Elecciones en Estados Unidos

El primer martes después del primer lunes

El primer martes después del primer lunes
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Tal y como establece la Constitución, el primer martes siguiente al primer lunes de noviembre del año 2008, los ciudadanos de los Estados Unidos eligieron como su presidente a un compatriota afroamericano para cambiar el rumbo de la política de su país. Un hecho percibido como trascendental, como lo fuera el nacimiento de aquella nación para el avance de la democracia en la historia contemporánea. El 8 de noviembre de 2016 los votantes deciden entre mantener el rumbo iniciado entonces, o dar un viraje brusco hacia un lugar indefinido a donde la mayor parte de los americanos nunca habían pensado llegar. De cualquiera manera, la democracia saldrá fortalecida. Bien porque una mujer se convertirá en Presidenta de los Estados Unidos, o bien porque habrá que admitir que un outsider de la política alcance la más alta institución de la democracia americana.

La democracia es el gran valor político de los Estados Unidos que los ciudadanos llevan ejerciendo desde hace más de 200 años. Desde Tocqueville, el funcionamiento del sistema ha sido una permanente lección política de la sociedad americana hacia sus vecinos y rivales. Con la expansión del país en el siglo XIX, creció la confianza de los norteamericanos en sus instituciones y se consolidó la progresiva integración de los conceptos de nación y democracia. La nación se construye a sí misma como una fe común en el sistema democrático. El siglo XX está definido por la política exterior en defensa de la democracia. En la primera Guerra Mundial, los americanos intervinieron, así lo decía su propaganda, para luchar contra el autoritarismo de los Imperios Centrales, en favor de la democracia. En la segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos volvieron a intervenir y lucharon contra el nazismo, cuyo principal enemigo era la democracia.

Primero, antifederalistas y federalistas; luego, federalistas y demócratas republicanos; más tarde, demócratas y whigs; y finalmente, demócratas y republicanos. El martes, Hillary y Trump. Una pugna electoral por una institución política, la Presidencia de Estados Unidos. Observada con admiración por la historia. Seguida con preocupación por los ciudadanos del mundo y por gobiernos de países rivales y vecinos.

El primer martes después del primer lunes de noviembre, los electores votan con la creencia de que su decisión servirá para fortalecer a su nación y, por tanto, con la convicción de que su voto será un instrumento para fortalecer a la democracia. Los intentos por debilitar el sistema americano; las salidas de tono de los candidatos; la dudas sobre la fiabilidad de las instituciones; las filtraciones de los medios de comunicación; los correos electrónicos del entorno de Hillary Clinton; las críticas a la política tradicional; el populismo. Todo argumento se verá desbordado por la responsabilidad de los votantes y por el sentido común, y político, de una sociedad construida sobre las bases del respeto por la voluntad de la mayoría, en el marco de una Constitución garante de los derechos y libertades de los ciudadanos.