Pacientes

Cáncer: El año de los precios

Aunque suele haber alguna sesión sobre precios en los encuentros científicos, el aumento del coste de los medicamentos innovadores para el cáncer ha hecho que la convocatoria más importante del año (ASCO) dedique un espacio destacado a hablar de cómo financiar las terapias sin arruinar a los pacientes... ni a los sistemas sanitarios

Cáncer: El año de los precios
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El último encuentro en ASCO refleja la preocupación por las dificultades en el acceso a los nuevos tratamientos

Uno de los debates clave del último encuentro de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que acaba de celebrarse en Chicago, ha sido el que despertaba un estudio en el cual se comparaban los precios de 23 de los fármacos más empleados para tratar el cáncer en diferentes países. La propia presidenta de ASCO, Julie Vose, se refirió a este trabajo como uno de los hallazgos más interesantes de esta conferencia, dentro de una jornada en la que se habló intensamente del acceso a los medicamentos contra el cáncer.

Los investigadores, que analizaron los precios de los fármacos en Australia, China, India, Sudáfrica, Reino Unido, Israel y Estados Unidos, utilizan el concepto de «toxicidad financiera» para referirse a las dificultades que puede encontrar una persona para luchar contra el cáncer no por motivos médicos, sino económicos. Según el país en cuestión cuente o no con un sistema sanitario público, esa toxicidad financiera afectará a los pacientes y a sus familias, a las compañías aseguradoras o al propio sistema sanitario, explicaban.

El precio medio del tratamiento mensual con medicamentos de marca osciló entre los 1.515 dólares en India y los 8.649 en Estados Unidos. En cuanto a los genéricos, la media mensual estaba entre un máximo de 654 dólares en Estados Unidos y los mínimos en Sudáfrica (120) e India (159). En cuanto a capacidad de pagar, teniendo en cuenta parámetros económicos de cada país, los medicamentos eran más fáciles de costear en Australia, y donde más dificultades había era en China e India.

«Hay diferencias notables en los precios de los tratamientos entre países, pero es todavía más importante que el aumento de los precios está pesando cada vez más sobre los pacientes», declaraba Patricia Ganz, de la ASCO, en un encuentro con medios de comunicación de todo el mundo sobre el acceso a las terapias contra el cáncer.

Combinaciones

Aunque llevaban cinco años «haciendo ruido», el año pasado, en el congreso de la ASCO se vio cómo ganaban un enorme protagonismo los nuevos medicamentos que ayudan a las propias defensas a combatir la enfermedad. Estos fármacos son fruto de una disciplina conocida como Inmuno-oncología. Ya entonces, los oncólogos apuntaban que este tipo de terapia es mucho más eficaz cuando se combina con otras, como las terapias dirigidas, «hijas» de la medicina de precisión, que atacan a las células tumorales en dianas muy concretas en un intento de ganar eficacia y evitar efectos secundarios en la medida de lo posible. Si el precio de los medicamentos innovadores ya es de por sí elevado, el de las combinaciones que se perfilan como el futuro de la Oncología puede hacer saltar las previsiones de gasto en los próximos años.

COTA, una consultora informática del ámbito sanitario, presentaba también en ASCO un análisis sobre toxicidad financiera que mostraba que hay más pacientes norteamericanos con cáncer (40 por ciento) preocupados por las consecuencias económicas de la enfermedad que pacientes preocupados por el dolor físico que ésta les causará. Entre los pacientes jóvenes (en torno a los 30 años), la preocupación por la toxicidad financiera afectaba al 80 por ciento de los sujetos.

Toxicidad financiera

Eric Schultz, presidente de COTA, decía en Chicago que «aunque normalmente pensamos en las toxicidades relacionadas con el cáncer en términos de malestar, náuseas o pérdida del cabello, la toxicidad financiera se ha convertido en un obstáculo enorme. Nuestro estudio muestra que existe una verdadera necesidad de encontrar valor en las decisiones sanitarias que adoptamos, de modo que podamos aliviar esa carga que soportan los pacientes, reduciendo al mínimo los gastos en estrategias ineficaces o inadecuadas y dedicándolo a lo que de verdad funciona». Este trabajo mostraba que el 60% de las bancarrotas personales declaradas en Estados Unidos están relacionadas con gastos sanitarios, y que los pacientes con cáncer son el doble de propensos a arruinarse que el resto de la población.

¿Una burbuja?

En una sesión titulada «La complejidad de las inmunoterapias», dentro del encuentro anual de la ASCO, Anthony W. Tolcher, del Instituto de Investigación Acelerada del Sur de Texas, comenzaba su intervención con una provocadora pregunta: «¿La actual proliferación de ensayos clínicos sobre inmunoterapia representa un periodo de avances o una preocupante burbuja?»

