Presentación

«Oro»: Reverte le quita el moho a la conquista

El escritor y Agustín Díaz Yanes ruedan una cinta que aspira a romper tabúes en un país en el que «hay miedo a hablar de ciertas cosas»

José Coronado y Raúl Arévalo, en una imagen del rodaje de «Oro»
José Coronado y Raúl Arévalo, en una imagen del rodaje de «Oro»larazon

El escritor y Agustín Díaz Yanes ruedan una cinta que aspira a romper tabúes en un país en el que «hay miedo a hablar de ciertas cosas»

En España si no eres güelfo, te contarán entre los gibelinos. Y viceversa. Arturo Pérez-Reverte, que lo sabe de sobra, aspira a romper la lógica de bandos y banderías que impera en España con cada nuevo proyecto. Es, casi, su seña de identidad: disparar a diestra y siniestra y cuidar tanto al enemigo como al amigo. Su nuevo «jardín» es la conquista de América. Y Agustín Díaz Yanes es su compañero de armas en esta aventura equinoccial del cine español: la de crear casi de cero en nuestra tradición la película definitiva sobre la conquista. Esa cinta es «Oro» y el reto, amén de técnico, es ideológico.

«En España ha habido miedo durante muchos años a tratar ciertos temas en la literatura y el cine», afirma el escritor. Uno de ellos es la epopeya americana. Para Pérez-Reverte, el franquismo está en el origen de los tabúes que se han perpetuado: «Contaminó todo el relato histórico. Se le puso camisa azul al Cid. Lo dejó tan sucio y sobado que nadie se atrevió a retomarlo. Y fue un error de la democracia que, en vez de limpiar y quitar el moho a la bandera y a todos esos símbolos, los tirara por la ventana».

«Oro» trata de acercarse «fría y objetivamente, entre el horror y la admiración» a la historia de aquellos hombres rudos y aguerridos, tan crueles como capaces de inimaginables gestas, «unos animales extraordinarios», señala el autor de la saga «Alatriste». La base del filme es un relato inédito del escritor, que ha colaborado con el director Agustín Díaz Yanes, amigo por lo demás, en un guión que hace un «retrato robot de aquellos emigrantes de entonces, que abandonaban una España jodida en busca de fama y dinero». «Oro» es, ante todo, una superproducción (8 millones, con Atresmedia) de aventuras coral, con hasta 16 protagonistas (entre ellos, José Coronado, Raúl Arévalo, Bárbara Lennie...), que son a su vez conquistadores en un lugar indeterminado de América a finales del siglo XVI, en busca de una ciudad repleta del metal preciado.

«Hemos saqueado las crónicas de Indias en busca de ese retrato robot», confiesa Pérez-Reverte. Las narraciones de Bernal Díaz del Castillo, Francisco Vázquez, Cieza de León, Mártir de Anglería palpitan en una cinta cuyo rodaje está en curso. Tras las localizaciones en Canarias, Madrid y Andalucía, el equipo se traslada a la selva del Darién (Panamá) para proseguir una grabación «muy dura», según Díaz Yanes, quien, tras ocho años sin trabajar en cine había dado por cerrada su etapa tras las cámaras.

«Oro» es, por tanto, un revulsivo para la carrera del director madrileño, pero, sobre todo, una experiencia inédita en nuestra cinematografía. Sólo «Eldorado», de Carlos Saura, se atrevió en su día a algo similar, con resultado fallido. El equipo aspira a saldar este trato injustamente parco a la conquista, «nuestro ‘‘western’’, nuestra frontera, nuestra historia más épica y más trágica».