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Ocho claves para elegir un buen coach

Ocho claves para elegir un buen coach
Ocho claves para elegir un buen coachlarazon

La profesión de coaching está de moda. Cada vez más conocemos a personas que se definen como Life-Coaches, Coaches ejecutivos, de carrera, de nutrición, sin contar a los coaches deportivos, que son en cierta forma el comienzo de la profesión en sí.

Mucha gente hoy día se plantea acudir a un coach para mejorar su calidad de vida, lidiar mejor con las emociones, potenciar su carrera profesional, superar miedos, limitaciones, desbloquear todo su potencial y mantener la motivación en su trabajo.

Pero cuando hablamos de coaching, no podemos evitar pensar en el intrusismo: gente que no se ha formado en absoluto en esto del coaching o ha hecho un curso de un fin de semana y se presentan como coaches, ofreciendo servicios de coaching y cobrando tarifas a veces bastante elevadas.

Por ello, y por todo el desconocimiento que hay en relación a esta nueva profesión, que poco a poco se va haciendo más fuerte, ya que las universidades comienzan a respaldarla, como Coach Profesional quiero plantearte 8 claves para elegir un buen coach.

1. Formación. No te pondrías en manos de un médico que no ha estudiado medicina o un psicólogo sin formación alguna sólo porque escribe muy bien en su blog, ¿verdad? ¿Por qué entonces vas a confiar en alguien que se hace llamar Coach u ofrece sesiones de Coaching sin demostrar tener ninguna formación al respecto?

Hace no mucho me escribía una potencial cliente a través de mi sección de contacto, deseando realizar sesiones de coaching conmigo. Pero su email era muy claro: antes que nada quería saber si tenía título y estaba certificada. Para mí fue un verdadero regalo que me pidiera mi titulación. Y es que ella misma comentaba que había escrito a varios coaches, supuestamente certificados y titulados, pidiéndoles ver sus títulos de los que alardeaban, pero la mayoría de ellos ni siquiera se había dignado en responder a su petición. Imaginaos la impresión que se llevaría de la profesión.

Si decides iniciar un proceso de coaching, te recomiendo que te fijes si la persona que va a asesorarte tiene un título oficial, y si este título está reconocido por organismos de coaching oficiales como la ASESCO, AECOP, ICF o ATHC. También algunas titulaciones poseen un respaldo universitario, como ocurre en mi caso.

2. Certificación. Este es otro parámetro a tener en cuenta. Se trata de que organismos oficiales de Coaching como la ICF o ASESCO certifiquen tu profesionalidad como Coach. Es necesario que el coach en cuestión tenga un determinado número de sesiones pagadas y además tiene que pasar un examen específico y un proceso de mentoring.

No es indispensable, si el coach posee como mínimo la formación adecuada y puede mostrarte su título. Aunque he de decirte que la certificación cuenta con una mayor relevancia a nivel empresarial sobre todo, ya que demuestra que organismos oficiales de coaching han comprobado que el coach en cuestión es apto para recibir la certificación, a través de procesos de trabajo reales y horas demostrables de experiencia.

3. Experiencia. Otro factor a tener en cuenta. Para ello, lo mejor es que eches vistazo a los testimonios de las personas con las que ha trabajado el Coach que piensas contratar. Está claro que los testimonios podrían inventarse, pero no seamos tan desconfiados: si un coach tiene un título que puede presentar y lleva un tiempo escribiendo en su blog, puedes hacerte la idea de que lleva un tiempo también realizando sesiones de coaching con sus clientes.

Si no te parece suficiente, pregunta directamente al coach cuántas horas de experiencia tiene. En mi caso, para poder titularme, he necesitado un mínimo de 40 horas de práctica, aunque en la vida real fueron más horas. Por ahora llevo más de 100 horas en sesiones de coaching, la mitad de las cuales son horas pagadas.

4. Especialidad. Lo mismo que un neurólogo no tiene por qué saber curar un esguince, un coach puede también especializarse en un área concreta. De hecho, cuanto más se especialice, mejor, porque así va a ser un experto en una determinada materia.

