Matar y robar

Los cabecillas del Estado Islámico lanzan continuas consignas para que sus “combatientes” ataquen a los “infieles”. A este respecto, les recuerda que según su religión (en su particular interpretación) el que mate a uno de esos “infieles” tiene derecho a quedarse con todas sus posesiones, desde el dinero que lleve encima, su casa, coches, joyas.

Cuando se trata de acciones criminales en que su autor se suicida (como suele suceder en los atentados perpetrados en occidente) esta posibilidad está descartada, pero hay que tenerla en cuenta para otro tipo de acciones criminales en el futuro.

Toda posesión arrebatada a los “infieles” a través de la derrota o el engaño se considera botín de guerra y como la yihad es obligatoria para los musulmanes, pues el resultado no puede ser más provechoso.

Asimismo, en un reciente escrito, los jefes del Estado Islámico recuerdan a sus militantes que el objetivo principal es dañar las economías occidentales.

Para ello, proponen atacar el turismo, centros comerciales...; en general, lugares llenos de gente. “El miedo y la inseguridad hará que los ciudadanos no salgan a la calle, dejen de consumir, los gobiernos generen alerta social mediante el cierre de lugares públicos, como centros comerciales, los turistas dejen de visitar un país y los inversores extranjeros elijan otros naciones”.

“La obligación de los musulmanes no es sólo defender sus tierras sino que deben odiar a los infieles y causarles el mayor daño posible”. Por lo visto, todo con la “santa” intención de hacer “más grande a Alá”.

El problema no es que alguien escriba estas cosas, que también, sino que alguien se las crea y las ponga en práctica.