Reino Unido

Cameron niega el voto a 1,5 millones de europeos

Tampoco podrán votar en el plebiscito de la UE los británicos que residan en el extranjero desde hace más de 15 años

Cameron recibió ayer al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en Chequers
Cameron recibió ayer al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en Chequerslarazon

El primer ministro británico, David Cameron, comenzó ayer a trabajar sus apoyos para establecer un mejor marco de relaciones con la Unión Europea, antes de celebrar el referéndum sobre la pertenencia de Reino Unido a la UE. El primero al que presentó sus demandas fue el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, a quien invitó ayer a Chequers, su residencia de campo.

En el referéndum quedarán excluidos todos los residentes europeos en Reino Unido. Tendrán derecho al voto los británicos y los irlandeses, malteses, chipriotas y ciudadanos de la Commonwealth que residan en el país, así como los británicos que lleven menos de 15 años viviendo en el extranjero o los residentes en Gibraltar, según ha señalado el propio Gobierno conservador, que presentará los detalles al Parlamento el jueves.

Más de un millón y medio de extranjeros quedarán al margen del referéndum. Los españoles residentes en Reino Unido, por ejemplo, no podrán votar en el mismo, cuyo sistema de voto se creará a imagen y semejanza de unas elecciones generales. La cita está prevista para el año 2017 como muy tarde, aunque se adelantará si las negociaciones con la UE van dando sus frutos. La celebración de este referéndum, y más ampliamente las relaciones de Reino Unido con la Unión Europea, fueron la pieza angular de la campaña electoral. El «premier» prometió que si ganaba preguntaría a los británicos sobre la pertenencia del país a la UE y consiguió revalidar su mandato con mayoría absoluta, contradiciendo la mayoría de las encuestas.

Cameron podrá plantear sus inquietudes a todos los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la próxima cumbre de junio en Bruselas, pero para abrirse camino, eligió a Juncker como su primer interlocutor, lo que denota su respeto por el nuevo equipo de la Comisión Europea, con mayor pretensión política que los anteriores dirigidos por Durao Barroso. Sin embargo, su relación con Juncker ha ido perfilándose poco a poco, después de haber protagonizado un voto sin precedentes en contra del luxemburgués para presidir la Comisión. En un principio, el líder «tory» se opuso públicamente al nombramiento de Juncker como jefe del Ejecutivo comunitario. Su postura quedó solamente respaldada por el radical primer ministro de Hungría, Viktor Orban. Tan sólo dos votos en contra de 26 que determinaron por aplastante mayoría su apoyo a quien fuera primer ministro de Luxemburgo durante dieciocho años.

El jefe del Ejecutivo británico eligió uno de los salones que utilizó el ex primer ministro Winston Churchill para redactar algunos de sus más famosos discursos de la II Guerra Mundial para tratar a grandes rasgos con Juncker los principales objetivos que busca el Reino Unido. «Es una oportunidad que tiene el primer ministro para poner de manifiesto por qué está haciendo esto y expresar la opinión de Reino Unido sobre la UE y las razones de la renegociación», explicó una fuente oficial.

Históricamente, Reino Unido no ha estado muy ligado a Europa, sino más bien a Estados Unidos y los países que conforman la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth). Para muchos ciudadanos británicos la Unión Europea no es otra cosa que un gigante burocrático que les cuesta mucho dinero sin aportar mucho a cambio. Precisamente, según los últimos datos de Eurostat sobre el PIB de las regiones, Reino Unido cuenta con la región más rica de toda la Unión Europea, Londres. El país se unió a la UE en enero de 1973, pero no pertenece ni a la eurozona ni al espacio Schengen.

Son muchos los que creen que Cameron tiene un espíritu proeuropeo y que hará lo imposible por mejorar las condiciones del país para conseguir un «sí» a la UE de sus ciudadanos. Desde las instituciones comunitarias también se fomentará un acercamiento de posturas con Londres para encontrar los puntos comunes y mejorar así su posicionamiento dentro de la UE. Una posible salida de la Unión Europea, el denominado «Brexit», encuentra acogida entre la población, aunque, según determinaron las últimas elecciones, tampoco de forma radical, ya que partidos euroescépticos como el UKIP, liderado por el controvertido Nigel Farage, apenas alcanzó un escaño. Esto pone de relieve que la sociedad británica estaría más dispuesta a mantenerse dentro de la UE si logra satisfacción a sus demandas.

Sin embargo, la sola pretensión de realizar el referéndum ya tensó en cierta medida las relaciones de Cameron con la Comisión Europea. Las continuas quejas de Londres por el supuesto «abuso» de ciudadanos comunitarios del sistema social británico también han llegado a Bruselas para denotar su descontento con una de las principales libertades de la UE, la libre circulación de personas. Será precisamente en este contexto, en el abuso de las libertades fundamentales, donde Cameron podrá encontrar un apoyo claro de Juncker, teniendo claro que se plantean como límites precisamente la libertad de movimiento de personas, mercancías, servicios y capitales. Los constantes abusos de los comunitarios de las mismas podrían fomentar un control más férreo de las ayudas sociales de los grandes países europeos, que sufren por ello mayor presión migratoria.

Respecto a la inmigración, Cameron ya ha advertido de que no aceptará las nuevas reglas de la Agenda Migratoria europea, que pretende un reparto más igualitario de los refugiados.

Maratón europeo

El primer ministro británico, David Cameron, no quiere perder ni un día más en sus negociaciones para llevar a cabo el plebiscito sobre la pertenencia a la UE. Ayer comenzó la semana reuniéndose con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y tratará de convencer a los líderes europeos de sus reformas.

- MIÉRCOLES

El «premier» asistirá a la Cámara de los Comunes para estar presente durante el discurso de la Reina Isabel II. Después, viajará a Dinamarca.

- JUEVES

Se publicará el proyecto de ley del referéndum en el Parlamento. Cameron se reunirá con la primera ministra danesa. Después viajará a Países Bajos para encontrarse con su homólogo, y por la noche a Francia para cenar con el presidente François Hollande.

- VIERNES

Vuelo a Varsovia para ver a la primera ministra polaca. Después, a Berlín para reunirse con Merkel.