Crítica de cine

«El sueño de Gabrielle»: Bovary descafeinada

La Razón
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► Directora: Nicole Garcia.

► Guión: Jacques Fieschi, N. Garcia (Novela: Milena Agus).

► Intérpretes: Marion Cotillard, Louis Garrel, Álex Brendemühl. Francia, 2016.

► Duración: 120 minutos.

► Drama.

La sombra de Madame Bovary es alargada. La novela de Flaubert era de cualquier color menos rosa, y el neurótico romanticismo de su heroína no solo tenía que ver con su tendencia a sublimar una idea equivocada del amor sino de rebelarse contra el adocenado patriarcado que impedía que, a finales del XIX, una mujer se entregara a sus afectos sin dar explicaciones. Parece que a Gabrielle le podría ocurrir lo mismo que a Emma en la Francia de los 50 si no fuera porque su objeto de deseo no es un macho alfa. Al celebrar su pasión por una especie de Werther de pacotilla (Louis Garrel en clave tuberculosa), la película niega la ambigüedad flaubertiana para decantar la balanza hacia el melodrama barato pero de «qualité», que, sublimando ese amor sufriente en las marmóreas estancias de un balneario, nunca cuestiona a su protagonista, con la que Marion Cotillard se pelea a muerte para apartarla del estereotipo. Tal vez por ello es doblemente indignante el giro final de «El sueño de Gabrielle», porque ni siquiera respeta las reglas que el resto de la película se esfuerza en redactar con caligrafía inglesa y frialdad hostil. La pasión es un sueño que Nicole Garcia no se puede permitir.

Lo mejor

Brendemühl, en el papel de marido lacónico y castigado de Gabrielle, está fantástico

Lo peor

Un final desastroso remata un melodrama que se debate entre lo gélido y lo cursi