La investidura de Rajoy

Abstención. Y después ¿qué?

Abstención. Y después ¿qué?
Abstención. Y después ¿qué?larazon

La primera sesión del debate de investidura, celebrada en la tarde de este miércoles, sirvió para reafirmar mi convencimiento de que Mariano Rajoy es la figura que necesita España. Ahora más que nunca.

Su solvencia, la capacidad en la gestión, la tenacidad que demuestra, su infinita paciencia y su hábil prudencia son una muestra de las virtudes que atesora Rajoy, que desde el sábado, una vez concluida la investidura, inicia una nueva etapa que estará marcada por la necesidad de alcanzar acuerdos y pactos. Por el bien de España.

Como bien dijo Rajoy en la tarde de este miércoles, el país requiere un gobierno estable, capaz, fiable, previsible y duradero. Con el horizonte irrenunciable de alcanzar los 20 millones de personas trabajando en 2020. Desde luego que la tarea no será nada sencilla, pero el reto merece la pena.

Desde luego que Rajoy sabe que se enfrentará a una legislatura en la que no se lo van a poner nada fácil. Al contrario. Los radicales de Podemos ya han anunciado su intención de ‘incendiar’ la calle con el único fin de lograr con algaradas efectistas lo que no consiguen en las urnas. Es muy triste que este tipo de actuaciones ensombrezca la imagen de España, sobre todo en el exterior. Pero todo el mundo sabe que se trata de un reducido grupo de personas poco refinadas y de maneras un tanto desagradables y violentas. Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad y no es otra que dejar al mero comentario residual lo que va ser un espectáculo día sí, día también.

Por otro lado tenemos a un Partido Socialista que, presionado por los más reaccionarios de dentro de su partido y que son aquellos que solo saben perder elecciones, como Sara Hernández, la balear Francina Armengol o Idoia Mendía, entre otros, buscan recuperar su particular “no es no” al PP y que creen haber perdido con la abstención de la investidura. Creen que radicalizarse y bloquear la actual composición política en el parlamento les da rédito electoral. Sin duda, una actitud necia, para eso ya existe Podemos que les come la tostada por la izquierda. Todavía los socialistas no se han enterado que su lugar no está en la extrema izquierda, puesto que ya se lo han ocupado. Pero ya saben ustedes aquello que dijo Napoleón: “Si el adversario se equivoca, no hay que interrumpirlo”.

Javier Fernández no deja de ser un socialista que le ha tocado hacer aquello que Pedro Sánchez no quiso. Pero nada más. El actual presidente de la gestora ya ha anunciado que sólo se abstendrá para tener un gobierno, pero que no apoyará los Presupuestos Generales del Estado, a pesar de que ni siquiera los conoce. Y Susana Díaz, quien ha ayudado a que el PSOE se abstenga, también se las va a hacer pasar canutas al Ejecutivo de Rajoy, ya que esta posturano ha sentado muy bien en sus bases, ni a muchos alcaldes de Andalucía.

Ciudadanos, por su parte, con Albert Rivera a la cabeza, tampoco lo va a poner fácil. En su particular postureo político, intentarán despegarse todo lo posible del PP con el objetivo de no vincularse demasiado a la marca. De hecho, ayudará con ahínco a derogar las grandes reformas de la pasada legislatura, ya ha empezado por la LOMCE o admitiendo la tramitación del nuevo Estatuto de la Comunidad Valenciana.

En definitiva y por aquello de que hay que ser optimistas, esta semana hemos dado un paso en adelante. El domingo ya tendremos gobierno, pero y después ¿qué? Yo espero que esta nueva legislatura sea una oportunidad para dejar resuelto, entre todos, los grandes retos que España no ha sabido afrontar hasta ahora. Que todos sepan ceder y llegar a acuerdos es prioritario y patriótico. Rajoy es la persona ideal para conseguirlo, aunque dudo que le dejen, unos por necios, otros por acomplejados.