Prevención

El problema de la obesidad en la salud

«El sedentarismo es la tendencia de nuestra actual sociedad. La innovación tecnológica que padecemos la favorece»

El problema de la obesidad en la salud
El problema de la obesidad en la saludlarazon

«El sedentarismo es la tendencia de nuestra actual sociedad. La innovación tecnológica que padecemos la favorece»

Ya no sólo como cirujano de la obesidad, sino como médico y como persona me preocupa enormemente las implicaciones sociales y sanitarias que acarrea la obesidad, y no digamos ya la obesidad mórbida. Actualmente es un importante problema de salud, que repercute tanto en la calidad como en la cantidad de vida. Plantea una serie de cuestiones de gran importancia que nos afectan a todos, y me refiero con ello a los asuntos psicológicos, sociales, económicos y médicos.

El psicológico y social con grandes dificultades de autoestima, inestabilidad y depresión que aquejan este tipo de personas, así se disminuye la actividad laboral, social y la sexual.

El económico, ya que representa un gran gasto con una implicación social de entre el cinco al 13% de la población, pues se trata de una enfermedad crónica asociada a un gran número de patologías como la arterioesclerosis, la hipertensión arterial, la afección coronaria, la tromboembólica venosa, la litiasis biliar, la hernia de hiato con reflujo gastroesofágico, el cáncer colorrectal, el síndrome de hipoventilación como la apnea del sueño y el síndrome de Picwick, diabetes, artrosis, osteoporosis, artritis, enfermedad discal intervertebral, gota, dermatitis diversas y micosis, irregularidades menstruales, infertilidad relativa, cáncer de mama, cáncer de endometrio y de cuello uterino.

En EEUU su prevalencia va en aumento, en concreto en las mujeres ha pasado de un 27 a un 35%, y en los varones del 20 al 31%; con unos gastos médicos de más de 100.000 millones de dólares. Y en España, también con una prevalencia de hasta el 20% en mayores de 25 años, y con un sobrepeso de más del 25% de la población.

Asusta decir, que en la población infantil ha pasado del 5% en 1984 a cerca del 18% en la actualidad; y en cuanto al gasto sanitario sobrepasa los 3.000 millones de euros.

Por quedarnos en nuestra Comunidad Autónoma de Madrid, alcanza a uno de cada tres adultos de entre 25 y 60 años; y a dos de cada cuatro niños. El incremento en estos últimos diez años ha sido del 8%. Importante saber que por cada diez kilogramos que se reduce el peso, se empieza a reducir el gasto sanitario con una disminución de la mortalidad global del 20%, del 30% de la diabetes y que alcanza al 40% del cáncer relacionado con la obesidad.

Y yo me pregunto no ya sólo como médico sino como persona, qué hacen la OMS (Organización Mundial de la Salud), las organizaciones colegiales médicas, los gobiernos a través de sus respectivos ministerios de sanidad o similares, para evitar la obesidad y luchar contra esta epidemia que empezó en la segunda mitad del siglo XX y va en aumento.

No he visto que se mejore la política sanitaria, que se establezcan medidas de higiene dietética de forma profiláctica, que se estimule el ejercicio físico, en definitiva, que se tienda a promover la salud. No hay campañas ante un problema de tal magnitud.

Por lo contrario, el sedentarismo es la tendencia de nuestra actual sociedad. La innovación tecnológica que padecemos la favorece y, cada vez nos movemos menos a costa de estar sentado detrás de una pantalla (ya sea de un ordenador, de un televisor, de una tableta, etc.) haciendo lo mismo que antes pero sin desplazarnos ni movernos.

Nos sirva de ejemplo el estudio «Cardia», que puso de manifiesto que el acudir dos o tres veces a la semana a un centro de «fast-food» incrementa en cinco kilogramos de peso tras 15 años de seguimiento respecto a las personas que van menos de una vez a la semana.

En definitiva, la falta de concienciación de la obesidad como enfermedad no empieza a ser alarmante y preocupante, es ya preocupante.