Estreno

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Brian Fee. Brian Fee, Ben Queen, Eyal Podell, Jonathon E. Stewart. Randy Newman.
EE UU, 2017. 109 minutos.

Todos envejecemos, a todos nos pesan con el transcurso indecente de los años las piernas o el trasero, pero, algunos, hasta se vuelven obsoletos cuando aparecen nuevos especímenes de una tecnología superior. Como el protagonista de «Cars 3», aquel legendario, tierno, Rayo McQueen, el mítico 95 en las carreras de élite que, sorprendido por una modernísima generación de bólidos ultrarrápidos aunque también un poco estúpidos y prepotentes, queda relegado en el deporte que tanto ama y que tantas alegrías le dio en el pasado. Los informativos de televisión confirman inclementes la decadencia del rojo y noble Rayo, se ensañan con el pobre cochecito, aunque sus amigos y una joven mecánica con ganas de entrenarlo (un precioso personaje y quizá el gran hallazgo de la cinta) siguen confiando en que volverá a triunfar comiéndose las pistas. El ya fallecido Fabuloso Hudson Hornet sigue inspirando a nuestro héroe, que tras pasar por una experiencia traumática para alguien de su nivel (ay, esos brutos camiones para el desguace, qué peligro tienen...), decide continuar luchando y demostrarle al mundo que no está acabado. El gran circuito de la Copa Piston será el escenario para jugárselo todo, y, por ello, deberá entrenar como jamás antes y confiar, bastante, en sí mismo, algo que ya no tiene tan claro. Y ya verán lo que sucede finalmente, habrá sorpresas. Regresa «Cars», en la que es ya su tercera entrega, con la misma generosa dosis de acción (aunque las escenas que transcurren en los circuitos técnicamente nos parecen las mejores de la saga) y una historia muy humana y de mayor emotividad que las anteriores: Rayo se resiste a caer en el olvido ante el avance imparable de una juventud mejor dotada que él mismo, mientras la dulce chica del filme, fustrada piloto, decide volcar todas las energías posibles en esa nueva e hipotética victoria de Rayo como una manera de, aunque sea por otros derroteros, sentirse por primera vez en la vida ella también ganadora. Viejos valores muy queridos por los dos títulos anteriores, como la fuerza de la amistad o el poder de superación, continúan asimismo latiendo en el guión de la cinta pero de una manera más potente si cabe. No, para nada esta historia de locos cacharros es un Pixar mayor, porque ni la original lo fue, baste observar el impresionante racimo de títulos ya realizados por el estudio; sin embargo,
han conseguido que un brillante Rayo salga de boxes con ganas de participar de nuevo.
Ya es algo.