Gastronomía

Café reciclado: usos para darle nueva vida a los posos

Una de las materias primas más preciadas de la cocina conquista espacio en la economía circular. El residuo se transforma en pantalón vaquero, ropa resistente al agua y a los rayos ultravioletas o pilas que sustituyendo al grafito extraen la energía del fondo de las tazas

Café reciclado: usos para darle nueva vida a los posos
Café reciclado: usos para darle nueva vida a los pososlarazon

Una de las materias primas más preciadas de la cocina conquista espacio en la economía circular.

La Organización Mundial del Café, ente que aglutina a los principales países productores, calcula que en 2014 y 2015 se produjeron 143.25 millones de sacos de 60 kg de café a nivel mundial. «Por una variedad de problemas, incluyendo la sequía en Brasil y la roya en Centro América, se ha verificado una reducción del 2.3 por ciento en la producción comparado con el año cafetalero 2013/14. Sin embargo, el consumo mundial del café sigue creciendo. En 2014 y 2015 se consumieron 149 millones de sacos de 60 kg de café; es decir, se está verificando un crecimiento en el consumo del café de 2.2 por ciento por año desde el 2011 y se espera que siga creciendo en mercados «tradicionales» (Canadá, Europa, Japón, Noruega, Suiza, EE UU). El mayor potencial, sin embargo, está en mercados emergentes como Algeria, Australia, Rusia, Corea del Sur o Turquía, y países productores , como Brasil, número dos en la lista de mayor consumo», explica el portavoz de la organización.

El café no es sólo un bien de consumo arraigadísimo en la cultura (se calcula que el consumo diario medio de café es de 3,1 tazas) sino que tiene un gran potencial para ser reciclado en usos de lo más variopintos. En países como Burkina Faso reciclar el café es algo tan normal como necesario. De hecho, los vendedores callejeros de café utilizan exclusivamente los posos que adquieren de los bares. Un segundo uso del que se obtiene una bebida clarita y algo aguada pero imprescindible por el alto precio del grano. Otros usuarios afirman que es un buen complemento para el baño de las mascotas porque evita la aparición de pulgas y garrapatas. Sin embargo, esconde otras muchas posibilidades.

Menos lavados

La marca de ropa americana American Eagle acaba de sacar su colección de pantalones vaqueros hechos con posos de café reciclado. Los modelos Denim X Café, que cuestan alrededor de 50 euros, han contado con algunos padrinos de excepción. varios artistas, entre ellos Hilary Duff han posado en Instagram con sus flamantes prendas. Sin embargo, no hace falta irse tan lejos para encontrar ropa hecha con café reciclado. La empresa madrileña Ecoalf utiliza los posos de café para elaborar prendas resistentes al agua. El proceso de elaboración de las prendas es el siguiente: primero, los posos se recogen en un cadena de cafeterías. Como el polvo usado está todavía húmedo, primero se procede a su secado. Se extrae el aceite y el fondo del café se muele hasta que queda convertido en polvo. Luego se transforma en gránulos que salen de su mezclado con polímeros de poliéster reciclado. Y, por último, se crea el hilo. «La cadena está en Taiwán y el reciclador también. Donde reciclamos producimos para no estar viajando con el residuo, tejido, etc. El café se mezcla con chips de botellas de plástico. Esta operación la realiza el hilador», explican los portavoces de la empresa. Con este hilo se confeccionan las prendas.

La empresa calcula que por 20 tazas de café se obtiene un metro de tejido. Las telas resultantes son suaves, ligeras, flexibles y transpirables, además «el café tiene propiedades innatas como control de olor, protección de rayos ultravioletas –los refleja– y secado rápido, así que de cara a utilizarlo en prendas exteriores es muy conveniente», continúan desde Ecoalf. En el caso de los vaqueros, American Eagle utiliza 2,2 5 gramos para elaborar un par.

Un total de 33 hectáreas de cultivo del arroz del Delta del Ebro crecen gracias a un abono especial hecho a base de café. Una iniciativa que comenzó en 2011 Nestlé Nespresso y que sólo en 2014 produjo cien toneladas de arroz que se donaron íntegramente a la Federación Española de Bancos de Alimentos. La marca calcula que la iniciativa del arroz solidario beneficia a más de un millón de personas en España.

También es posible cultivar en casa aprovechando las buenas propiedades del café como fertilizante. La empresa Funghibox vende on-line un kit de cultivo por tan sólo 15 euros. (www.funghibox.it). Se trata de un pequeño recipiente en el que se ha introducido café ya usado y las esporas de la variedad champiñón ostra. La empresa que los fabrica recupera de los bares de la zona hasta cinco toneladas de café al año. Una vez recogido, el café se limpia y se pasteuriza; gracias a este tratamiento se elimina parte de los componentes químicos, aquellos que no sirven. Una vez enfriado e introducido en una bolsa, se incluyen las esporas. Todo ello pasa por una incubadora durante un periodo en el que el café se transforma en tierra, «las setas tienen capacidad para romper las moléculas del café, por eso la seta no sabe a café ni tiene excitantes», explican desde la empresa.

