Carlos Rodríguez Braun

Bifurcaciones liberales

El ensayista peruano Paul Laurent describe con maestría la pérdida de rumbo del economista Hernando de Soto («El misterio de un liberal», Lima, Nomos & Thesis). En su primer libro («El otro sendero», 1986), De Soto, adelantado en Perú como su homónimo español del siglo XVI, planteaba una vigorosa tesis liberal, contraria no sólo a los asesinos marxistas de Sendero Luminoso, obviamente aludidos en el título, sino también al intervencionismo mercantilista y redistribuidor. Su tesis era que los pobres ratificaban con sus actos los errores socialistas y los aciertos liberales –lo celebramos entonces (reseña del libro aquí: http://goo.gl/UJCyQ). La tesis de De Soto era que la mejoría de los pobres no dependía del Estado, que debía quitarse de en medio: los marginados informales eran «los hacedores de auténticos derechos, en contraposición con el ‘‘derecho’’ que impone el Estado».

Sin embargo, la visión evolucionista y hayekiana había desaparecido cuando publicó en 2000 «El misterio del capital», que Laurent evoca en su libro –desde el título–. La obsesión de don Hernando pasó a ser el registro de la propiedad y no la propiedad misma, los contratos y no su matriz, el derecho. Todo el valor de lo informal, todo lo que los ciudadanos hacen por su cuenta, pasó a ser despreciado en aras de la ley formal, las autoridades, los políticos. Como en el jardín de Borges, los senderos se bifurcan, y Hernando de Soto termina repitiendo los tópicos antiliberales al uso.