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Ciudadanos se retrata y abre la puerta del gobierno a Díaz

Ciudadanos se retrata y abre la puerta del gobierno a Díaz
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Baraja abstenerse en segunda vuelta si la socialista asume sus propuestas económicas.

Hacer concesiones a contrarreloj para avanzar. En eso están los partidos en Andalucía a pocas horas de la primera sesión del debate de investidura de la presidenta de la Junta, Susana Díaz. De momento, el mayor acercamiento se ha producido con Ciudadanos (C´s), el partido de Albert Rivera, liderado en la comunidad por Juan Marín.

De hecho, tras hacer público que los socialistas habían asumido su decálogo anticorrupción y la apropiación del trofeo previo de las «cabezas» de los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán –que también reivindica Podemos–, ayer abrió la puerta a abstenerse en «segunda votación», si antes de ésta Díaz se compromete a recoger sus propuestas en materia de reactivación económica y de lucha contra el paro. Un guiño que podría producirse en el propio discurso de investidura de la presidenta aún en funciones.

De momento, ambas formaciones escenificarán la sintonía suscribiendo un pacto anticorrupción de más de una veintena de puntos en torno al próximo miércoles. Al listado planteado por C’s se sumarán propuestas socialistas como la fiscalización de las cuentas de los partidos o que se publique la Declaración de la Renta de cargos y cónyuges, y «matizaciones», como que la responsabilidad patrimonial subsidiaria en casos de corrupción sólo alcance a las fuerzas políticas que se hayan beneficiado directamente del fraude.

Con todo, con esa firma, Ciudadanos habrá logrado, según su vicesecretario general, José Manuel Villegas, que «el PSOE separe a los imputados de los cargos públicos» y que éstos no estén en «futuras listas electorales». Otra muesca para su cinturón de partido emergente en alza. Pero a Díaz no le vale sólo con la abstención de los nueve diputados regionales de Ciudadanos para conseguir su objetivo en segunda vuelta –se producirá 48 horas después de la primera de este martes en la que necesita una mayoría absoluta que no tendrá–. Precisa también la de los 15 parlamentarios autonómicos de Podemos, si el PP se mantiene en el «no» de sus 33. Los negociadores «podemitas» se reunieron durante unas dos horas por la mañana con los socialistas en una muestra de voluntad que acabó sin concreción. De hecho, desde el partido de Pablo Iglesias aseguraron a LA RAZÓN por la tarde que su postura seguía siendo «no» a la investidura de Díaz, a la espera de analizar un nuevo documento que los socialistas se comprometieron a enviarles centrado en dos de sus condiciones: que la Junta no trabaje ni «tenga ni un euro» en los bancos que desahucian y una «drástica» reducción de altos cargos en la Administración andaluza y sus entes instrumentales, del personal que consideran político y que cifran en más de 500, en favor de contrataciones en sanidad y educación. Así lo había advertido antes Manuel Garí, hombre de confianza de la líder andaluza Teresa Rodríguez, quien, junto al secretario de Organización del partido, Sergio Pascual, dejó claro que buscan un «sí» o un «no» nítidos a esos dos planteamientos y lo quieren por escrito. Fuentes de la formación apuntaron que el secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, les había hablado de la elaboración de «un protocolo» en ese sentido, pero desde Podemos deslizaron que «habrá que ver» si les contenta.

De momento, el dirigente socialista afirmó que están dispuestos a buscar fórmulas para que en las relaciones contractuales de la Junta con los bancos se incluya una «cláusula social» para intentar evitar un final, el desahucio, de familias sin solución habitacional. Se mostró partidario también de recortar plantilla, después de enfatizar el esfuerzo realizado en esa línea por parte de la Junta entre 2008 y 2015. Puntualizó, con todo, que la poda no se puede hacer «al peso» porque hay sectores que admiten la «tijera» y otros que no.

La protagonista indirecta de la jornada, Susana Díaz, volvió a apelar a la «responsabilidad» de todos y aprovechó para disparar al PP-A, instalado, según ella, «en el tacticismo». Pidió a los populares que se incorporen al diálogo y garantizó que será «generosa» y hará suyas las propuestas «que sean buenas para Andalucía». Tal vez esté con Niezstche en que sólo un exceso de fuerza demuestra la fuerza.

En Andalucía se siguen midiendo fuerzas. La no investidura de Díaz ensombrecería su victoria esmaltada del 22-M.