Carmona: «Muchos del PP me dicen que esta vez van a votar ‘‘decencia’’»

LA RAZÓN comparte un día de campaña con el candidato del PSM en la capital.

Además de profesor universitario y candidato a alcalde, Antonio Miguel Carmona es acuario y del Atleti. Así que de convicción en conseguir objetivos difíciles va sobrado. Y él se propuso ser alcalde: «Llevamos 500 actos en dos años. Si logramos la agrupación del voto de izquierdas en nuestras siglas podemos ser primera fuerza política; me baso en información fiable». A falta de cuatro días para el 24-M, el candidato socialista compartió la jornada electoral de ayer con LA RAZÓN. Confiesa que, pese al maratón de saludos, mitines y promesas, es posible disfrutar de la campaña: «Trabajar por los demás es un placer y a mí me gusta hacerlo a cambio de nada».

El día comienza pronto, poco después de las 9:30 en un café de Chueca junto a los periodistas que cubren su campaña. Hoy, con un invitado especial. José Bono destaca que su «amigo» Carmona es el candidato que más se parece a Madrid y el heredero más claro de otro socialista que luchó –y logró– ser alcalde de la capital: «Antonio Miguel es moderno, trabajador y simpático. Cuando escucho a Carmona me acuerdo de Enrique Tierno Galván». Para el cabeza de cartel del PSM, haber sido respaldado en estos últimos días por veteranos como Zapatero o Bono no es ni mucho menos un lastre: «La renovación soy yo, que es la primera vez que me presento». Mientras desayuna, el candidato asegura haber logrado el objetivo de liderar «el único poyecto progresista factible» que concurre a los comicios del domingo y la mejor «opción de ganarle a la corrupción».

La siguiente parada tiene lugar a apenas unos metros. En la sede de la agrupación socialista de Centro, presenta sus compromisos en favor de las personas con discapacidad junto a Bono y a su número dos, Purificación Causapié. Mientras habla ella, a la que presenta como la futura concejala de Servicios Sociales, el candidato toma notas. Reconoce que ha aprendido mucho de Causapié después de que «creía que conocía Madrid y presumía de ello incluso». Al acabar el acto, en el que han tomado la palabra los portavoces de las asociaciones que han colaborado en su redacción, Carmona firma el documento y subraya que lo hace «para que me podáis echar en cara lo que no haya cumplido».

La caravana del PSM pone rumbo a Vallecas. A las 12:40, Carmona entra en directo en «Al rojo vivo» de La Sexta desde la puerta de la sede socialista de Entrevías. Comenta junto a sus compañeros de tertulia los debates que le han enfrentado al resto de candidatos esta semana, insiste en que le «interesa que no haya gente sin papeles que tenga que dar a luz en su casa por miedo» y niega falta de compatibilidad con Gabilondo, aunque reconoce que su campaña «ha sido muy en la calle». Antes de comer, el equipo de Carmona improvisa dos visitas fuera de la agenda programada. Dos actos sin cobertura de medios de comunicación. El primero, en el Centro de Mayores de la calle Yuste, en el que Carmona causa furor entre las alumnas de una de las clases. «Ojalá cambien las cosas y te voten. Te veo mucho en la tele», le asegura una de ellas. «Mi nieto es alumno suyo», le asegura otra. El candidato se detiene con África, que le enseña todos los trabajos de su carpeta. Con un «estáis todas muy guapas» se despide y reconoce que se ha emocionado mientras África le hablaba de sus dibujos. Afirma, no obstante, que el testimonio que más le ha conmovido en estas semanas es el de una señora de la calle de La Estrella que le dijo que «llevaba varios días sin poderse lavar por falta de pago y que, además, le habían cortado la luz». La otra parada improvisada, sobre la una y media de la tarde, tiene como destino un comedor social en El Pozo. Se trata de un comedor que el día de su inauguración repartió 16 comidas, hace cinco años, y que ahora da de comer a más de 100 personas. Relata Carmona cómo el comedor fue puesto en marcha gracias a la labor de varias decenas de voluntarios como Gabriel, Fermín y Esperanza, a la que Carmona ha «convertido en su hermana». «Me gustaría traer al comedor a mis hijas para que supieran la labor social que se hace, aunque no pueden por estar en el colegio», asegura el candidato. Pausa para comer porque a primera hora de la tarde le espera la Universidad. Es un día especial, ya que si, como él espera, se convierte en alcalde será su última clase en la Facultad de Económicas del CEU. «Hoy los examino, estarán preocupados. Ya les dije que tenían que ser buenos economistas pero que hay algo más importante, que es que sean buenas personas».

Su balance de la campaña que mañana echa el cierre es positivo. Reconoce que en estos días «por la calle me han parado muchas personas que siempre habían votado al Partido Popular pero que este año iban a votar ‘‘decencia’’ en el Ayuntamiento e iban a apoyar al Partido Socialista». El día para el candidato termina con una entrevista y un mitin junto a Gabilondo en el centro cultural Alfredo Kraus, en el distrito de Fuencarral. El acto programado en Aluche fue suspendido por decisión del concejal de distrito. Por delante, sólo ya dos días para convencer de la necesidad de agrupar el voto de izquierdas. Si logra su meta, promete gobernar Madrid adaptando el «partido a partido» de Simeone a lo que ya lleva haciendo dos años: «Me gusta el ‘‘vecino a vecino’’».