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Centro Nacional de Desaparecidos

Centro Nacional de Desaparecidos
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En el año 1.999, presenté un informe al defensor del pueblo, en particular se trabajó con su adjunta MARIA LUISA CAVA DE LLANO, del Partido Popular, sobre la situación de la sustracción interparental de menores en España. Este informe fue recogido en la memoria de la institución correspondiente al año 2.000, y se hizo propia de la institución todas las iniciativas que propugnamos.

Entonces trabajábamos, en mantillas, desde la ASOCIACION PARA LA RECUPERACION DE NIÑOS SACADOS DE SU PAIS, sobre una problemática que era si no nueva, si muy condicionada en nuestro país. La Asociación, se transformó posteriormente en una fundación, ”CHILD CARE”, que tuve el honor de presidir durante ocho años, y por último, tras más de quince años de trabajo, se fusionó con la fundación ANAR, sobre una problemática que era si no nueva, si era muy desconocida en nuestro país.

En aquel informe se solicitaba la creación de un centro nacional de menores desaparecidos y explotados, cuya funcionalidad seria recoger lo que entonces andaba desperdigado y que hacía a los familiares de los menores desaparecidos o sustraídos, “peregrinar” de un lugar a otro, de una oficina a otra, en búsqueda de ayuda de las instituciones.

En el planteamiento que se hizo, se trabajaba desde la perspectiva de la coordinación de cuatro ministerios.: El ministerio de asuntos exteriores, el ministerio del interior, el ministerio de justicia, y el ministerio de asuntos sociales. Se trataba de crear un equipo multidisciplinar que cubriera todas las posibilidades de búsqueda nacional e internacional y de ayuda a las víctimas y sus familiares.

Desde los ministerios se contestó que no, que no había fondos para poner en marcha tal institución.

A lo largo de los años seguí en todas las intervenciones públicas que tuve oportunidad, defendiendo y reivindicando la creación de tal entidad, y en un libro que publique sobre “el Derecho del límite”, llegué incluso a diseñar un organigrama y un programa de puesta en funcionamiento que tardaría en estar en rodaje dos años, y sin necesidad de mucha inversión ni mucho personal.

La cosa se quedó ahí, en lo que yo pensaba que era un clamor en el desierto.

No fue el único tema en el que reivindique reformas, cambios, ayuda al ciudadano, todos parecían que se quedaban ahí. Especialmente la reforma de la legislación sobre Violencia contra la mujer y la reivindicación por un tratamiento diferente de las cuestiones de género para evitar que se desembocase en una “lucha de géneros” sustitutiva de la “lucha de clases”.

Sin embargo en los últimos años he podido ver cómo, ya sea porque si o por pura casualidad o simplemente por coincidencia, muchas de las cosas que reivindicaba se han visto de una forma u otra hechas realidad.: El tema del consentimiento para conseguir pasaporte o documentos que puedan servir para viaje; el tema del cierre de fronteras y la protección del espacio Schengen, el tema de la modificación del artículo 158 del Código Civil, la modificación del Código Penal en su artículo 225 bis sobre la sustracción interparental de menores, la modificación del procedimiento para la restitución de menores, la modificación de la competencia para conocer de todos estos asuntos, la responsabilidad de la administración por inadecuado control de fronteras y ahora la creación por fin de un centro nacional de personas desaparecidas. Todo esto lo recogí en mi tesis doctoral y en el libro “El derecho del límite.” Y ahí está para el que quiera leerlo. No son mis modificaciones en plenitud, pues yo planteaba cuestiones más avanzadas que las soluciones que se han dado a los problemas por el legislador, pero se ha caminado y para mí eso es lo importante.

Los abogados de familia estamos para algo, somos una especie de “locos bajitos” como decía Serrat refiriéndose a los niños, porque algo niños sí que somos, quizá ingenuos o infantiles al creer aun en la justicia, a pesar de la administrativizacion y relativización que vemos y ante tanto dolor que nos rodea, queriendo pelear en esta área del derecho vocacionalmente, y andamos, también como decía la letra de la canción, haciendo muchos de nosotros algo así como “joder con la pelota”. Escribir, “dar la vara”, peregrinar de un juzgado a otro y aguantar estoicamente todo de todos los lados. Disgustos muchos, satisfacciones menos, pero cuando llegan, tapan los agujeros de los disgustos, con creces.

No sé como se quiere constituir ese nuevo C.N.D., las letras son un poco resbaladizas.

Que yo conozca no se debe a mí, ni a mi trabajo, como mucho quizá alguien me habrá oído algo algún día en sabe Dios que sitio, sino que se debe a la realidad de la sociedad y a la presión de las víctimas; y así está bien que sea. Ignoro todo de él; pero deseo que sea un éxito, que se cree rápido y que funcione bien.

Y a seguir adelante todos, explicando las cosas con tranquilidad y tratando de cambiar lo que no funciona bien del todo.

Lo demás va a beneficio de inventario y a pérdidas de cada año judicial y de cada memoria del ministerio.