Festival de Venecia

Valeria Golino, el ángel esmeralda

«Per amore vostro», con la actriz napolitana de protagonista, cerróuna de las Mostras más mustias de los últimos años. Su director, Giuseppe M. Gaudino, ha plasmado en la cinta tantos claros como oscuros

Valeria Golino y Massimilano Gallo llegaron juntos al «photocall» de la Mostra
Valeria Golino y Massimilano Gallo llegaron juntos al «photocall» de la Mostralarazon

«Per amore vostro», con la actriz napolitana de protagonista, cerróuna de las Mostras más mustias de los últimos años. Su director, Giuseppe M. Gaudino, ha plasmado en la cinta tantos claros como oscuros

A sus casi 50 otoños, Valeria Golino sigue teniendo una mirada esmeralda, entre angélica y desubicada, que la convierte en perfecta candidata a interpretar mujeres desesperadas pero magnéticas, a las que, o eso parece, les falta un hervor. Anna, la protagonista de «Per amore vostro», parece hecha a medida para sus ojos: napolitana, como la Golino, y un punto ida, como a punto de levitar. Ella fue el rostro más conocido de la jornada de ayer, que clausuró una de las Mostras más mustias de los últimos años.

Anna es un ángel que se ha olvidado de cuidar sus alas, una mujer maltratada que aún se toma la vida con una sonrisa; que se ha sacrificado por sus hijos, uno de ellos sordomudo; que ayuda a los que lo necesitan como si ella anduviera sobrada de mimos; que ha encontrado trabajo en producción de una telenovela y que, de repente, se convierte en objeto de deseo del actor principal. El filme es una suerte de «Amélie» de la violencia de género, que Golino protagoniza con entrega y convicción. Lástima que el director, Giuseppe M. Gaudino, salpique esta fábula de realismo sucio con frecuentes derivas mágicas, usando una posproducción del Pleistoceno.

Siendo muy distinta, y mucho mejor, la china «Behemoth» incurre en un defecto muy parecido. Cuando es un documental a secas, es magnífico. Cuando la voz de Zhao Liang se filtra en las imágenes recitando fragmentos inspirados en «La Divina Comedia» y convirtiendo el áspero retrato de la realidad de unos cuantos trabajadores de las minas de carbón de la Mongolia profunda en una videoinstalación más bien pedante, la cosa empeora notablemente.

Sin embargo, el eje vertebral del filme tiene una fuerza impresionante. Siguiendo la estela del Jia Zhang-ke de «Naturaleza muerta» y el Wang Bing de «West of the Tracks», Liang observa el trajín de camiones y excavadoras como si estuviera filmando una película de ciencia ficción apocalíptica, con monstruos gigantes en paisajes desolados achicando tierra con la ayuda de escuálidos humanos. Esos «humanos», con los pulmones llenos de agua negra, acaban muriendo por la construcción de enormes ciudades fantasma, conglomerados de edificios que la revolución económica de la China contemporánea ha erigido como prematuros dinosaurios. Apenas son necesarios unos rótulos explicativos para que el espectador haga las cuentas por sí mismo, y se quede con el corazón congelado.

Fuera de concurso, Daniel Alfredson compareció (casi) solo presentando la nefasta «Go with Me». Ni siquiera Anthony Hopkins, productor, tuvo la decencia de acompañarle. No es de extrañar, viendo el desaguisado. Más de la mitad de la película consiste en tres personajes preguntando: «¿Dónde está Blackway?». El tal Blackway es Ray Liotta, ex poli, criminal y traficante de drogas en un pueblo que parece copiado de «Winter’s Bone». Blackway es la encarnación del Mal, y todos los que se cruzan en el camino de Julia Stiles, Anthony Hopkins y Alexander Ludwig, no tardan en poner cara de circunstancias cuando escuchan su nombre. La tensión del supuesto «thriller» se fragua en el eterno aplazamiento de la aparición de Liotta, pero no hay ni atmósfera ni personajes que ayuden a validar el sentido de la espera. Lo bueno de esta infamia es que cuando llega el clímax final, a todas luces ridículo, ya no hay expectativas. ¿Se habrá comprado Alfredson un billete de vuelta a Suecia para dirigir la cuarta parte de «Millenium»?

No sabe, no contesta

Es toda una incógnita el palmarés que esta noche dará a conocer un jurado presidido por el mexicano Alfonso Cuarón. Las favoritas de la crítica se pueden contar con los dedos de una mano, a saber: «Francofonia» de Sokurov, «11 Minutes» de Skolimowski, «Heart of a Dog» de Laurie Anderson, «Anomalisa» de Charlie Kaufman y «Rabin: The Last Day», de Amos Gitai. Por su parte, el reconocimiento al Mejor Actor podría ser para Christopher Plummer o para Eddie Redmayne, aunque este último sería demasiado obvio, y el premio para la Mejor Actriz para la Catherine Frot de «Marguerite», aunque no hay ganadores claros en ninguna de las categorías.