Reino Unido

Utilizar este rosa vale 4,65 euros

El artista Anish Kapoor ha comprado en exclusiva los derechos del Vantablack, un tipo de pigmento negro casi absoluto que absorbe el 99,96 por ciento de la luz que recibe. Molesto por ello, el también artista Stuart Semple ha registrado un tipo de rosa para que al primero le quede vetado su uso: «Lo compartiré si él lo hace», afirma

En bote. Una muestra del rosa patentado (y a la venta) del artista Stuart Semple
En bote. Una muestra del rosa patentado (y a la venta) del artista Stuart Semplelarazon

La guerra la abrió Anish Kapoor cuando patentó para su uso exclusivo el pigmento negro absoluto y se enfrentó al mundo del arte en bloque. Ahora, el británico Stuart Semple ha registrado un rosa «brillante y potente» que permitirá utilizar (pagando) a otros creadores con una única excepción. ¿Imaginan quién está vetado? Sí, Kapoor

¡La guerra ha comenzado en el mundo del arte! Si en su día el reputado Anis Kapoor se apropió del «negro más negro» ahora ha sido el artista británico Stuart Semple quien ha hecho suyo el «rosa más rosa». ¿Puede convertirse un color en propiedad de un artista? El debate comenzó el pasado mes de marzo cuando el escultor y pintor de origen indio –uno de los más influyentes a ambos lados del Atlántico– compró en exclusiva los derechos de un pigmento llamado Vantablack. Se trata de la sustancia más oscura que se conoce hasta la fecha, ya que absorbe el 99,96% de la luz al estar creado por un sistema de microtubos que hace que la luz rebote entre ellos y nunca llegue a reflejarse.

Kapoor ya había utilizado antes distintos tipos de negros. En su obra «Descent Into Limbo» («Descenso hacia el limbo»), por ejemplo, consiguió crear todo tipo de sensaciones con un círculo pintado de este color que creaba la ilusión de un enorme agujero que llevaba al espectador al vacío. Sin embargo, con Vantablack alcanzó otra dimensión.

- Sentir los materiales

Según explicó él mismo en una entrevista con la BBC, «es tan negro que casi no se puede ver. Tiene una especie de irrealidad y yo siempre me he sido atraído por los materiales más exóticos por lo que llegan a hacer sentir». Kappor llevaba utilizando Vantablack para sus obras desde 2014 y a principios de año se convirtió en su dueño legítimo causando gran revolución entre sus colegas. Cuando Semple se enteró de la noticia quedó «profundamente decepcionado». «Estaba desesperado por jugar con ella en mi propio trabajo y sabía de muchos otros artistas que ansiaban usarla también. Me pareció muy mal y en contra del espíritu de la generosidad, que a la mayoría de los artistas que hacen y comparten su trabajo los impulsa», aseguró para The Creators Project. Así que no se lo pensó dos veces y decidió hacer lo propio con el color rosa.

El resto de los artistas podrán utilizar el pigmento pagando una simbólica cantidad de 3.99 libras (4,65 euros). Pink, por tanto, está al alcance de todos. De todos menos de Kapoor. «Él es el único que está excluido. ¡De esta manera podrá tener una cucharada de su propia medicina!», matiza Semple. «Uno de mis amigos es buen amigo de un amigo de Anish y aparentemente está desesperado por tener en sus manos un poco de Pink», señala. «Pero no haré nada hasta que él comparta un poco de su negro. ¡Él empezó todo esto!», añade.

Para que no haya lugar a dudas, cuando uno va a comprar la pintura –disponible en culturehustle.com– se pide hacer una declaración legal al final donde se afirma que: «No eres Anish Kapoor, ni estás afiliado en ninguna forma a él, no estás comprando el artículo en nombre de Anish Kapoor o asociado al mismo. En cuanto a mis conocimientos, información y creencias esta pintura no llegará a las manos de Anish Kapoor». El rosa es especialmente significativo para Semple, perteneciente al transgresor movimiento de «Jóvenes artistas británicos». De hecho, fue este color el que protagonizó una de sus obras más conocidas, la performance Happy Cloud representada en 2009 en la Tate Modern. El artista decidió invadir el cielo de Londres con 2.057 nubes rosas, con forma de cara feliz, como parte de una iniciativa contra el ambiente depresivo que se vivía por aquel entonces por la crisis financiera. Cada siete minutos, durante cuatro horas, se lanzó una nube que tenía una vida de 30 minutos.

