¿Resurge el extremismo en Europa?

Por Luz Trujillo

Las últimas elecciones al Parlamento Europeo, celebradas en mayo del 2014 confirmaron el crecimiento de las formaciones de extrema derecha en el Norte y en el Centro Europa, un hecho sin precedentes desde los años 30 del siglo pasado. En países como Francia, Gran Bretaña, Dinamarca o Austria estos movimientos extremistas obtuvieron entre el 20 y el 30 por ciento de los sufragios emitidos. Algunas de estas formaciones son viejas conocidas, como el Frente Nacional de Marine Le Pen; otras, como la formación Alternative für Deutschland (AfD), se fundó en abril del 2013 y sin embargo, en la actualidad, es la segunda fuerza política en el estado federado de Sajonia- Anhalt y tercera fuerza en otros dos Estados tras las últimas elecciones regionales en Alemania; lo que da una idea de lo que puede pasar en las elecciones generales del 2017.

Sin embargo, en cada uno de estos movimientos genéricamente englobados en la denominación extrema derecha aparecen diferentes concepciones ideológicas. El partido AfD, por ejemplo, se declara liberal a la par que su discurso gira en torno a la crisis de refugiados y la política migratoria, algo que les ha llevado a ser comparados con el Frente Nacional francés pese a que ellos rechazan esta equiparación por no sentirse, afirman, ni estatistas ni socialistas.

En Finlandia es algo común encontrarse con grupos de jóvenes que se hacen llamar Soldados de Odín, cuyos signos de identidad son las famosas cazadoras Bombers negras y la cara pintada con la bandera finlandesa que tienen como propósito la defensa de los finlandeses ante la invasión musulmana; algo que también aprueba el partido ultraconservador Los verdaderos Finlandeses, que en estos momentos forma parte del gobierno asumiendo la cartera de Asuntos Exteriores. En otros países, como Austria, la formación Partido de la Libertad (FPÖ) será la primera fuerza política en detrimento de los socialdemócratas según las encuestas electorales; en Holanda, el Partido de la Libertad (PVV) es líder en todas las encuestas electorales.

El auge de estos movimientos extremistas no sólo se debe a la crisis económica, puesto que en la Europa Meridional carecen de base social relevante, salvo en Grecia con Amanecer Dorado y, por el contrario, lo que ha experimentado un enorme ascenso con tal argumento es la extrema izquierda de corte marxista- populista que en España se cobija bajo el paraguas de Podemos.

Son varios los factores que influyen en el crecimiento de estas formaciones, pero uno de los puntos que tienen en común es su rechazo a la inmigración que ven como una amenaza a la identidad y por otro lado su desafección hacia las instituciones de la Unión Europea, unos caldos de cultivo que a la larga si no se reacciona a tiempo pueden desembocar en conflictos ya vividos en el pasado; la historia no se repite, pero sí los errores que se cometieron.