres por persona y año ha disminuido de manera drástica; hemos pasado de entre 12 y 14 kilos de legumbres, a sólo 3 por persona y año. Y lo peor es que esas legumbres que son fuente de hidratos de carbono complejos, han sido sustituidos en nuestra dieta por hidratos de carbono refinados: arroz blanco, harinas blancas, azúcar blanco... Éstos además, son usados como base de casi todos los productos procesados, a los que se les añade grasas refinadas y se convierten en productos ultrarefinados, con un exceso de aditivos. Por todo ello, es preciso disminuir drásticamente la compra de productos procesados en nuestros hogares bollería, galletas, helados, precocinados, refrescos, zumos... Y sustituirlos por alimentos frescos y naturales, en su mayoría vegetales.

Por otra parte, volviendo la mirada a la actualidad más inmediata, el consejo general de dietistas-nutricionistas de España aplaude la reciente iniciativa del Gobierno de aumentar los impuestos a los refrescos, una bebida excesivamente presente en la vida de los más pequeños y los más jóvenes. Estas medidas además deberían ir acompañadas de campañas de educación alimentaria. Los objetivos actuales del consejo general de dietistas-nutricionistas se centran ahora en mejorar la formación de sus profesionales con el objetivo de prepararlos para los retos y necesidades que le plantea la sociedad. Cada vez más la población es consciente de la necesidad de estos profesionales en ámbitos muy diversos: atención primaria, centros educativos, asistencia hospitalaria, políticas de salud pública, etc y debemos estar preparados para dar una respuesta competente y adecuada.

Desde el inicio de su andadura, el Consejo General ha ido de la mano de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas, que ha sido la voz científica de nuestro colectivo en España. Pero este año 2016 hemos celebrado un acontecimiento muy importante que ha sido la reconversión de esta Fundación en la Academia Española de Nutrición y Dietética. Estas dos instituciones: consejo y academia, nos proponemos sensibilizar y concienciar a los profesionales para que sean líderes y promotores en la alimentación, una alimentación que queremos que sea no sólo saludable, sino también sostenible.

Cuando hablamos de alimentación sostenible nos referimos a un tipo de alimentación que debe reunir al menos tres características. La primera es que los alimentos sean de proximidad, es decir, los llamados de kilómetro cero para evitar transportes de miles de kilómetros. La segunda característica es que la alimentación se base en el consumo de productos de temporada, para evitar periodos largos de congelación y conservación. Y en tercer lugar, hay que frenar el incremento de la producción de alimentos de forma intensiva y disminuir el uso de productos químicos, fertilizantes y pesticidas, hay que promover una agricultura más respetuosa con el medio ambiente, con la tierra y con el agua.