Semple asegura que utiliza colores muy vivos en su trabajo y que el rosa que ha creado es el más distintivo y brillante, así que pensó que ese sería el mejor para compartir. «Es el mejor que tengo», comenta. Desarrolló el color en la última década, trabajando con los fabricantes de pintura en todo el mundo, buscando crear los colores más vivos para su trabajo. Cuanto más refleja la luz una pintura, más fluorescente se hace, y la pintura Pink es muy reflectante, lo que significa que emite una fluorescencia muy potente. «El rosa ya saca, de por sí, cantidades enormes de luz, pero entonces, luego, lo hicimos soluble en agua para que pueda ser usado como pintura, y eso la llevó a un nivel más alto». explica el artista. «Básicamente, ahora brilla. Mientras que la pintura de Anish absorbe casi toda la luz, la mía la refleja, es como la antítesis de lo que él está haciendo», matiza. Lo que no ha trascendido es la suma que tanto Semple como Kapoor han tenido que pagar para apropiarse de sus colores. ¿Es ético que se agencien de ellos? ¿Es moral que se haga pagar a los colegas que quieran utilizarlos? ¿Es lícito que haya exclusiones?

Lo cierto es que los monopolios siempre han existido en el mundo del arte. En la Edad Media, se desembolsaban grandes cantidades por los raros de pigmentos que se encontraban sólo en Afganistán y que conseguían crear un azul único para los cielos de los paisajes. En el siglo XVIII, los principales artistas incluyendo Benjamin West y Joshua Reynolds también pagaban por utilizar la denominada «sombra de Tiziano», una mezcla de marfil negro y azul de Prusia que se suponía era de color secreto del maestro veneciano. En realidad, fue un truco urdido por un pintor llamado Ann Provis, que se mofó de la Real Academia.

Artista cotizado regala obra benéfica

Stuart Semple es un artista de primera línea cuyo trabajo es propiedad de celebridades y coleccionistas de alto perfil. Sus trabajos varían desde las 300 libras (para una edición limitada) a 300.000 libras (para las pinturas más grandes). Sus temáticas no pasan desapercibidas y sus iniciativas tampoco. El pasado mes de agosto, por ejemplo, entregó más de 1.000 cuadros y esculturas firmados al público de forma gratuita para crear conciencia sobre la necesidad de conseguir más donantes de óvulos en el Reino Unido. «¡Esperamos que el proyecto sea inspirador, trayendo un poco de felicidad a la gente! Espero que estas esculturas publicas temporales y las piezas de arte que estamos regalando, animen a algunas discusiones importantes sobre la donación de óvulos y la fertilidad», declaró.

El negro perfecto desconcierta

En un principio, Vantablack fue desarrollada por la firma británica NanoSystem para aplicaciones militares y equipos astronómicos. Sin embargo, Anis Kapoor lo llevaba utilizando en el mundo del arte desde 2014 y ahora se ha convertido en su dueño legítimo. El Vantablack absorbe el 99,96% de la luz al estar creado por un sistema de microtubos que hace que la luz rebote entre ellos y nunca llegue a reflejarse. Los efectos que consigue en las diferentes expresiones artísticas son impactantes porque el ojo humano no puede recoger el tipo de sombras que ayudan al cerebro a interpretar la forma de un objeto. Una pieza arrugada de papel de aluminio cubierta con una capa de este pigmento parece casi completamente plana. Los visitantes del Museo de Ciencias de Londres pudieron ser testigos de este efecto inquietante al contemplar una obra que estuvo en exhibición hasta el pasado mes de junio. Se trataba de un busto que, a simple vista, parecía estar plano en vez de en tres dimensiones, como era en realidad. Completamente desconcertante.