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Cómo decidir el mejor nombre para una startup

Conciso, claro y fácil de recordar son las tres principales características que debe tener

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Puede parecer un detalle insignificante pero, lejos de serlo, es una de las principales cuestiones que dan quebraderos de cabeza a la hora de crear una startup: el nombre. Al final este apelativo será por la que nos conocerán, lo que creará marca, por la que conseguiremos ser recordaros por los consumidores, por lo que obtendremos fidelización. Por eso, es necesario pararse a pensar en las distintas particularidades a tener en cuenta antes de lanzarnos y decantarnos por uno cualquiera. El éxito de la empresa no se basa únicamente en esto y de hecho, respaldado con una buena estrategia de marketing, cualquier empresa, aún con un mal nombre, puede tener éxito. Pero para ello se debe disponer de un gran presupuesto. Así que de lo que se trata es de minimizar el gasto y facilitar ese trabajo.

Hay diversas opiniones sobre la mejor manera de nombrar una empresa. Aun así, hay algunas normas que no son aconsejables seguir en ningún caso. Por ejemplo, no se deben utilizar nombres largos, que serán más difíciles de recordar, al igual que aquellos que son complicados de decir, escribir o entender. Es por ello que especialistas afirman que emplear palabras reales en vez de inventadas suele ser la mejor opción. Acuñar palabras existentes, hacer juegos de palabras, crear nuevas juntando uno o varios conceptos, son buenas alternativas para inventar manteniendo, en cierta manera, la comprensión y la facilidad a la hora de retener.

Lo principal es saber qué se quiere conseguir con el nombre; impactar, emocionar, sorprender, informar... Intentar evocar los sentimientos de la gente a través de palabras o grupos de palabras familiares, relacionadas con épocas felices, es una perfecta opción. Esto permite al consumidor relacionar el producto o el servicio con algo positivo y recordarlo con más facilidad. De la misma forma, se considera que es positivo que con el nombre explique a qué se dedica la empresa aunque huyendo de descripciones obvias. De esta forma en cuanto se dice el nombre, se lee o se escucha se relaciona directamente con el servicio o producto que se oferta. No se debe ser tampoco demasiado explícito porque luego podría reducir la oportunidad de crecer y ampliar su mercado. Por ello valerse de palabras con las que se intuya lo que realiza la empresa es lo idóneo (por ejemplo, atrápalo.com).

Un dominio conciso, claro y recordable

Estas son las características fundamentales que debe abarcar nuestro dominio. Una de las decisiones es si incluiremos o no nuestra marca en él. Si el dominio la contiene será más fácil que los buscadores lo tengan en cuenta para un mejor posicionamiento. Una práctica muy extendida es dejar a un lado el nombre de la empresa y utilizar las palabras clave relacionadas con el sector para conseguir un posicionamiento mayor. Hasta hace poco Google tenía en consideración esto, pero ya no le da tanta relevancia. Y no sólo eso sino que al utilizar un nombre genérico no tiene diferencias del resto y aumenta la competencia. También puede perjudicarte porque aquellos que conocen tu marca, te buscarán por ello y no te encontrarán.

Otro criterio esencial es comprobar si el dominio está ya cogido. Puede suceder que no esté en uso pero que la marca ya exista, por lo que pueden surgir dudas y problemas legales. Para la consulta de marcas y registros en España se realiza desde la Oficina Española de Patentes y Marcas.

En cuanto a la extensión se refiere, si se trata de una empresa con proyección internacional lo mejor es decantarse por una de nivel superior genérico, por ejemplo, ‘.com’. Es el más utilizado por lo que suele haber problemas para encontrar dominios libres, aunque es el más recomendable ya que la gente tiende a escribirlo por inercia. Si nuestra startup está solo en el ámbito español, el ‘.es’ es una opción perfecta.

Uno de los errores que no debes cometer es escoger dominios que sean muy similares a marcas con éxito sólo por intentar conseguir más visitas y usuarios. Si una marca demuestra que lo has hecho con el fin de aprovechar la fama, el propietario puede prohibirte el uso y entrar en problemas legales. Lo mejor es diferenciar tu marca, generar tus propios clientes y definir bien tus productos y servicios para no ser imitados.