Debate de investidura

Investidura sí, pero con un gobierno estable

Investidura sí, pero con un gobierno estable
Investidura sí, pero con un gobierno establelarazon

Por Luz Trujillo

La debacle del PSOE ha puesto contra las cuerdas a los socialistas. La abstención a Mariano Rajoy, dicho en palabras del propio Javier Fernández, presidente de la gestora, es la única vía posible para evitar unas terceras elecciones que serían letales para el Partido Socialista, que ahora necesita “reconstruir el discurso, el proyecto, la unidad y el liderazgo porque el edificio político del partido está muy dañado”. Lo que no está claro y es lo que se discutirá el próximo domingo en el Comité Federal, es si la abstención será de todo el grupo parlamentario, como defiende Susana Díaz, o por el contrario una abstención técnica sólo con los once diputados necesarios para que salga adelante la investidura, opción de los defensores del No sanchista entre los que se encuentra Miquel Iceta.

El Partido Popular, en un ejercicio de responsabilidad por terminar con el bloqueo institucional, no ha impuesto ninguna condición para facilitar la abstención de los socialistas, que de esta manera tendrán cierto margen para reorganizarse en el tremendo caos que es ahora su partido.

Es evidente que unas nuevas elecciones no serían el mejor escenario, pero si finalmente sale adelante la investidura, la oposición a los populares en esta nueva legislatura promete ser tortuosa. El PSOE necesita justificarse ante una parte del partido que pese a que maniobró contra Pedro Sánchez no está a favor de la abstención, y el secretario general del partido-movimiento Podemos, Pablo Iglesias, ya sabemos que navega por las turbias aguas del amenazador nihilismo nietzscheano y su proyecto totalitario y subversivo.

Con este panorama un gobierno estable se ve casi imposible. Son muchas las materias que están pendientes no sólo en la parte económica, como es la aprobación de los presupuestos generales del Estado o fijar el techo de gasto público, también hay que impulsar nuevas reformas para consolidar el crecimiento y el empleo así como dar una imagen de confianza en el exterior para que la inversión se active. Esta tarea ya se anuncia compleja y difícil. Si lo analizamos detenidamente, con un PSOE dividido y obligado a una permanente competición con Podemos por el liderazgo de la izquierda, y esto unido a la múltiple amenaza secesionista, el bloqueo a cualquier iniciativa legislativa que presente el gobierno del Partido Popular pone en jaque la gobernabilidad en la nueva legislatura; lo que en un año podría llevarnos a unas terceras elecciones y quizá fraguar en una mayoría absoluta de Populares y Ciudadanos o, por qué no, de los Populares visto a lo que nos lleva tanta alharaca política.