Estreno

«Neruda»: Genio y (des)figura

Director: Pablo Larraín. Guión: Guillermo Calderón. Intérpretes: Luis Gnecco, Gael García Bernal, Mercedes Morán, Pablo Derqui. Chile-España-Francia-EE. UU., 2016 Duración: 109 minutos. Drama.

«Neruda»: Genio y (des)figura
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«Nosotros no limpiamos, y es por razones políticas», espeta el poeta de la izquierda chilena, el poeta perseguido, el poeta del pueblo. Pablo Larraín rebaja la controversia en sus declaraciones, pero las imágenes hablan por sí solas: «Neruda», ejemplar «antibiopic», no busca hacer amigos entre los nerudianos sino cuestionar el mito, enfrentarlo a sus contradicciones. En su deseo de hacer una contracrónica de la historia reciente de su país, de diseccionar su lado oscuro, Larraín se acerca a esa figura icónica, tan capaz de disfrazarse de Lawrence de Arabia como de morder el hueso del fascismo en los versos del «Canto general», desde una perspectiva crítica y esquinada. Olvídense de las exigencias del «biopic» al uso, porque «Neruda» está estructurada como una de esas novelas criminales de serie B que al escritor tanto le gustaban. Una novela de detectives en clave posmoderna, donde el Premio Nobel (espléndido Luis Gnecco) orquesta una puesta en escena, se recrea como personaje polémico –del mismo modo que se convierte en Otro, memorable, con voz engolada y pose de pingüino, cuando recita en público sus versos–, en estricta relación de dependencia con el policía fascista (notable García Bernal) que lo persigue en su camino al exilio después de la prohibición del Partido Comunista en 1948. Ese exilio supone, también, la transformación de la persecución política del relato criminal en una suerte de western abstracto; metamorfosis donde se revela que, por encima de todo, «Neruda» es un artefacto metaficcional.

El tono ominoso, siniestro, de todo el filme, nos recuerda el mejor Bellocchio, el de «La sonrisa de mi madre», «Buenos días, noche» o la primera parte de «Vincere». La omnipresente voz en ‘off’ de ese policía que siempre llega tarde, siempre por detrás de un Neruda adelantado a su tiempo, amenaza con ahogar la película desde lo literario, aunque ¿podría ser de otra manera siendo un personaje en busca de su autor?