España ¿es país para jóvenes?

España por su situación geográfica, su clima, su riqueza cultural,... es un lugar de los más agradables para poder vivir felizmente. Pero algo falla cuando nuestros jóvenes se van, y cuando los que se quedan tienen dificultades para emanciparse y para poder iniciar su proyecto de vida.

España acapara las últimas posiciones en emancipación y empleo cuando se compara con el resto de países de la Unión Europea.

Respecto a la emancipación, la cultura española -al igual que la mediterránea- mantiene los vínculos con la familia a lo largo de toda su vida. Claramente diferente de la nórdica o la anglosajona, donde los hijos dejan el domicilio de sus padres a los 18 años. Además, la ausencia de políticas públicas de apoyo a la emancipación en nuestro país no ayuda a mejorar nuestra posición. Según Eurostat, España es el octavo país de Europa en el que los jóvenes se van más tarde de casa, con una media de 30 años. El dato refleja una realidad innegable que con la crisis incluso se ha agudizado, ya que cada vez cuesta más abandonar el núcleo familiar y la independencia en nuestra sociedad se vende a un alto coste.

El empleo es uno de los factores en los que España está a años luz del resto de Europa. En España la tasa de desempleo juvenil está en torno al 50%, mientras que la media europea no alcanza el 20%. Es este un factor que se relaciona estrechamente con la emancipación. Si además de ese elevado nivel de paro, el empleo juvenil que se crea es precario y temporal, se reducen las posibilidades de abandonar el hogar familiar.

Cuatro de cada 10 jóvenes españoles consideran que no podrán encontrar empleo en el primer año de búsqueda tras acabar la formación, según un estudio elaborado por Adecco para conocer las expectativas de empleo de los jóvenes en todo el mundo. Los españoles son los que se muestran más pesimistas en este aspecto. Aunque un 67,5% de los jóvenes españoles asegura tener las habilidades y competencias necesarias para trabajar en el futuro.

Algo no hacemos o hacemos mal. España envejece, su población disminuye, sus jóvenes emigran, y en definitiva, se descapitaliza en su recurso de más valor añadido como es el capital humano. Se corre el riesgo de que se pierda una generación si no se soluciona.

Es esta una de las cuestiones donde los partidos políticos y los agentes sociales deberían acordar un pacto de Estado para apoyar medidas que permitan revertir esta situación para dar oportunidades a los millennials (aquellos que tienen menos de 30 años).

Que, una vez los jóvenes finalicen su periodo de formación, puedan tener un acceso fácil al mercado laboral con un tipo de contrato que les proporcione una razonable estabilidad y que esté dignamente remunerado.

Que para emprender su proyecto de vida puedan tener acceso a una vivienda digna. Promocionando para ello un parque público de viviendas en alquiler por parte de los poderes públicos.

Implementando medidas de conciliación de la vida laboral y personal y de racionalización de horarios de trabajo, para facilitar que los jóvenes tengan hijos y en edades más tempranas.

Y finalmente, poniendo en marcha un programa de recuperación del talento. Porque después de la inversión que ha supuesto la formación de nuestros jóvenes, el que muchos de ellos se hayan visto obligados a emigrar a otros países europeos o a terceros países en busca de oportunidades de empleo, es un despilfarro de recursos que no nos podemos permitir. Muchos de ellos son ingenieros y tecnólogos muy necesarios para impulsar la implantación de las nuevas tecnologías de fabricación o de los nuevos sistemas de producción en la actual y futura economía 4.0.