Él comparaba la actual situación de la Inmuno-oncología con la proliferación de estudios sobre medicamentos citotóxicos para quimioterapia que siguió al descubrimiento del cisplatino en la década de los 70: «Pasamos los siguientes 30 años desarrollando más de 25 nuevos medicamentos citotóxicos, muchos de los cuales acabaron siendo decepcionantes. Aunque muchos lograron mejoras incrementales, ninguno tuvo el mismo efecto curativo ejercido por parte de un único fármaco que mostró el cisplatino. Por eso es importante recordar que hemos visto en el pasado terapias revolucionarias, pero que después no hemos podido avanzar por ese mismo camino». Los medicamentos huérfanos, que tratan enfermedades que afectan a grupos pequeños de población, han tenido también un espacio significativo en esta última convocatoria de la ASCO. Como en general es difícil recuperar la inversión en investigación que se dedica a estos fármacos, las agencias reguladoras han establecido canales especiales para su aprobación, más rápidos y con mejores condiciones que los de los medicamentos convencionales, de forma que los pacientes que los necesitan tengan acceso a la terapia lo antes posible.

El hecho de que en esta reunión hayan tenido mayor peso que en otra es en cierto modo producto de su propio crecimiento en términos industriales. Las compañías farmacéuticas estadounidenses tenían 452 fármacos en cartera en 2013, pero el año pasado ya eran 566.

Enrique Grande, presidente del Grupo Español de Tumores Huérfanos e Infrecuentes (GETHI), lo explica así: «Evidentemente, a mí me gustaría que mis pacientes tuvieran acceso a los mejores tratamientos posibles, pero el reto es que todos los implicados –pacientes, médicos, gestores e industria farmacéutica– colaboren para facilitar el proceso». Grande recuerda que el alto coste de algunos tratamientos es una evidencia, pero que hay que esforzarse por encontrar el equilibrio entre reconocer la innovación y permitir que se trate a todas las personas que lo necesitan. Además, indicaba que cuando el cáncer deja de responder a una terapia (desarrolla resistencia a un medicamento), es posible pararle los pies de nuevo con combinaciones en las que tienen cabida los fármacos antiguos, y pueden ser muy eficaces.

En esta última edición de ASCO Enrique Grande ha participado en la presentación de resultados sobre cáncer de próstata y vejiga, aunque también ha valorado los avances en cáncer de tiroides y carcinoma renal. Sobre tumores raros en general, ha destacado los hallazgos en cánceres cerebrales y sarcoma presentados en la reunión, pero sobre todo tuvo palabras de ánimo para los pacientes con cáncer renal y de vejiga, «en los que están cambiando los estándares de tratamiento después de casi tres décadas sin novedades realmente significativas».

Estampida

Entre los intentos por conciliar la innovación en medicamentos y las facilidades para pagarlos, se han ido implantando medidas como los acuerdos de riesgo, en los que se pueden establecer variaciones en los pagos según la eficacia del tratamiento, algo que ya se hace en España.

Además, en ASCO se ha hecho balance de una nueva forma de diseñar los ensayos clínicos para que en un mismo protocolo puedan evaluarse muchos medicamentos a la vez. El proyecto analizado en Chicago se llama STAMPEDE («estampida») y en él han colaborado investigadores británicos y suizos, dando respuestas a múltiples preguntas sobre la eficacia de diversos tratamientos para el cáncer de próstata en un único estudio, lo cual hace enormemente más eficiente la inversión en investigación.

App para mejorar la supervivencia

Una aplicación móvil ha logrado mejorar en un 26% la supervivencia de los pacientes con cáncer de pulmón avanzado, según datos presentados en el congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica. «El seguimiento personalizado mediante esta sencilla aplicación sirve para detectar complicaciones y signos de recaída y ofrecer la atención médica adecuada de forma precoz», explicaba Fabrice Denis, del Instituto Interregional de Oncología de Le Mans (Francia), que presentó sus resultados en el encuentro. «Este enfoque constituye el primer paso de una nueva era en la observación de los pacientes, que pueden aportar y recibir información de forma continua entre sus visitas al especialista”, añadía.

¿Izquierda o derecha?

Un gran ensayo clínico sobre cáncer de colon muestra que la localización del tumor primario guarda relación con la supervivencia y puede contribuir a determinar la elección del mejor tratamiento para los pacientes con cáncer colorrectal metastásico. Este trabajo muestra que los pacientes cuyo tumor primario se originó en la parte izquierda del colon (descendente, sigmoide y recto) sobreviven al cáncer durante más tiempo que aquellos con origen en el lado derecho (ciego y ascendente). La presidenta de ASCO, Julie M. Vose, ha dicho al respecto: «Este es el mayor estudio hasta la fecha sobre la localización del tumor en cáncer colorrectal, y plantea sobre una sólida base que este factor, sin que lo esperásemos, podría dar respuesta a algunas de las preguntas que siempre nos hemos hecho sobre por qué ciertos pacientes responden mejor que otros. También es importante porque nos recuerda que, en este momento de gran expectación por la medicina de precisión, la genómica no es la única fuente de conocimiento para el estudio del cáncer y su tratamiento».