No es lo mismo acudir a una coach especialista en embarazos que a una coach de carrera. Antes de decidirte por un coach u otro, te invito a que mires bien su web, los contenidos sobre los que escribe, incluso su formación anterior. Algunos coaches son psicólogos, de modo que podrían ayudarte con otros aspectos, por ejemplo, a través de una terapia complementaria. Otros son publicistas, abogados o ingenieros. Elige al profesional con el que más identificado te sientas o cuyo conocimiento más se acerque al área de tu vida que deseas potenciar.

5. Formación complementaria. El coaching es una de las muchas vías del desarrollo personal y profesional. Aparte de eso están otras modalidades como Programación Neurolingüística, Inteligencia Emocional... entre otras. En mi caso particular, mi título conlleva también la formación en esas otras áreas. Hay también diferentes modalidades de coaching como ejecutivo, grupal, sistémico, estratégico. Yo he aprendido un poco de todo, pero hay especialistas enfocados en una rama concreta. Como siempre, mi consejo es que leas la máxima información posible sobre esos profesionales en sus páginas web y les hagas preguntas concretas sobre su formación y experiencia.

6. Estilo y forma de trabajar. Esto último creo que es muy importante. Cada profesional tiene una marca o sello propio: unos son más directos, otros más tranquilos en su forma de expresarse o trabajar. Si sigues el blog de un coach, puedes ver según cómo escribe, el estilo que emplea. También es interesante que te informes de cómo trabaja: si de forma presencial u online. Cuántas sesiones como mínimo te propone. Es importante que no te timen y no generes una relación de dependencia con tu coach. En coaching se potencia la capacidad de decisión y de independencia del cliente, de modo que es aconsejable que no tengas más de 10 sesiones seguidas.

7. Precio. Este es un aspecto que nos trae un poco de cabeza. El coaching es una modalidad nueva, está de moda y no es para todos los bolsillos, de ahí que muchas personas con sueldo medio no opten por esta opción. Pero afortunadamente el coaching se va democratizando poco a poco y ya podemos apuntarnos a talleres online o a coaching grupal, así como mirar qué paquetes pueden venirnos bien.

El precio medio suele rondar unos 50-80 euros la sesión, dependiendo del profesional , de la fama y experiencia que tenga. En mi caso particular, como me he titulado hace no mucho, ofrezco precios mucho más ventajosos.

8. Garantía. Es importante también que te ofrezcan garantía. En caso de contratar un paquete con “equis” sesiones, si no estás satisfecho con la labor del coach, o si descubres que el coaching no es para ti, deberías poder reclamar que te devuelvan la cantidad invertida por las sesiones que no has utilizado.

También es importante tener la garantía de confidencialidad: un acuerdo firmado en el que el coach que contratas se compromete a no divulgar por ningún medio la información tratada durante las sesiones. Otra cuestión importante en relación a coaches profesionales es que nos acogemos también a un código deontológico que debemos respetar.

Por desgracia, como decía al principio, hay muchos profesionales que se hacen pasar por coaches, cuando en realidad no tienen ninguna titulación ni experiencia en este campo. No dudo de que algunos no sean capaces de ofrecer apoyo o ayuda en casos concretos, especialmente basándose en su experiencia propia, pero sí me parece poco ético que se denominen coaches u ofrezcan servicios bajo el nombre de coaching, amparándose en que está de moda.

Mi consejo general es que analices bien con quién vas a iniciar un proceso de coaching, que inviertas un poco de tiempo, ya que vas a invertir tu dinero, tiempo e ilusiones, y estás buscando tu propio desarrollo y mejora a nivel personal o laboral. Si vas de la mano de un Coach profesional, con experiencia, con un estilo que se ajusta a ti y a tu manera de ser, con garantías, y pagando un precio razonable, creo que estarás tomado una buena decisión.

Recuerda que tu proceso de cambio y crecimiento personal es algo tan vital como cuidar tu salud o tu cuerpo. No lo dejes en manos de intrusos, guíate por tu intuición, pero investiga antes y exige ante todo un trato serio y calidad profesional.