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La ciencia política según Giovanni Sartori

La ciencia política según Giovanni Sartori
La ciencia política según Giovanni Sartorilarazon

por David Muñoz Lagarejos

Este lunes nos dejó uno de los mejores politólogos contemporáneos, maestro de la teoría de la democracia y los sistemas de partidos políticos. Nos dejó Giovanni Sartori a los 92 años. Casi todos ellos dedicados a la ciencia política, disciplina a la que identificaba como “la renacida”, por el cambio de enfoque que tuvo lugar en ella a partir de la década de 1950.

Para el maestro florentino la ciencia política tuvo un antes y un después a dicha década. Durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, estábamos ante una disciplina “dominada por los enfoques jurídicos e históricos”. Fue a partir de la década de los 50 cuando se empezó a emplear un enfoque de investigación (él mismo se considera un fundador de dicho enfoque, junto a politólogos de la talla de Juan Linz o Stein Rokkan, entre otros).

Pero no todos aceptaron este enfoque, o mejor dicho, la calificación de “ciencia política”. Los británicos siempre han preferido utilizar la etiqueta de “estudios políticos” o “estudios de gobierno”. Para Sartori esto tiene lugar por tres detalles: la utilización de un lenguaje ordinario, no separar la investigación narrativa de la cognitiva; en base a lo anterior, la no utilización de un lenguaje ‘especializado’; y, por último, la ausencia de bases metodológicas ad hoc, es decir, la ciencia política no genera una metodología autóctona para reflexionar y explicar la realidad política, por lo que se vuelve en sí misma una copia de paradigmas dominantes.

¿Qué debe ser, pues, la ciencia política? Giovanni Sartori asemeja la ciencia política a las ciencias económicas, a las cuales denomina su modelo, pese a haber diferencias metodológicas, por lo que, en palabras del propio Sartori, “los economistas lo tienen más fácil”. Firme defensor de la ciencia política, creyó que se había elegido un modelo equivocado, fracasando en el establecimiento de su propia identidad por no determinar una metodología propia, pero no metodología entendida como técnicas de investigación y procesamiento estadístico, sino como el ‘método del logos’, es decir, una forma de pensamiento.

Por otro lado, Sartori era un crítico de la ciencia política dominante a partir de los años 50 por no llevar a cabo la confrontación entre teoría y práctica (ciencia política normativa y ciencia política empírica), por lo que la calificaba de “ciencia inútil”, de no saber “cómo hacerlo” y excederse en la teoría, en la parte pura de toda ciencia.

Es por ello, que en la hora de su muerte, además de homenajearle (el mejor homenaje es comprar sus libros y leerle, como bien dice el politólogo Fernando Vallespín), debemos tener en cuenta, para hacer grande a la ciencia política (también debatir interna y externamente y mejorar aquello en lo que no estemos de acuerdo con el genio florentino).

Desde ‘El rincón del politólogo’, qué mejor sitio, aprovecho estas líneas para escribir sobre algo diferente a lo que podemos encontrar estos días sobre el politólogo italiano. Casi siempre sobre sus libros sobre democracia y partidos políticos, sus valores democráticos y la defensa de la civilización occidental. Su postura sobre la ciencia política es algo diferente y de mucha importancia para los que estamos en esta disciplina.

Descansa en paz, maestro.