Premios Princesa de Asturias

Adam Zagajewski: «La poesía no está de moda, las biografías de tiranos sí»

El premio Príncipe de Asturias 2017 de las Letras, Adam Zagajewski, durante su intervención
El premio Príncipe de Asturias 2017 de las Letras, Adam Zagajewski, durante su intervenciónlarazon

"La poesía no está de moda"en una coyuntura poco propicia para este género, en la que la política o el deporte sí lo están y donde "un momento de reflexión es peligroso para la salud"y es necesario "correr"y "escapar de uno mismo", ha lamentado hoy en Oviedo el escritor polaco Adam Zagajewski.

Homero, Machado, Herbert, Ovidio, Szymborska, Milosz... Repasó Adam Zagajewski los nombres que le han ido tocado durante su vida y su poesía. Un arte que le duele porque no se estila: «La poesía no está de moda, las novelas policíacas, las biografías de los tiranos, las películas americanas y las series de televisión británicas están de moda. La política está de moda. La moda está de moda. No está de moda detenerse en medio de un prado primaveral ni la reflexión. La falta de movimiento es nociva para la salud, nos dicen los médicos. Un momento de reflexión es peligroso para la salud, hay que correr, hay que escapar de uno mismo», recitó ayer el polaco. No le faltó razón, como él mismo indicó, «en el mundo actual todos quieren hablar sólo de la comunidad y de política, y es cierto que esto es importante –argumentaba Zagajewski–. Pero también existe el alma particular con sus preocupaciones, con su alegría, con sus rituales, con su esperanza, su fe, su deslumbramiento que a veces experimentamos. Debatimos sobre las clases y las capas sociales, pero en el día de cada día no vivimos en la colectividad sino en la soledad». La misma que dice necesitar para crear. Pero la tarde de ayer era para reivindicar lo suyo con cierta tristeza: «No sabemos qué es la poesía a pesar de que se han escrito sobre ella miles de libros. Cada generación crea su propia visión de la poesía».

También recordó el Princesa de las Letras lo que fue España en su mente de joven y lo que supone hoy dentro del continente. «Cuando era un niño, España se me antojaba un país lejano y maravilloso, un lugar directamente legendario, donde el sol brillaba más y donde las sombras eran más oscuras, el país de Don Quijote, de caballeros y de princesas. Después conocí la España real, moderna, uno de los pilares de la Unión Europea. Y hoy estoy aquí, en Asturias, y soy el invitado de una princesa. Como se ve, todo cambia, pero nada cambia». No cambies Zagajewski.