Museo del Prado

Contra el «arte colonial»

Los grandes museos españoles rechazan el modelo de «franquicia». Los directores de El Prado, Reina Sofía y Thyssen critican el IVA cultural y alertan de la «presión constante por autofinanciarnos»

De izda. a dcha., Guillermo Solana, Manuel Borja-Villel, Rafael Sierra y Miguel Zugaza
De izda. a dcha., Guillermo Solana, Manuel Borja-Villel, Rafael Sierra y Miguel Zugazalarazon

Los directores de El Prado, Reina Sofía y Thyssen critican el IVA cultural y alertan de la «presión constante por autofinanciarnos». Los grandes museos españoles rechazan el modelo de «franquicia»

Son algo así como el IBEX 35 del arte español, un índice inexcusable de referencia para medir la salud del sector: El Prado, el Reina Sofía y el Thyssen; o lo que es lo mismo, Miguel Zugaza, Manuel Borja-Villel y Guillermo Solana, directores respectivos de las tres pinacotecas más importantes del país. No es frecuente verlos juntos y no siempre coinciden en todo, pero los tres están de acuerdo en un buen puñado de cosas, a saber: que la larga crisis los ha obligado a reformular estos espacios y concentrar esfuerzos en lo esencial; que el IVA cultural al 21% es un «error» (o una «crueldad desproporcionada», Solana dixit); que la Ley de Mecenazgo, un ejemplo de «buena voluntad» del Gobierno, ha devenido en víctima de la coyuntura económica; y que la «colonización» de museos extranjeros no es lo adecuado para desarrollar culturalmente nuestro país.

A este respecto, Guillermo Solana fue el más tajante en el curso de un coloquio a tres organizado en el Espacio Telefónica por la revista mensual «CapitalArte». El director del Thyssen, en referencia directa al Museo Pompidou de Málaga –por cuya instalación el Ayuntamiento andaluz paga a la central parisina dos millones de euros al año–, consideró «muy triste que España, que tiene un gran patrimonio artístico, se haya situado como país cliente que paga por recibir tesoros como hacen países como Australia, Emiratos o Corea. Es absurdo que nosotros, a dos pasos de París, hagamos eso y es patético caer en situación de país colonizado culturalmente». Borja-Villel se preguntó al respecto: «¿Qué modelo queremos?» para, a renglón seguido, abjurar del paradigma emergente de la «franquicia, el espectáculo y el turismo». «El objetivo tiene que ser otro», agregó. Quizás la colaboración, el depósito y la itinerancia, modelo defendido por Zugaza para El Prado, quien valoró el «caso de éxito» de instituciones como el Guggenheim en Bilbao, pero descartó «exportar» la pinacoteca española más importante, a diferencia de lo que, en la actualidad, proyecta el Louvre: una delegación en Abu Dahbi. «El Prado es un grandísimo museo pero de una colección pequeña comprado con otros», señaló.

No sin presupuestos

El propio Zugaza reconoció que las fuertes rebajas presupuestarias –de hasta el 60% en 2013– han obligado a El Prado a poner el acento en sus fondos. «Y eso es saludable», añadió. En el caso del Reina Sofía (institución viva y dinámica), la merma ha sido importante en lo tocante a nuevas adquisiciones; mientras que el Thyssen ha sufrido el «efecto perverso» de tener que subir el precio de las entradas en una época en que el recorte en gastos de ocio del ciudadano ha alcanzado el 30%. Con todo, los tres «popes» del arte defienden el modelo de gestión pública de estos centros frente «a las cuentas de resultado que busca inmediatez» (Borja-Villel) o la «presión constante por la autofinanciación» (Solana). Para Zugaza, España aún está verde para una sociedad civil implicada con el arte, lo que hace obligado el «apoyo presupuestario».

El detalle

La cultura no tiene color

En un plano más conceptual, los tres directores coinciden en que el arte no tiene ideología concreta, pero Miguel Zugaza lamentó que en España «la izquierda ha querido monopolizar la cultura», mientras que Guillermo Solana negó esa idea de que «la derecha apoye menos al arte, lo cual es una visión de corta perspectiva».