Cáncer

Dos nuevos fármacos auguran una mayor supervivencia al cáncer de mama

Se pueden aplicar a pacientes recién diagnosticadas

La incorporación de dos nuevos fármacos, el palbociclib y el ribociclib, que podrían empezar a administrarse en uno o dos años en España a mujeres con cáncer de mama avanzado, augura unos resultados esperanzadores porque podría aumentar la supervivencia de las pacientes en varios meses.

El palbociclib es una pastilla que ofrece buena tolerancia, ya que se trata de un fármaco biológico antitumor muy específico y está indicado para mujeres que padecen cáncer de mama del tipo hormonosensible junto al tratamiento endocrino clásico, según ha explicado a Efe el jefe del Servicio de Oncología del Hospital Clínic de Barcelona, Aleix Prat.

Con ambos medicamentos «cada día nos acercamos más al objetivo de poder cronificar la enfermedad metastásica; mujeres cuya supervivencia era de dos o tres años ahora pueden llegar a entre cinco y diez años», ha señalado Prat.

A pesar de que los datos indican que el cáncer de mama se mantiene estable -se diagnostican alrededor de 25.000 nuevos casos anuales en España y 4.000 en Cataluña- los expertos recuerdan que es el tipo de cáncer más frecuente en mujeres y que provoca unas 6.000 muertes al año en España.

Sin embargo, ésta es una de las razones por las que no se baja la guardia en investigación, «al contrario, es una de las enfermedades sobre las que se llevan a cabo más estudios», ha puntualizado el oncólogo.

El doctor ha detallado que el cáncer de mama ya no es sólo una enfermedad, sino cuatro; la de carácter hormonosensible, que se subdivide en 2 grandes grupos, Luminal A y B, y afecta a un 70 por ciento de las mujeres.

Este grupo responde a los tratamientos clásicos hormonales y de quimioterapia, y su sensibilidad depende de si el tumor es Luminal A, más quimioresistente, o Luminal B, quimiosensible.

El tercer grupo es el de los tumores HER2 positivos, que afectan a un 15 por ciento de las enfermas, un tipo de cáncer muy agresivo con mal pronóstico por lo general y que eran tratadas básicamente con quimioterapia.

En este caso, desde hace ya años existen unos fármacos, anticuerpos, es decir, muy poco tóxicos, que intentan combatir esta proteína, la HER2, y cuya eficacia en combinación es «espectacular».

«Con estos medicamentos novedosos intentamos no solo prolongar la supervivencia en mujeres con metástasis, sino también administrarlos a pacientes recién diagnosticadas porque el objetivo entonces es curar», ha dicho el oncólogo, aunque ha recordado que los estudios están en marcha y se esperan obtener resultados pronto».

El cuarto grupo corresponde a las afectadas por el triple negativo, «un cajón de sastre en el que cabe de todo», que no depende de hormonas femeninas, tremendamente agresivo y en el que, además de la quimioterapia, parece que la inmunoterapia, con una serie de fármacos utilizados en otros tipos de cánceres, como el de pulmón o melanoma, podría resultar eficaz en un subgrupo, pero igualmente, el proceso está en estudio.

Otro subgrupo de triple negativo depende de los andrógenos, es decir, de las hormonas masculinas y cuyo tratamiento podría ser el mismo que para el cáncer de próstata.

«Empezamos a tener datos esperanzadores en este subgrupo de tumores triple negativos», ha advertido Aleix Prat.

El doctor Prat ha explicado también que otra novedad es la biopsia líquida, que originalmente se utilizaba para conocer el sexo del feto en mujeres embarazas, ya que un 10 por ciento del ADN fetal está en la sangre materna.

Esto implica que con técnicas de secuenciación en pacientes oncológicos con enfermedad avanzada se puede determinar a través de una porción escasa del ADN del tumor la evolución de la enfermedad a través de una analítica y saber si ésta se está haciendo resistente para variar el tratamiento si la situación lo requiere.

«El cáncer de mama se está considerando a nivel biológico y lo que se observa es que la situación es muy compleja. Por ejemplo, existen mutaciones que afectan sólo a un 2 % de las enfermas, y para demostrar que un fármaco es eficaz en este subgrupo, deberemos hacer estudios a través de consorcios internacionales», ha dicho Prat.

«De todas formas, hoy en día menos de un 10 % de las pacientes metastásicas acceden a estudio clínicos. Por lo tanto, creo que habrá que cambiar la forma de acceder a estas pacientes potenciando su participación y conocimiento», ha concluido el facultativo.