Blogs

Un acto para vulnerar el orden constitucional: ¿qué vamos a hacer?

Un acto para vulnerar el orden constitucional: ¿qué vamos a hacer?
Un acto para vulnerar el orden constitucional: ¿qué vamos a hacer?larazon

El Ayuntamiento de Madrid, en manos de Ahora Madrid, ha alquilado un espacio en el Palacio de Cibeles, para que se celebre un acto del Pacto Nacional por el referéndum, una plataforma integrada por la Generalitat, el Parlamento de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona, las diputaciones, los grupos favorables al “derecho a decidir” (en realidad, al “derecho a impedir que los demás decidamos”) y diversas entidades catalanas. Se proponen seguir vulnerando el Estado de Derecho, acabar con la ciudadanía compartida y separarse del resto de España. En resumen, se proponen avanzar en el golpe de Estado puesto en marcha y en una propuesta que además es políticamente reaccionaria, puesto que no hay peor cosa que pretender levantar fronteras entre conciudadanos.

En el acto, que se celebrará el próximo día 22 de mayo en el auditorio Caja de Música, el presidente catalán ofrecerá a Mariano Rajoy un referéndum pactado y celebrar una consulta soberanista de común acuerdo.

Oferta que, sobra decir, debe ser rechazada, dado que el aceptar siquiera la posibilidad de que una parte decida por el todo (rompiendo el demos, el sujeto de soberanía), supondría una quiebra evidente del Estado de Derecho. El presidente Rajoy, el Gobierno de España y los principales partidos políticos españoles no deberían únicamente rechazar el referéndum que pretenden sino además cualquier pacto que suponga ahondar en la asimetría efectivamente existente en España. En ese sentido, el mantenimiento del Concierto Económico y del Convenio navarro y el reciente pacto vergonzoso en relación al Cupo alcanzado entre el PP y el PNV al que ningún partido con presencia en el Congreso de los Diputados se ha opuesto en la práctica, no solo no quita argumentos a los independentistas catalanes sino que, llegado el caso, les permitirá solicitar mismo trato y mismo privilegio. Entonces el PP y el PSOE y todos los demás podrán y deberán rechazar dicho acuerdo... pero su incoherencia les dejará en ridículo. Los nacionalistas catalanes deseosos de aportar menos a la solidaridad interterritorial podrán preguntar: ¿por qué a los vascos sí y a nosotros no?

Fuentes municipales subrayan que la Caja de Música “forma parte de los espacios municipales que Madrid Destino gestiona y alquila a terceros”, pero en ningún caso se trata de un evento del Consistorio. De hecho, la alcaldesa no tiene previsto acudir. Que todo podía ser. La sala es para 250 personas y el coste económico es escaso (3.000 euros) si lo comparamos con lo que políticamente pretenden. Y además pagan ellos... aunque siguen financiados por todos.

Con razón, distintos portavoces de la oposición, medios de comunicación y hacedores de opinión han puesto el grito en el cielo ante tamaño propósito. En general, hemos escuchado lamentos y, especialmente en el caso de los portavoces municipales, expresiones tecnocráticas, técnicas y burocráticas, como si lo que se pretendiera no fuera romper el orden constitucional y la convivencia sino cometer una simple falta administrativa a debatir en una comisión municipal.

La pregunta no es qué va a pasar sino qué vamos a hacer quienes defendemos el Estado de Derecho, la ciudadanía compartida, el bien común y la igualdad. Y no me refiero a qué haremos en relación al acto concreto que celebrará el independentismo en una pequeña sala del consistorio madrileño... sino qué vamos a hacer los demócratas para ganar políticamente al nacionalismo: sin duda, cumplir y hacer cumplir la legalidad vigente; pero, además deberíamos desmontar sus falacias, desmentir sus mentiras y convencer a una mayoría de ciudadanos de que lo progresista es defender el bien común y el interés general. Poder se puede pero se trata de sumar fuerzas en ese propósito, más allá de las fronteras partidarias, y contar para ello con intelectuales, periodistas, asociaciones, colectivos, plataformas y la sociedad civil.

Y, entre tanto, organizar un acto público para defender estas cuestiones y algunas otras. Nosotros vamos a hacerlo.