Ministerio de Sanidad

Vacunas: En busca del calendario «perfecto»

Pese a los avances logrados en los últimos dos años, los expertos analizan las mejoras que aún quedan por hacer, especialmente en adultos, donde la tasa de vacunación apenas supera el 50%. Rotavirus y meningococo B son las asignaturas pendientes en niños

Vacunas: En busca del calendario «perfecto»
Vacunas: En busca del calendario «perfecto»larazon

Que se ha avanzado, y mucho, en la mejora del calendario vacunal infantil en España, es un hecho

Que se ha avanzado, y mucho, en la mejora del calendario vacunal infantil en España, es un hecho. Más en los últimos dos años que en las últimas dos décadas, según explican expertos como Federico Martinón-Torres, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago y coordinador de la Unidad Investigación en Vacunas del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago. Sin embargo, siempre hay margen de mejora. De ahí el incesante debate entre administraciones y sociedades científicas. «Algunos obvios como el rotavirus o el meningococo B y ACWY, o la vacunación también del varón frente al virus papiloma humano, otros valorables como la gripe universal en la edad pediátrica, y otros que vendrán de la mano de las nuevas vacunas que estamos desarrollando. Ninguna inversión en salud es más rentable que las vacunas», dice.

Retos alcanzados

Si hacemos balance de este año, Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid no duda que «en cuanto al niño, ha sido un año bueno, porque ya tenemos en todos los calendarios la de la varicela. En cuanto a la antineumocócica, esta misma semana La Asociación Española de Pediatría (AEP) celebró la introducción de la conjugada de trece serotipos en los calendarios de vacunación infantil de todas las CCAA». Pendiente queda la que protege frente al meningococo B. «Creo que tardará todavía un poco más, pero los datos epidemiológicos muestran que su incidencia está en un nivel muy bajo, y eso da margen para poderlo trabajar de cara al futuro», dice Gil.

Sin embargo, para algunos padres esa información no alivia su preocupación cuando se trata de la salud de sus hijos, lo que ha llevado a algunos a adquirir la vacuna fuera de nuestras fronteras. Una vacuna de un elevado coste (entorno a los 100 euros la dosis y son necesarias cuatro). Teresa Hernández San Pelayo, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid aclara que, «la incidencia es la más baja desde hace 40 años. Y es cierto que el riesgo de mortalidad existe, pero quienes tengan un perfil de riesgo, como haber tenido una enfermedad meningocócica previa o una patología asociada a un problema de defensas, tendrán garantizada y financiada la vacuna. No hay justificación para comprarla fuera». Gil añade que «sólo la introducción de la vacuna antimeningocócica B costaría casi tanto, en este momento, como el calendario de vacunación en su conjunto. No obstante, si la Administración viera que la incidencia fuera alta no había ninguna duda en incluirla, pero al no ser así, podemos esperar».

Por el contrario, Martinón-Torres argumenta que los pocos casos «nos da cierto margen de maniobra en la toma de decisiones, pero nada más. Además no sólo me preocupa el serogrupo B. No entiendo que tengamos que ir siempre a remolque de lo que “otros” países digan o hagan. Para los “escepticémicos”, decir que en Reino Unido, en el análisis preliminar del primer año de uso de esta vacuna publicado hace unos días en Lancet, ha demostrado una capacidad de prevención en los primeros lactantes vacunados de casi el 95 por ciento, con una reducción global de casos a la mitad». Mientras, la vacunación en el mercado privado en España «está siendo un despropósito completo, propiciado entre el terror infundido y el desabastecimiento». Para Martinón-Torres está claro que deberíamos priorizar la vacunación de los lactantes, particularmente los menores de un año, «que son los que tienen más riesgo. Esto no quiere decir que después del año el riesgo sea cero, pero es que el riesgo cero no existe a priori para ninguna enfermedad. Ahora bien, los padres deben saber que es más probable que hoy su hijo varón de 14 años se muera de un cáncer relacionado con el VPH que de enfermedad meningocócica», puntualiza. Gil matiza que siempre que se introduce una vacuna en el calendario existe otro aspecto fundamental a tener en cuenta, y es «la eficacia de la vacuna y ésta es buena, aunque tiene alguna reacción adversa como fiebre, sobre todo al administrarla de forma conjunta con otras vacunas, por lo que ese es un aspecto muy importante que se debe analizar».

El conflicto del Rotavirus

Otra de las que no están incluidas y que generan conflicto es la del rotavirus, tan defendida por los pediatras. «Afortunadamente la infección, aunque es frecuente, la mortalidad es insignificante, lo controlan rápidamente y tenemos un tratamiento económico que es el suero oral que con dos o tres días se resuelve el problema. Eso hace que desde el punto de vista de salud pública no se incluya en el calendario, pero la indicación por parte de sociedades científicas como la AEP están totalmente legitimadas», matiza Gil. Es además una inversión inteligente. «Los beneficios en los países que las usan están plenamente contrastados. Lo último que hemos demostrado recientemente, por ejemplo en Galicia, es que su uso ha reducido los ingresos hospitalarios de niños por convulsiones, un beneficio adicional inesperado que tienen en cuenta en EE UU, Reino Unido, Austria y Bélgica», matiza Martinón-Torres.

Novedades 2017

De cara a 2017 los cambios que se esperan no son sustanciales y se centran en ajustar las dosis. Así, por ejemplo, se administrarán a los 2 ya los 4 meses, y la dosis que se administraba a los 6 meses la retrasarán a los 11 meses, eliminando así las que poníamos a los 12 y a los 18 meses. Es decir, «no cambia en lo que se refiere a antígenos pero sí se espacia un poco, lo que posibilitará en un momento dado incluir vacunas como la del meningococo B o cambiar, en el caso del meningococo C, con la que se ha visto que con una sola dosis en el primer año de vida, otra en el segundo y otra a los 12 años sería suficiente», aclara.

Adultos

Pero el calendario no acaba aquí. Existe uno que los adultos deberíamos cumplir pero lo olvidamos y las consecuencias pueden ser fatales. «Es necesario reforzar la inmunidad a lo largo de la vida», señala Teresa Hernández San Pelayo. «Tal vez nos obcequemos con tener un calendario de vacunación del adulto cuando deberíamos tener un calendario para toda la vida. Que el calendario se haga desde que naces hasta que mueres», sostiene Gil.

Y es que existe un pequeño dilema de los 15 a los 60 años en el cual el 95 por ciento de la población se encuentra bien, se siente sana y eso les disuade de vacunarse. Sin embargo, «es curioso que cuando alguien va a hacer un viaje y se va a una zona determinada, ahí sí que acuden a que les pongan todas las que sean necesarias. Eso mismo habría que trasladarlo a la vida diaria», añade Gil.

En el fondo se trata de estar al día de tétanos y difteria, gripe y neumococo. «Son tres vacunas si me apuras lo que hay que poner», concluye Gil.