Pacientes

Rehabilitación robotizada para revertir el daño cerebral adquirido

El Instituto de Neuro-rehabilitación Quirónsalud Pontevedra es el único del norte de España con Lokomat con órtesis pediátricas, un dispositivo de tecnología puntera que personaliza la recuperación para adultos y niños

Rehabilitación robotizada para revertir el daño cerebral adquirido
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El Instituto de Neuro-rehabilitación Quirónsalud Pontevedra es el único del norte de España con Lokomat con órtesis pediátricas, un dispositivo de tecnología puntera que personaliza la recuperación para adultos y niños

Hay patologías en las que la constancia y el esfuerzo son la mejor medicina. Es lo que ocurre con el daño cerebral adquirido, es decir, con esas lesiones cerebrales que aparecen derivadas de un accidente cerebrovascular agudo (ictus isquémico o infarto cerebral), un traumatismo cranoencefálico (provocado por accidentes de tráfico, laboral, etc.) o por causas sobrevenidas como tumores cerebrales. Más de 400.000 personas viven en nuestro país con esta patología que provoca en muchos casos una situación de dependencia que implica directamente a los familiares.

Para revertir estos problemas de la manera más rápida y eficaz posible el Instituto de Neuro-rehabilitación Quirónsalud Pontevedra cuenta con una Unidad de Daño Cerebral Adquirido pionera en nuestro país, ya que cuenta con Lokomat, «un equipo de última tecnología para la rehabilitación robotizada que se utiliza en pacientes con lesión medular o ictus, entre otros. Esta tecnología ayuda a realizar movimientos sobre una cinta rodante y facilita un progreso más rápido mediante sesiones de entrenamiento más largas, intensivas y eficientes. Combinado con una interface audiovisual de los ejercicios, la rehabilitación robotizada se convierte en una terapia motivadora, que permite un ajuste individual para un progreso más rápido», explica Lucía Camino, coordinadora de la Unidad de Daño Cerebral Adquirido.

Módulo pediátrico

El Lokomat es una herramienta fundamental para complementar la rehabilitación de la marcha, «que suele ser uno de los grandes objetivos que nos plantean los pacientes con daño cerebral. El software que incluye nos permite cuantificar las mejorías de forma objetiva y mejorar aspectos como las reacciones de enderezamiento, modulación del tono, simetría de la marcha, velocidad y ciclo de la misma», explica Sara Vázquez, fisioterapeuta y formadora en el manejo de esta herramienta. Este sistema cuenta, además, con otra gran ventaja: «La inclusión del módulo pediátrico único en Galicia, lo que posibilita que esta terapia pueda utilizarse en niños desde cuatro años con parálisis cerebral, traumatismo cráneo-encefálico grave u otras enfermedades neurológicas», detalla Camino.

Uno de los hechos diferenciales de esta Unidad es el equipo multidisciplinar de 40 profesionales que desarrolla un trabajo transdisciplinar en el que se plantea un objetivo común de recuperación desde distintos enfoques: médico rehabilitador, neurólogo, psiquiatra, neuropsicólogo, fisioterapeuta neurológico, logopeda, terapeuta ocupacional y trabajadora social. «Todos los programas son personalizados, diseñados específicamente para cada paciente en base a los informes aportados que se solicitan inicialmente por los profesionales médicos de la Unidad y así poder valorar el régimen de hospitalización o ambulatorio, según sea más recomendable en cada situación», especifica Ana María Enríquez, responsable médico del Instituto de Neuro-rehabilitación Quirónsalud Pontevedra.

Pero en esa recuperación juega un papel decisivo la familia. De hecho, el 40% del éxito de la rehabilitación del daño cerebral adquirido está en la participación activa de los familiares, según los terapeutas. «Nuestra experiencia ha demostrado que la recuperación funcional de las personas con lesión cerebral que se benefician o participan de estos programas multidisciplinares específicos es superior a la recuperación espontánea o tratamientos no especializados. Los programas deben ofertar servicios personalizados donde colaboran, conjuntamente, el equipo de profesionales y terapeutas, los familiares y el afectado para conseguir los objetivos planteados», asegura Camino.

El procedimiento es clave, ya que, desde el momento del ingreso en la Unidad, la familia recibe el apoyo de la trabajadora social «que les facilita, orienta y ayuda ante la nueva situación generada; así como seguimiento por neuropsicología. Las familias demandan, habitualmente, información sobre el proceso rehabilitador y su pronóstico, así como ayuda para poder afrontar y familiarizarse con la nueva problemática», detalla Enríquez.