Barcelona

100 años de dibujos más que animados

El CCCB repasa la historia de la animación española, de Segundo de Chomón a Josep Escobar o César Díaz Meléndez

«Garbancito de la Mancha», de José María Blay es el gran éxito de la época heroica de la animación española. Creado en 1945 su popularidad hizo que hubiese una segunda parte y en 1948 apareció «Alegres vacaciones». La tercera arruinó a los estudios
«Garbancito de la Mancha», de José María Blay es el gran éxito de la época heroica de la animación española. Creado en 1945 su popularidad hizo que hubiese una segunda parte y en 1948 apareció «Alegres vacaciones». La tercera arruinó a los estudioslarazon

Los dibujos animados no empezaron con Pixar y desde luego no se acaban con Disney. La animación española, por ejemplo, tiene más de 100 años de historia, y no es uno de esos viejos mohines con barba blanca hasta los pies, con aburridas historias que contar a sus nietos, sino que cada vez es más joven y galante, tanto porque sus historias siguen frescas hoy día como porque las nuevas creaciones son cada vez mejores y hasta los Disney y Pixar de turno se rifan a los nuevos dibujantes españoles. Cien años es mucho tiempo. En animación es un estornudo de un curvo que le quita todas las plumas y dura un sólo segundo. Los dibujos siempre han sido mejores que la vida real y en España esto es más cierto que en ningún otro sitio.

Claro que siempre se ha visto con cierto reparo, como si fuera un género menor sólo apto para distraer a los niños. Gracias a esta percepción, los estudios españoles encontraron en Barcelona el puesto ideal para situar la industria, dejando a Madrid el cine en carne y hueso. Tanto mejor para la Ciudad Condal. Segundo de Chomon, Fermí Marimón, Josep Escobar, pasando por los más modernos Javier Mariscal o Miguel Gallardo, o las nuevas estrellas internacionales como César Díaz Meléndez o Rodrigo Blaas, la animación española tiene duende, y hay que presumir de ellos. Tampoco tenemos tantas cosas de las que presumir.

Publicidad, comedia y arte

El CCCB acoge este mes de diciembre una serie de programas que recogen lo bueno y mejor de la animación española de 1908 hasta 2015. Son más de cien obras que dibujan la idiosincracia y la singularidad de un arte que ha tocado todos los palos, del cine a la televisión pasando por la publicidad o el videoarte. La historia arranca con «Le théâtre électrique de Bob», una maravilla de Segundo de Chomón, todo un pionero a reivindicar. A mediados de los años 30 aparece gente como Josep Serra i Massana, Enrique Ferran o Ricardo García que darán paso a la edad de oro de la animación en los 40 y 50, con «Don Cleque y los indios», de Francesc Tur o «El fakir González en la selva», de Joaquim Muntañola, o esa maravilla que es «Civilón en Sierra Morena», de Josep Escobar.

El ciclo de cortos animados tiene su respuesta en el excelente DVD «Del trazo al píxel. Un recorrido por la animación española», que recupera todos estos trabajos, algunos inéditos hasta la fecha como «La doncella guerrera», de Julio Taltavull o «Historias de amor y masacre», de Jordi Amorós. «Habíamos sufrido un salto de Segundo de Chomón a los años 80, como si no hubiese animación española durante esos años. Hemos querido recuperar y poner valor a todos estos artistas», comenta Carolina López, comisaria del programa.

Por supuesto, el recorrido incluye a los nuevos maestros del género, como Juan Pablo Etcheverrey y su extraordinario « Minotauromaquia: Pablo en el laberinto», con Picasso batallando con sus obras. O la reciente «Alma», de Rodrigo Blaas, de la que Dreamworks estuvo sopesando hacer un largometraje. Porque la auténtica edad de oro de la animación española es ahora, y que dure.