Energía

La empresa inglesa Biobean ha puesto en funcionamiento una fábrica de 20.000 m2 destinada a reciclar los posos del café y destinarlos a producir energía. Su intención es transformar hasta 50.000 toneladas del café de la ciudad de Londres en pellets para su posterior quemado o en biodiésel de segunda generación, es decir, que no necesita terreno destinado al cultivo. Según sus creadores, el café tiene 50 veces más capacidad energética que los tradicionales pellets de madera y un potencial de ahorro de hasta 5.000 toneladas de CO2 en emisiones. Del proceso de fabricación no han desvelado mucho porque es confidencial por el momento. Lo que sí se sabe es el destino del café de los ciudadanos que deciden tomarse un refrigerio por las estaciones de Victoria y Waterloo desde este verano.

Nanotecnología

Un grupo de investigadores de la Universidad coreana de Pohang publicaba recientemente un estudio en el que sostenía que el polvo del café puede ser un buen aliado para acabar con el metano, un gas que, aunque menos abundante, también contribuye al calentamiento global. Lo que han hecho ha sido calentar el polvo de café y mezclarlo con hidróxido de sodio. Gracias a esta mezcla obtuvieron carbón activo, capaz de atrapar dicho metano. El carbón activo es el mismo que utilizan las plantillas de los zapatos para absorber el olor sin ir más lejos. «El carbón activo se puede conseguir a partir de muchos materiales orgánicos. Por ejemplo, hay trabajos que proponen usar corteza de coco», explica José Manuel Barat, director del departamento de Tecnología de los Alimentos de la Universidad Politécnica de Valencia. Uno de sus investigadores, Christian Kemp, admite que tuvo la idea mientras degustaba una taza de café calentito. Lo cierto es que el café tiene una ventaja y es que al estar molido ya tiene la dimensión adecuada. «El café es muy poroso y tiene mucha capacidad de absorción, porque retiene sobre la superficie; al estar molido se consigue mucha superficie en el mismo peso. Así que se necesita menos que respecto a otro material como la cáscara del coco», detalla Barat. En este sentido puede utilizarse también para la depuración de aguas contaminadas y, como dicen los autores del estudio, almacenar hidrógeno. Otro estudio de la Universidad de Seúl propone el café como material conductor, en sustitución de los electrodos de grafito actuales. Y eso porque el café contiene carbono. Es decir, que cualquier material que contenga carbono es interesante para la transmisión. Lo es el grafeno, con el que se está investigando, pero también la cáscara de almendra o el café como demuestra el estudio.

Lo interesante de todos estos usos es que dan una salida a lo que de otra forma sólo sería sólo un residuo; uno que ocupa nada menos que 149 millones de sacos.

Mobiliario urbano hecho con cápsulas

La compañía Nestle cuenta desde el año 2011 con un sistema de recogida de cápsulas monodosis, tanto para la marca Nescafé Dolce Gusto como para Nespresso. Actualmente cuenta con 940 puntos de recogida dispersos por toda la península. Las cápsulas que se recogen entre 8 y 10 veces al año terminan en dos plantas de reciclado, en Barcelona y Girona. Las propias de la marca Nescafé se integran en un proceso de creación de mobiliario urbano, como el que se ve en la imagen. El proceso es el siguiente: Se separa la parte metálica y se calienta hasta que alcanza los 200 grados. A esa temperatura se transforma en una pasta moldeable con la que crear bancos, por ejemplo. La sede de Nestlé en Espugles de Llobregat o el Monasterio del Poblet cuentan con estos bancos reciclados

Cultivos de arroz

Desde 2011, el Delta del Ebro cuenta con 33 hectáreas de cultivo de arroz fertilizado gracias al café. Sólo en 2014 se produjeron cien toneladas de este alimento que fueron a parar al Banco de Alimentos. Una ayuda para más de un millón de personas necesitadas

Pellets y biodiésel

Desde verano, las estaciones londinenses de Waterloo y Victoria reciclan los posos del café que consumen los ciudadanos. Dichos residuos terminan en una fábrica que los transforma en pellets de biomasa para calor o biodiésel como combustible de segunda generación

Ropa de abrigo

La marca American Eagle acaba de lanzar su colección de jeans hechos de café. La española Ecoalf propone en su catálogo prendas de abrigo resistentes a los rayos del sol y al agua, que además se secan más rápidamente y, según la marca americana, necesitan menos lavados

Baterías más duraderas

Se está experimentando el uso del polvo de café para capturar metano e hidrógeno e incluso hacer baterías con mejores prestaciones. El secreto es la alta porosidad del café y que contiene carbono, lo que lo convierte en un buen absorbente y conductor eléctrico.

Plantar setas en casa

Funghibox es un contenedor con tierra de café y esporas de champiñón óstrica preparado para cultivar en casa. Óptimo para climas con temperaturas de entre 5-10 grados hasta 25. La empresa garantiza una producción mínima de 800 gr, aunque afirma que pueden crecer durante todo el año cada 10 días