Enfermedades

Escucha a tu cuerpo

Un mismo síntoma puede tener un sinfín de enfermedades asociadas y de muy diversa gravedad.

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No hay que obsesionarse pero sí observarse y acudir siempre al médico ante ciertas señales. Los factores de riesgo son vitales para determinar una dolencia y también la exploración porque, según el paciente y sus miedos, el relato cambia. La historia clínica es básica.

“ME DUELE EL PECHO Y SIENTO UN MALESTAR...”

Este síntoma está asociado a distintas causas, muchas inofensivas; otras, serias. Puede ocasionarse por problemas cardiovasculares: angina o ataque cardíaco, entre otros; pulmonares: embolia o neumonía; psicológicos: gran ansiedad; o fallos del aparato digestivo con cálculos biliares o acidez gástrica. Si se hay factores de riesgo como hipertensión, colesterol alto, tabaco, obesidad, sedentarismo y edad avanzada, puede que se deba a un ataque cardiaco.

¿QUÉ SUCEDE? Según la Fundación Española del Corazón, el infarto de miocardio sigue este proceso: las arterias coronarias se estrechan, el oxígeno no llega al miocardio y éste no puede producir energía para moverse. Las células del tejido no reciben sangre y mueren.

¿CÓMO ME AVISA MI CUERPO? Con un dolor como un peso en la zona del esternón que no varía ni con la respiración ni con movimientos. Intenso e irradiado hacia la mandíbula, cuello, espalda, brazo izquierdo. El dolor puede ser frío, estar en la parte alta del abdomen, mareos, dificultad para respirar, ganas de vomitar y pérdida de conocimiento.

“TENGO UN DOLOR DE CABEZA FUERTE, HA SIDO DE REPENTE”

El dolor de cabeza arrastra más de un millar de causas: un resfriado, un traumatismo, hipertensión, estrés, una migraña o una reacción adversa, entre otras. Pero si es muy fuerte y súbito, conviene encender las alertas. Podría tratarse de un ictus.

¿QUÉ ME OCURRE? El ictus es la principal causa de discapacidad y la segunda de muerte en España. Básicamente existen dos tipos: el ictus hemorrágico y el ictus isquémico. “Los accidentes isquémicos transitorios afectan a zonas muy pequeñas del cerebro. Pueden no dejar secuelas pero como pueden repetirse conviene vigilar al paciente”, dice la doctora Sandra Gurruchaga, médico del Consultorio de la Estación, en Coslada (Madrid).

LOS AVISOS La Sociedad Española de Neurología (SEN) remarca la pérdida de fuerza de un lado de la cara, brazo o pierna, de manera brusca. La boca cae hacia un lado. También la pérdida súbita de visión, parcial o total, en los ojos. Además, la alteración repentina del habla (dificultades para expresarse), el dolor de cabeza súbito y muy intenso y el vértigo son otras de las señales que destaca la SEN.

“TENGO UNAS GANAS CONSTANTES DE ORINAR”

La vejiga neurógena y la infección urinaria están asociados a las ganas constantes de orinar. Pero vas al baño y echas dos gotas. “Digamos que tienes irritado el impulso, y entonces vas cada hora”, explica Noemí González, endocrina de la Unidad de Diabetes del Hospital Universitario La Paz de Madrid. Si el pis es abundante y tienes mucha sed, podría tratarse de una diabetes, comenta la especialista.

¿QUÉ ME PASA? Existen dos tipos: la diabetes insípida, propia de los niños, aparece por falta de la hormona que se encarga de concentrar la orina, la hormona antidiurética; la diabetes mellitus se diagnostica cuando hay mucha glucosa. La glucosa arrastra el agua, por eso la excesiva micción. “Hay mucho pis y como te deshidratas, bebes agua”, dice la doctora.

¿CÓMO REACCIONA MI CUERPO? La Dra. González explica la regla de las 4P: la poliuria, muchas ganas constantes de hacer pis; la polidipsia, necesidad de beber mucha agua o líquidos dulces en el caso de niños; la polifagia, sensación incontenible de hambre constante, y la pérdida de peso.

“HE PERDIDO/HE GANADO PESO, Y NO ME LO EXPLICO...”

Una diabetes mal controlada, una enfermedad crónica; algunos cánceres, problemas psicológicos o el síndrome de Cushing (exceso de cortisol) pueden alterar nuestro metabolismo. Sin embargo, los cambios de peso repentinos están asociados, sobre todo, al hipo e hipertiroidismo.

¿QUÉ ES? El hipertiroidismo es un exceso de producción de hormona tiroidea en la sangre. El hipotiroidismo, en cambio, es un déficit de producción de esta hormona.

¿CUÁLES SON LAS ALERTAS?

Los síntomas son antagónicos. En el hipertiroidismo se pierde peso sin cambios en los hábitos ni en la ingesta. El cuerpo está hiperactivo. “Se tiene taquicardia, calor, palpitaciones, puedes tener temblor en las manos. Estás como acelerada”, dice Noemí González. Mientras que en el hipotiroidismo se gana peso sin que tampoco haya habido cambios en los hábitos: “cansancio, frío, sueño... Estás como más plof”, comenta la endocrina. De hecho, “a partir de una variación de peso del 5% en 3 meses o de 10% en 6 meses hay que estudiar qué está pasando”, apunta la doctora González.