Conflicto Israel-Palestina

Asqueado pero no sorprendido

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Asqueado pero no sorprendido

Por Juan de la Torre, Asociación de Amigos de Israel en España

Me ha asqueado pero no puedo decir que me haya sorprendido, la publicación de un blog en el que Pablo Iglesias refiriéndose a la “Shoa”, escribió que era “una decisión administrativa, un mero problema burocrático”. Esa es su opinión sobre el exterminio premeditado de millones de seres humanos en los campos de concentración nazis.

Me ha asqueado pero no sorprendido porque cuando saltó la noticia de los tuits que hacían bromas con víctimas del terrorismo y que hablaban de meter a seis millones de judíos en un cenicero, Pablo Iglesias salió en defensa de Zapata diciendo “que le quería para que llevara su Twiitter”.

Me ha asqueado pero no sorprendido, porque hemos visto el vídeo en el que Pablo Iglesias reconoció que aceptaba la ayuda de aquellos que ahorcan gays y lapidan mujeres porque: “la geopolítica es así y no vamos a ser los únicos imbéciles que no hagamos geopolítica”.

Me ha asqueado pero no sorprendido, porque la banalización que hace Pablo Iglesias del Holocausto, es la misma que mostró cuando en un tono políticamente correcto dijo aquello de: “El terrorismo ha causado dolor, pero también tiene explicaciones políticas”. En un momento convirtió a las víctimas del terrorismo asesino de ETA en “cifras” dentro del balance de un imaginado enfrentamiento político.

Me ha asqueado pero no sorprendido, porque el partido creado y liderado por Pablo Iglesias Podemos, es el principal promotor de los intentos fracasados, de llevar adelante un boicot contra Israel. Curioso ver que este partido se posiciona agresivamente contra Israel, mientras se muestra mucho más sosegado a la hora de analizar el problema del terrorismo islámico pidiendo: “no poner el estómago por encima de la cabeza y no legislar en caliente” y negándose a formar parte del “Pacto Antiyihadista”, porque “amenaza las libertades y derechos civiles”.

Me ha asqueado pero no sorprendido ver a Pablo Iglesias publicando un tuit (13:19 - 12 dic. 2016) donde se escuda tras un autor judío: “Decía Galeano que el torturador es un funcionario. Lo mismo decía el sociólogo judío Bauman de los genocidas nazis”. En el renglón siguiente publicaba el enlace a su blog y he aquí que me encuentro “otra de sus extravagantes y banales reflexiones” :

- “que no hay tanta diferencia entre los policías que eficientemente detienen migrantes en nuestras metrópolis globales y los guardias de las SS. Ni los unos son comprometidos y honestos servidores de la ley ni los otros eran monstruos terribles. En la mayor parte de los casos, unos y otros son simples y grises funcionarios, algunos de ellos ejemplares padres de familia, que se emocionan al abrazar a sus hijos, que se enamoran y que son capaces de ser tan tiernos como cualquiera de nosotros”.

Hannah Arendt nos ayudó a entender lo que era “la banalización del mal” y la historia nos ha enseñado como cuando el mal se convierte en un recurso político y se banaliza, entonces se pierde la referencia de la gravedad y el peligro que conlleva esa maldad, desaparecen entonces los límites y ya no hay líneas rojas que no puedan ser cruzadas y al final como escribió Primo Lévi “se extingue todo residuo de piedad hacia el otro”

Dicen que para que el mal triunfe solo es necesario que los buenos no hagan nada y también recuerdo aquello de: “vinieron a buscar a los judíos pero yo no era judío así que no hice nada”. No tiene usted que ser judío, ni una víctima de ETA para entender que no hablo de derechas o izquierdas, hablo de tomar precauciones ante aquellos que escudándose en inventadas visiones geopolíticas, banalizan el mal y quieren vendernos lo inmoral envuelto como la nueva moralidad.