Sitges

La precuela de «Annabelle»: los sustos, mejor por la noche

Fotograma de la película "Annabelle: Creation"
Fotograma de la película "Annabelle: Creation"larazon

En la sección paralela Órbita del festival de Sitges y que también posee su correspondiente jurado, hemos visto un buen thriller que fue muy bien acogido. Se trata de «Wind River», de Taylor Sheridan, que cuenta la persecución en medio de la nieve de unos violadores que han asesinado a una mujer. Está ambientada en unos escenarios naturales gélidos y con la aportación original de que se trata de una reserva con personajes indios, policía estatal, sheriffs y FBI. Es una película que capta la atención del espectador por todos esos motivos aunque tiene una inútil secuencia, casi al final, sin ninguna explicación que nos muestra un crimen que ya anteriormente conocemos por los diálogos de los personajes. En la sección oficial una precuela llamada «Annabelle: Creation», de David F. Sandberg, que es de la célebre seria de la muñeca diabólica.

La cinta da unos cuantos sustos pero la llegada de las cámaras digitales facilita que mucho inútil ruede un filme. El miedo y la angustia se provocan generalmente de noche y el director lo logra, pero mete secuencias de terror en plena luz del día que no consiguen nada. La otra a concurso de la sección oficial fue «The Killing of a Sacred Deer (El sacrificio de un ciervo sagrado)», de Yorgos Lanthimos y próximo estreno, con Colin Farrell y Nicole Kidman. Está ambientada en el mundo de la medicina, el protagonista es un reputado cirujano, con dos hijos, un niño y una niña. Buena película, bien hecha y con unas magníficas interpretaciones. Un filme muy sencillo llevado con maestría que sugiere toda la problemática provocada por una maldad intangible que se ceba en la familia por una venganza. Muy recomendable.