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Emma Suárez: «El miedo a veces es un motor»

Interpreta a una madre que suplanta a su hija adolescente embarazada en «Las hijas de Abril».

Emma Suárez: «El miedo a veces es un motor»
Emma Suárez: «El miedo a veces es un motor»larazon

Interpreta a una madre que suplanta a su hija adolescente embarazada en «Las hijas de Abril».

stá en un momento dulce, pero no racanea ni especula. El año pasado ganó nada más y nada menos que dos Goya (por «Julieta» y «La próxima piel»), y aún así sigue arriesgando, lanzándose sin paracaídas a personajes tan extremos como esta madre de «Las hijas de Abril», la nueva película del mexicano Michel Franco.

–¿Quién es esta Abril que llega a casa de su hija adolescente embarazada y se nos presenta como una madre liberal y hippie?

–Es en realidad una mujer desconcertante, una seductora, aparentemente inofensiva, que llega con buenas intenciones de ayudar a su hija, pero vamos descubriendo que es un personaje más perturbador de lo que parecía.

–Una mujer nada convencional para una actriz que gusta de esta clase de retos.

–Hay que arrepentirse de lo que uno hace, pero hay que hacerlo. Eso forma también parte de nuestro crecimiento. Y este personaje es fascinante para cualquier actriz, una bomba, un desafío. Tuve miedo, pero a veces eso es un motor. Cuando consigues enganchar las riendas del personaje y tiene un equipo como éste es una maravilla interpretar así. Ha merecido la pena.

–En la cinta, Abril acabará solapando el papel de su hija en su noviazgo y su maternidad.

–Trabajar con Michel Franco ha sido gratificante porque los personajes que retrata son muy interesantes y habla de tenmas que dan mucho juego: retrata la maternidad desde un lugar conflictivo, provocador; o las adolescentes embarazadas y las familias desestructuradas... Porque es en las familias donde se cuecen las miserias humanas. Esta cinta navega por territorios que retratan muy bien el mundo en el que vivimos. Yo creo que hay muchas «abriles», mujeres aparentemente equilibradas que si rascas un poco descubres la frustración o tremenda inseguridad que tienen.

–En su caso, la respuesta a esa frustración es extrema.

–Ella trata de llevar a cabo sus fantasías de juventud. Es una persona que no ha aceptado el paso del tiempo. Las mujeres están muy presionadas en esta sociedad: se nos exige ser buenas profesionales, amantes, esposas, madres... pero eso provoca frustraciones. En el caso de Abril, va suplantando a su hija, entrando sutilmente en su territorio, apoderándose de la situación y al mismo tiempo va hacia atrás, convirtiéndose en una adolescente.

–Abril también ha sido madre muy joven, una circunstancia más habitual en Latinoamérica que en Europa y que es el detonante de la acción en la cinta.

–La maternidad es una responsabilidad grande, pues muchos de los traumas y dudas que tenemos vienen de nuestra infancia. En Latinoamérica es casi una cultura la maternidad juvenil. Las niñas se quedan embarazadas a los 12 años, por ejemplo, y tienen que abandonar los hijos a las abuelas.

–Las actrices de edad se quejan de que no les llegan papeles acordes. En su caso, no sucede. Están en su plenitud.

–No elijo, son los proyectos los que me eligen a mí. A veces hay rachas de buena suerte y estoy en un momento muy especial de mi carrera. Lo agradezco sabiendo lo difícil que es mantenerte en este oficio. Yo llevaba mucho tiempo haciendo teatro, pero soy persona optimista y creo que cuando no te salen las cosas tienes que provocarlas. Y eso he hecho. Hay que vivir el momento y espero que siga la racha.

–Con personajes tan intensos como éste o las madres agónicas de «La próxima piel» y «Julieta», ¿le cuesta desengancharse?

–Es complicado. Inevitablemente cuando te implicas en proyectos así, con rodajes intensos, de muchas horas, en los que has de estar al 100%, te agotas, aunque intentes protegerte. Intentas tomar distancia pero tienes la responsabilidad de estar concentrado y en constante relación con el personaje. Cuando acaba el rodaje ya podemos respirar, aunque con dudas sobre el resultado.