«El gran museo»: Las tripas del arte

Duele un poco en esa parte nuestra intelectual cuando un par de operarios destrozan el suelo del Museo de Historia del Arte en Viena, uno de los más importantes del mundo en su ramo, cuando otro levanta el papel pintado de las paredes sin miramientos para picarlas luego. Renovarse o morir. Luces LED, una lámpara de cristal gigantesca. De esta manera arranca el documental realizado por Johannes Holzhausen, en el que asistimos a momentos insospechados que se suceden día a día tras la fachada de esta institución emblemática, recién remodelada y poseedora de una fabulosa pinacoteca, como esas arduas reuniones en las que hay más desacuerdos que entendimiento (ay, el tres absurdo y agresivo de un precio...), mientras otros luchan para cuadrar el presupuesto y el personal de la limpieza se afana quitando el polvo de sarcófagos milenarios, exquisitas esculturas, cuadros y vitrinas. En una especie de ejercicio, tremendamente respetuoso y divertido, desde luego, un tanto desacralizador del arte, nos muestra la otra cara de los majestuosos centros de la cultura, enseñas, a su vez, de una nación y de la historia. Y esa delicada manipulación de un oso disecado, de una cabeza que parece humana, de unas ranas. Precioso e incluso conmovedor.