Sanidad

Tecnologías conectadas e integradas para el futuro

Expertos y ciudadanos creen que la sanidad española debe aumentar su enfoque hacia la prevención y ayudar a los profesionales y a la sociedad a tener un papel más activo en la gestión de la salud

Tecnologías conectadas e integradas para el futuro
Tecnologías conectadas e integradas para el futurolarazon

Expertos y ciudadanos creen que la sanidad española debe aumentar su enfoque hacia la prevención y ayudar a los profesionales y a la sociedad a tener un papel más activo en la gestión de la salud

España es el país con el mayor nivel de confianza y satisfacción hacia su sistema de salud de entre los 19 países de los cinco contientes del estudio global Future Health Index (FHI) 2017, realizado entre 33.000 individuos, que representan más del 36% de la población mundial.

El informe realizado por Philips en colaboración con el MIT Technology Review, que ha contado con la participación de 25 expertos de la sanidad española, determina que las tecnologías conectadas son una gran oportunidad en todo el continuum de salud, principalmente en la atención domiciliaria y a la dependencia.

La percepción general de los expertos entrevistados sobre el estado actual del sistema sanitario español es positiva, por lo que coinciden con la actitud de la población general española. Dichos expertos subrayan que este estado de buena salud del que se había gozado en los últimos años se encuentra ahora mismo en una fase de deterioro o colapso que puede seguir empeorando en el futuro sino se hacen profundos cambios en el sistema. Entonces, concuerdan en determinar una serie de factores locales que han de sumarse a la tendencias globales: la descentralización del sistema sanitario español, la tensión presupuestaria posterior a la crisis económica y la escasez de adopción de nuevas tecnologías.

Dentro de las disitintas áreas del sistema sanitario, la más perjudicada en la actualidad según los entrevistados es la atención por especialistas con un 27,3%, seguida de la atención primaria (22,7%).

Los motivos de que éstos sean los servicios que más problemas presentan son diversos, pero destacan las grandes dificultades, las largas listas de espera, la sobresaturación de los servicios y la falta de recursos en el área de prevención. Por el contrario, el área que más fortalezas presenta, según los entrevistados, es la atención hospitalaria (31,8%), debido a la gran red de hospitales presente en el país, la calidad de la formación de los profesionales y la excelencia de algunos ámbitos específicos como el de trasplantes.

En cuanto a la prevención, la gran mayoría de los encuestados en nuestro país piensa que los profesionales sanitarios debería dedicar la mayor parte de su tiempo a los cuidados preventivos frente a la atención a enfermos. El 59% de los profesionales sanitarios cree que estas medidas deberían ser su prioridad, junto con el empoderamiento de los pacientes para gestionar su salud de manera más proactiva. De igual modo, el 51% de la población general considera necesario que haya un mayor cuidado en la prevención, mientras que el 45% prioriza la atención hospitalaria. Joan Bigorra, director de Innovación y estrategia del Hospital Clínic de Barcelona y uno de los 25 expertos que han participado en el informe, asegura que así «se ahorraría mucho tiempo al paciente y el sistema sanitario sería mucho más eficiente. Cuanto antes se aborde los problemas del paciente, más barato sale».

Por otro lado, las tecnologías de cuidados conectados son consideradas importantes –78% profesionales sanitarios y 74% población general– para mejorar la prevención de problemas de salud. Sin embargo, el uso de éstas se entiende como escaso y/o limitado por parte de la población general, aunque existe una gran oportunidad para invertir la balanza a favor de la adopción de este tipo de tecnología si los profesionales sanitarios aconsejan su utilización.

En lo referido al conocimiento de este tipo de tecnologías, alrededor del 25% de la población general y el 56% de los profesionales sanitarios afirman conocerlas. El uso más extendido de éstas se encuentra entre los pacientes con enfermedades crónicas que requieren de cuidados en el hogar, según el 42% de la población general y el 35% de los profesionales sanitarios.