«Todos los plásticos de un sólo uso se tienen que convertir en biodegradables»

La química es la ciencia frontera porque está en todas partes, desde el ámbito de la energía y el agua al transporte. El sector químico ha celebrado su congreso mundial buscando cómo contribuir a los Objetivos del Desarrollo Sostenible

-¿Qué peso tiene el sector químico en la economía?

-Es la segunda mayor exportadora por detrás de la industria del automóvil y ahora mismo genera 190.000 empleos fijos. Además, de media generamos ingresos al Estado de hasta cuatro veces más por cada empleo.

-Y todo indica que seguirá creciendo; un 5,7% en 2017...

-Si no hay química ¿qué otra cosa tenemos para construir? Tenemos palos, piedras y luego, química. Al final todo depende de los químicos y de lo que ellos sean capaces de desarrollar, por eso se celebra el Congreso Mundial de Ingeniería Química para ver los desarrollos y procesos más sostenibles.

-¿Y cómo se proponen hacer frente a 17 ODS a la vez y desde sectores tan diferentes?

-Tenemos dos bloques de trabajo; el mundo y la vida. El primero es cómo hacer que el mundo tenga más energía eficiente, agua y alimentos para el incremento de la población y luego tenemos la vida, que las personas tengan más salud, haya tecnologías que le ayuden a moverse o que la construcción sea eficiente. Esas áreas ocupan casi todos los ODS, pero es verdad que quizá se va a trabajar más en soluciones para el agua y energía.

-¿Qué sectores clave para el futuro sostenible dependen de la química?

- Si piensas en renovables, todas dependen de nuestro sector. En fotovoltaica, nosotros somos los que generamos las células. En termosolar, los que fabricamos los fluidos que aguantan grandes temperaturas y convierten la luz solar en energía. Incluso la eólica: la química está en todas las partes de los aerogeneradores. En el caso del agua, estamos presentes en el proceso de descontaminación y también desarrollamos productos como los marcadores biológicos para detectar digitalmente qué necesitas echar de cada producto para que sea potable. Desarrollamos también las membranas de las desaladores y las hacemos eficientes, es decir, que no consuman mucha energía al separar las sales del agua. También en alimentación. Actualmente si no hubiera productos químicos vinculados a la agricultura perderíamos el 90% de los cultivos. Se necesitan fertilizantes y fitosanitarios para multiplicar el rendimiento porque si no los usas estás dando de comer a los insectos, a los hongos o a cualquier organismo que invada los cultivos. Y no sólo producimos alimentos también los tenemos que transportar en cadenas de frío y eso depende de la química. También tenemos los aditivos. Ahora mismo hay una empresa española que investiga como introducir hierro microencapsulado en los alimentos, porque la anemia afecta al 30% de la población del mundo.

-¿Cuál es la gran apuesta del sector en relación a los ODS?

-Una de las primeras grandes líneas que va a seguir la industria europea y española es la de la economía circular; meter en la cadena de la economía productos que a su vez sean biodegradables y puedan volver a la cadena de valor. La segunda es la descarbonización. En el caso de la energía se trata de dejar de emitir en los proceso y usar renovables. En un futuro no habrá ni un sólo proceso de planta química que genere CO2. Se capturará y se reutilizará; todas las empresas están trabajando para producir materiales a partir de carbono. Por último, con el almacenamiento de energía necesitaremos producir poca electricidad.

-¿En qué se trabaja en economía circular?

-En desarrollar plástico 100% biodegradable para evitar que el plástico de un sólo uso que acaba en el mar se quede ahí de forma permanente. Ahora mismo no hay muchos biopolímeros pero es una de las áreas que más va a crecer por el aumento de la demanda. Al final todos los plásticos de un sólo uso se tienen que convertir en biodegradables. El problema ahora mismo es si hay materias prima, porque se puede hacer de caña de azúcar, de trigo, de compost, de biomasa, pero no vamos a tener cultivos para esto. Hay que tener cuidado con cultivar para producir otras cosas que no son alimentos porque se pierde biodiversidad.

-¿Qué otros sectores experimentarán crecimiento?

-Todo el campo de digitalización, la medicina y el grafeno en la construcción. Será fundamental porque tiene 50 veces más resistencia que el acero y es 200 veces más ligero. Lo difícil será que consigamos producirlo industrialmente y que tenga la estructura y la resistencia del acero.

-Cada vez hay más materiales nuevos... el grafeno, las perovskitas, ¿qué otros descubrimientos trae el futuro?

-Químicamente estamos descubriendo cada día átomos y moléculas individuales y nuevos compuestos de moléculas con otros sistemas de moléculas, lo que hace que sean infinitas las posibilidades. Con todos los métodos de investigación modernos y bien robotizados podemos hacer muchas combinaciones. Es más fácil hacer productos que a veces saber para qué sirven. Al final se trabaja para mejorarlos, hacerlos más sostenibles y mejorar la calidad de vida. Cuando empecé la química no conocía los productos, qué hacía el sector y me dijeron si no existiera la química tu esperanza de vida en Europa sería de 40 años. No habría medicamentos, no habría agua potable, no habría alimentos suficientes para todos, no habría ropa ni coches. Todo está hecho de química. Todos los avances tienen que ver con ella.

-¿Cuál es la posición del sector respecto a la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética?

-Que hagamos lo que hagamos no crezca el precio de la energía porque si acaba siendo más cara, no hará industria nadie. Además, hay que tener en cuenta los niveles de pobreza energética. Todo lo que se haga tiene que ir acompañado de reducir el coste eléctrico. Hay que ir poco a poco, pasar por un periodo de adaptación para que no crezca el precio eléctrico y que no acabe todo en subvenciones por tecnologías. Tenemos suficientes tecnologías en todas las áreas para que no haya que primar especialmente ninguna.

PERFIL

Es, desde 2014, director general de Feique, un cargo que corona su anterior trayectoria profesional como responsable de los departamentos de relaciones Institucionales, Comunicación y Responsabilidad Social Empresarial.

Es licenciado en Ciencias de la Información, ha cursado el Programa de Dirección General del IESE Business School y también postgraduado en Instituciones Comunitarias.