Patrimonio

Apadrinar una roca para convertirse en vigilante del patrimonio geológico

Parque Natural del Cabo de Gata (Almería)
Parque Natural del Cabo de Gata (Almería)larazon

¿Es de los que cuando disfruta de un viaje le sorprenden las rocas y los paisajes que descubre? ¿Quiere saber qué esconden las piedras? ¿Qué le parecería convertirse en el padrino o la madrina de parte de la historia geológica de España? Con esta simpática presentación, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) anima a apuntarse a un programa de voluntariado que «busca la conservación y seguimiento del patrimonio geológico español.

El IGME quiere que conozca los espacios donde la geología brilla con luz propia y que, por su valor científico, didáctico, divulgativo o turístico forman parte de ese catálogo que componen los Lugares de Interés Geológico (LIG). Una forma de integrar la gran comunidad de vigilantes de las rocas, siempre atentos a que la belleza de cada paisaje siga como la recordábamos», explican desde la institución

Apadrinar una roca es gratuito. Sólo se pide «cuidar y vigilar. Si aceptas ser padrino o madrina de una roca, adquirirás un compromiso mínimo con el LIG que hayas elegido, que sin embargo ayudará enormemente a su conservación», explican en su web.

La idea original fue puesta en marcha a finales del año 2011 por la Asociación Geología de Segovia y desde hace unas semanas se ha hecho extensiva, a todos los Lugares de Interés Geológico del país. Constituye un apadrinamiento testimonial para demostrar el compromiso particular con el medio ambiente, aunque en realidad participando en él «te convertirás en nuestros ojos para vigilar que ese lugar geológico que tanto te gusta, permanezca intacto», explican.

Para darse de alta lo único necesario es buscar y seleccionar en el mapa de LIG el lugar que se desea proteger. Una vez rellenado el formulario de registro, se adquiere un compromiso mínimo de visitar al menos una vez al año, el lugar o lugares de interés geológico que se apadrinen.

Entre el 1 de octubre y el 30 de noviembre de cada año el IGME preguntará a los padrinos su opinión sobre el estado de conservación y condiciones de observación. Éstos deberán informar de cualquier actuación o amenaza que pueda significar el deterioro o desaparición del lugar escogido; comunicando si se han producido agresiones, expolio de minerales o fósiles, mientras que recibirán asesoramiento e información sobre cursos y encuentros de intercambio de experiencias.