Pacientes

«La endometriosis es una patología compleja y no es igual en todas las pacientes»

Cristina Redondo
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La endometriosis es un problema que afecta a la población femenina en edad fértil. ¿Cuáles son las cifras de prevalencia?

-Hasta el 10% de mujeres en edad fértil la padecen. Entre las mujeres con problemas de fertilidad, llega al 30%. Está 10 veces más presente en ellas que en el resto de la población. Es muy común, aún no completamente conocida y, muchas veces, poco comprendida.

-¿Cómo afecta a la fertilidad?

-Esta es una enfermedad inflamatoria crónica. Existen varios mecanismos: la distorsión de la anatomía pélvica, adherencias que ocluyen las trompas, quistes endometriósicos ováricos.... Otros factores menos evidentes son la posibilidad de que el dolor imposibilite las relaciones, así como el potencial daño al ovario por cirugías previas.

-¿Hasta qué punto resulta cierto que hay un infradiagnóstico hoy día?

-Totalmente cierto. Por diversas razones: es una enfermedad compleja, no se presenta igual en todos los casos, y no siempre hay una correlación exacta entre las pruebas de imagen y los síntomas clínicos. Frecuentemente encontramos mujeres que llevan años padeciendo dolores muy fuertes. Quizá ya hayan consultado a su médico, una o muchas veces, sin dar con un diagnóstico y tratamiento adecuados. Explicar este segundo punto es más complicado. ¿Cómo es posible que una enfermedad tan frecuente, tan dolorosa y con diversas secuelas sea tantas veces ignorada, mal enfocada e incorrectamente tratada? El científico alemán von Goethe decía: «sólo vemos lo que conocemos». Esta idea es aplicable a la endometriosis: ha sido históricamente una enfermedad que no se buscaba ni sospechaba, por desconocimiento de los médicos. A esto se suman elementos socioculturales: la menstruación y la vida sexual femenina son temas poco hablados. Se transmite a médicos y pacientes que «la regla duele». Los problemas de fertilidad ocasionalmente son una fuente de vergüenza para las parejas afectadas. No se habla suficiente de la salud sexual femenina. En demasiadas ocasiones las pacientes pasan años de un especialista a otro, son remitidas al psiquiatra en busca de un origen psicológico del dolor, y pierden años de calidad de vida por una enfermedad benigna. Complicada, sí, pero tratable.

-¿Cuáles son los síntomas de sospecha que han de conducir a la consulta?

-Se presenta en muchas modalidades. A veces es asintomática y no da ningún problema. El síntoma que suele traer a las pacientes a la consulta es el dolor. Durante las menstruaciones, al tener relaciones sexuales, ocasionalmente al defecar o al orinar. Estamos hablando de un dolor que puede llegar a postrar e impedir la vida. Muchas veces, además, sintiéndose incomprendidas por su entorno. Cuando la enfermedad es severa, pueden aparecer síntomas digestivos: hinchazón abdominal, diarreas alternadas con estreñimiento, sangre en las heces... En pocos casos, el primer síntoma es una complicación de la enfermedad.

-¿Cómo es su diagnóstico y terapéutica?

-Para el diagnóstico tiene una importancia clave lo que «cuenta» la paciente. Sus síntomas, el dolor, su intensidad y las características del mismo. La mejor manera de diagnosticar correctamente es escucharlas e interrogarlas cuidadosamente. Pueden necesitarse pruebas de imagen, como la ecografía pélvica, una prueba sencilla e indolora, al alcance de los ginecólogos. Algunas pacientes se benefician de otros estudios, como la resonancia magnética, para evaluar la extensión de la enfermedad y planificar la cirugía. Es recomendable evaluar la reserva ovárica, porque tanto la enfermedad como la cirugía pueden tener un efecto negativo sobre las posibilidades de embarazo y el riesgo de menopausia precoz. Respecto a la terapéutica, existen los tratamientos médicos y quirúrgicos. Las pacientes con infertilidad causada por la endometriosis se pueden beneficiar de un tratamiento de reproducción asistida sin necesidad de ninguna terapia previa. Entre los tratamientos médicos, lo habitual es usar anticonceptivos orales para controlar el dolor.

-¿Cuándo es necesaria la cirugía?

-Para tratar el dolor cuando no responde al tratamiento médico, o cuando existe afectación peligrosa de otros órganos. Ocasionalmente, puede servir para favorecer el embarazo. La cirugía puede acarrear complicaciones, ya que es típica una distorsión anatómica que dificulta el abordaje quirúrgico. Es imprescindible que sean operadas por un equipo entrenado y especializado. Estamos tratando a mujeres que sufren una enfermedad benigna: la intervención debe ser agresiva con la enfermedad, pero conservadora con la función. Es mandatorio actuar de manera individualizada, para que el beneficio sea el máximo.

-¿Qué recomendaría a las pacientes que sospechen que padecen endometriosis?

-Primero, que se informen al máximo y sean conscientes de que la enfermedad es compleja, pero benigna: tiene solución. En segundo lugar, que pidan más de una opinión si es necesario. Que busquen profesionales expertos y no se conformen con la perspectiva de un dolor sin arreglo.