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La Navidad en cinco sentidos

La Navidad en cinco sentidos
La Navidad en cinco sentidoslarazon

La Navidad tiene un sonido, el del Sorteo de la Lotería de la Navidad, con los cantos de los niños del Colegio de San Ildefonso, el sonido de las bolas con los premios girando en los bombos, suena al revuelo de voces que se genera cada vez que sale un premio grande. Suena a las voces de alegría de los loteros cuando se enteran de que han sido ellos quienes han vendido los números premiados y a las voces de los periodistas que nos traen las noticias del día. Suena a la alegría de los premiados, que disfrutan de su suerte y comparten con sus seres más cercanos.

La Navidad suena a los villancicos de los niños en las funciones del colegio, donde padres y abuelos aplauden y ríen con las gracias de los suyos y de los niños de los demás. La Navidad suena a todos los “Feliz Navidad” que repartes y oyes entre los tuyos y entre aquellos que se cruzan en tu camino; el camarero del bar, la dependienta, el dueño del taller y el del quiosco, tu médico y los compañeros del trabajo.

La Navidad huele a jacintos, esos que mi madre plantaba un poco tarde y que salían en febrero, pero que luego aprendió que era más fácil que estuvieran floridos si los compraba más crecidos. La Navidad huele también a lo que se está cociendo en la cocina, con el horno o las cacerolas a pleno rendimiento para elaborar el menú de Navidad tradicional y disfrutar con la familia o los amigos.

La Navidad huele también a galletas, esas que haces con los niños, que salen un poco feas y con los bordes quemados, muy manoseadas y un gran exceso de harina. Huele a canela y a anís.

La Navidad se toca cuando envuelves los regalos, escondido en tu cuarto, con el pestillo puesto y un arsenal de papel, tijeras, celo, tarjetas y cintas. Se toca también cuando encuentras los adornos del árbol en la caja de siempre y en el Belén, al que le vas añadiendo el Niño y los Reyes conforme se van acercando las fechas del Nacimiento y de la visita real. La Navidad se siente con fuerza y calor en los brazos y en el pecho, con los abrazos y besos de la familia.

La Navidad sabe a la comida de mamá, de la suegra, de la abuela, o a la tuya, a vino y a cava, a sidra, a turrón y a nueces.

La Navidad se ve en las calles engalanadas, en los escaparates de las tiendas y en el afán de la gente comprando regalos, pensando en aquello especial que van a regalar que hace tanta ilusión.

La Navidad se siente al pensar en la suerte que tienes por tener lo que para ti es lo más importante, y si hay algo que te falta, pedirlo para que el Año Nuevo te lo traiga a raudales, a ti y a los tuyos.

La Navidad es recuerdo, el recuerdo de los que ya no están o de los que están lejos, para que su recuerdo nos envuelva y nos aporte paz y amor en el corazón y en la mente.

La Navidad es algo especial para cada uno de nosotros, algo que nos aporta ilusión para el resto del año, el momento de hacer balance de lo hecho y de aquello que está por hacer, de nuevos proyectos y nuevos retos.

Sea como sea vuestra Navidad, os deseo que tengáis unas Felices Fiestas y un maravilloso 2017, donde consigáis lo que deseáis y disfrutéis de salud, amor, y si se puede, algo de dinero también.