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Por qué poner una carpa en tu boda

Por qué poner una carpa en tu boda
Por qué poner una carpa en tu bodalarazon

Muchas parejas creen que lo más importante para que su boda sea “la boda del año” es elegir una finca o recinto con unas vistas espectaculares para disfrutar durante el cóctel, con un gran jardín, pensando que como la boda es en verano, van a cenar en el jardín y bailar allí hasta el amanecer.

“Y luego si llueve ya nos metemos en una carpa”. Sí, claro. Las carpas. Ésas que se montan en un abrir y cerrar de ojos y que se eligen en un suspiro. Ese detalle sin importancia que nadie tiene en cuenta a menos que dos semanas antes de la boda haya previsión de lluvias y se pongan nerviosos hasta los niños de las arras. Entonces empiezan las prisas, visualizas el estado de las mesas con los invitados calados hasta los huesos llevando sus mejores galas, con una lluvia torrencial cayendo durante la hora de la cena. No os riáis, que conozco bodas en las que diluvió el día antes de la boda. Pero eso no era diluviar, eso era un castigo. En pleno verano. ¡Pero si en junio/julio/agosto no llueve! Eso lo dicen los que tienen suerte, porque luego hay otros a los que les sorprende la lluvia el día de la boda y ahí ya no hay margen de error. Para llorar una semana seguida sin parar. Imaginaos que habéis pasado todo un año planificando una gran fiesta para celebrar con vuestras personas más cercanas: la comida tiene que ser perfecta, la decoración, la música, las flores, el coche de los novios, la finca, el vestido, el chaqué, los niños de las arras... y luego llueve y os pasa por agua todos esos detalles que habéis elegido con tanto cuidado. Aaaaaahhhh, las lágrimas ahí no sirven ya de nada.

Por eso soy una gran defensora de las carpas, pues creo, además, que el beneficio que ofrecen va más allá de ser un techo bajo el que refugiarse en caso de lluvia. Una carpa se convierte en un nuevo recinto que da carácter y sabor al lugar en el que se va a servir el almuerzo o la cena. Pero no os equivoquéis, no estoy hablando de esa carpa (que cuando salió de la fábrica fue blanca, pero ya no lo es), del tamaño de un hangar para aviones comerciales, con cortinas (de plástico también), bajo la cual se colocan las mesas. Ésa no.

Pienso más bien en una carpa que se ajuste al entorno en el que se coloca, en un color cálido, con iluminación puntual, que haga al comensal transportarse a un lugar acogedor, donde se sienta como en casa, pero que a la vez le aporte la sensación de estar en un entorno privilegiado.

Hay infinidad de opciones, pero lo difícil es encontrar la empresa que sea capaz de ofrecerte distintas opciones, todas ellas con un servicio personalizado y profesional. A mí me inspira mucha confianza Carpa 10, porque trabajan genial y se adaptan a todo lo que puedas necesitar.

Tipi

Una de las carpas que más me gustan es la que parece un tipi, a mi me transporta a un jardín con un bosque centenario, como si estuvieras en una tienda sami, o en una playa paradisíaca con vistas al océano.

En ella puedes crear un entorno cálido y acogedor con bombillas de baja frecuencia que marquen el área de la carpa y los radios. Una gran ventaja de esta carpa es que al tener un punto central, en caso de lluvia no presenta encharcamientos ni canalones, todo el agua resbala por la superficie y cae en el exterior.

Foto: Carpa 10

Rústica

Si lo tuyo no es el bosque centenario sino más bien algo que esté entre lo rústico y lo industrial puedes optar por una carpa de techo horizontal que juegue con los volúmenes entrelazando lienzos de tela en el techo. Así aportas movimiento al entorno y bajas el techo visualmente.

Foto: Carpa 10

Clásica

Si tu estilo es clásico y no habrá quien te mueva de allí, puedes optar por una carpa discreta que puedas personalizar a tu gusto. Ésta tiene la cubierta como una jaima y tiene la ventaja de no presentar pilares en el interior del área de la carpa. Además, tiene un sistema de desagüe centralizado que garantiza evitar bailar en zapatos calados. No obstante, si quieres estar completamente seguro de que no habrá pies mojados puedes poner una tarima de madera que eleve el suelo y lo separe de la humedad potencial.

Foto: Carpa 10

Igloo

Y luego está esta opción. El igloo. Se trata de una carpa con forma esférica, completamente transparente, pequeñita, acogedora, donde poner una zona chill out, con luces bajas, que puedes decorar con cojines en el suelo o unos killims, que aportan calidez y color. Estoy segura de que este espacio sería el más demandado en una boda, lo malo es que cuando entras allí ¡ya no quieres salir!

Foto: Carpa 10

Pero si da igual todo lo anterior y tú lo que quieres es una carpa gigante, ésta con mirador incorporado, será tu palacio para el día de tu boda.

Foto: Carpa 10

¿A que no tienen nada que ver con las carpas que teníais en mente al principio del post?

Ya sabéis que si necesitáis ayuda o consejos sólo tenéis que escribir un mail a info@lbda.es