Italia

Detenido el creador de una terapia con células madre

Davide Vannoni cobraba 27.000 euros a cada paciente por su terapia para curar enfermedades neurodegenerativas que la comunidad científica considera fraudulenta

La Razón
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Davide Vannoni cobraba 27.000 euros a cada paciente por su terapia para curar enfermedades neurodegenerativas

La Policía italiana arrestó hoy en la ciudad italiana de Turín (norte) a Davide Vannoni, creador de una terapia con células madre para curar graves enfermedades neurodegenerativas, que la comunidad científica considera fraudulenta y por la que cobraba alrededor de 27.000 euros a cada paciente.

Vannoni fue detenido por la Policía italiana por orden de la Fiscalía de Turín, acusado de haber llevado a cabo esta terapia en el extranjero, a pesar de que en 2015 fue condenado en Italia a un año y 10 meses de cárcel, pena que negoció no cumplir si se comprometía a no volver a practicar este tipo de tratamientos.

La Fiscalía italiana aduce que Vannoni ha seguido desde entonces ensayando este método en una clínica privada de Georgia.

Calcula que ha tratado a cerca de 50 pacientes italianos con los que contactaba a través de las redes sociales y a los que cobraba hasta 27.000 euros por someterse a su tratamiento, sin incluir los gastos del viaje.

Conocida como Stamina, la técnica consiste en extraer células de la médula del paciente o de un donante, cultivarlas durante 20 días e inyectarlas en el enfermo.

Vannoni, que no es médico, sino licenciado en semiótica, asegura que gracias a este tratamiento ha recuperado la funcionalidad de su nervio facial, destruido por un virus.

En 2009 Vannoni constituyó en Italia la Fundación Stamina y dos años más tarde consiguió que un hospital público de Brescia, cerca de Milán, ofreciera de forma gratuita esta cura experimental a los enfermos que quisieran probarla.

Sin embargo, la terapia nunca estuvo exenta de polémica.

Por un lado, los familiares y pacientes veían en ella la única esperanza posible a sus dolencias, mientras que la comunidad científica consideraba que era peligrosa para los pacientes al no tener una validez científica e incluso llegó a ser tachada de fraude.

La presión de la comunidad científica llevó al Gobierno italiano a bloquear estas terapias a partir de 2012 mientras que sus partidarios iniciaron una batalla en los tribunales, alegando el derecho de cada enfermo a decidir qué tipo de curas recibir.

Uno de los casos más mediáticos fue el de Sofía, una niña de 3 años enferma de leucodistrofia cuyos padres consiguieron que en 2012 un juez de Florencia le permitiera recibir un primer ciclo de células madre.

El tribunal, no obstante, no consintió el segundo ciclo por lo que el tratamiento fue interrumpido y el estado de salud de Sofía empeoró.

La insistencia de los padres de la niña permitió que otro tribunal de Livorno sí aceptara la continuación del tratamiento.

La Justicia italiana condenó a Vannoni por estas prácticas en 2015 y prohibió que siguiera con ellas.

Vannoni se enfrenta a una acusación por los delitos de asociación delictiva, estafa y de haber suministrado fármacos no conformes a los legales para tratar graves enfermedades neurodegenerativas.

Efe