Estreno

«Z, la ciudad perdida»: La revolución del cine de aventuras

Las aventuras exóticas del explorador Percival Harrison Fawcett han dado origen a leyendas, pues su pista se perdió en la selva de Brasil en 1925. James Gray construye en «Z, la ciudad perdida» una película épica libre de tópicos que tiene al arqueólogo, al que da vida Charlie Hunnam, como protagonista, uno de los actores con más futuro de su generación, que estrenará en verano la nueva cinta de Guy Ritchie sobre el rey Arturo

DE VAMPIRO A EXPLORADOR. Robert Pattinson, el famoso protagonista de «Crepúsculo», integra la expedición que va en busca de una tierra mítica en «Z, la ciudad perdida»
DE VAMPIRO A EXPLORADOR. Robert Pattinson, el famoso protagonista de «Crepúsculo», integra la expedición que va en busca de una tierra mítica en «Z, la ciudad perdida»larazon

Las aventuras exóticas del explorador Percival Harrison Fawcett han dado origen a leyendas, pues su pista se perdió en la selva de Brasil en 1925

Agosto de 2015. Ese mes y ese año arrancó el rodaje de «Z, la ciudad perdida». El director James Gray sabía que el cometido que tenía entre manos no era tarea baladí pues debía combinar escenarios tan dispares –y no solo físicamente– como la campiña irlandesa y la selva colombiana. La jungla llevaba implícitos sus problemas. A saber: no faltaron las mordeduras de víboras, la malaria o el dengue. Charlie Hunnam, el actor que encarna al explorador desaparecido en la selva sin dejar rastro, se levantó una mañana con un escarabajo dentro de su oído. Le despertó el ruido sordo que hacía en su pabellón auditivo. Gajes del oficio. Robert Pattinson se acostumbró como pudo a la nueva situación. No le importó dejarse crecer la barba, tener el pelo enmarañado ni incluso probar gusanos como primer plato de algunas de las comidas de que disfrutaban los miembros del equipo. El rodaje, desde luego, se les grabó a fuego. ¿Repetir? Se lo tendrían que pensar algunos de ellos. Sin embargo, para el director, quizá debido a las vicisitudes que atravesó hasta poner en pie el proyecto, todos estos padecimientos no fueron sino «pecata minuta».

En el equipaje del director, orgulloso de tener en su círculo de amistades a un cineasta como Paul Thomas Anderson, abundaban las camisetas de manga larga y los pantalones hasta los tobillos que rociaba de un repelente fortísimo contra insectos. Para evitar problemas de estómago la comida, llevada ex profeso hasta la localidad de Santa Marta, en Colombia, tenía como base la pasta. «Hacía calor, todo estaba plagado de insectos y resultaba incómodo siquiera respirar. Y aun así todo fue una bendición. Captar la atmósfera que realmente vivió el protagonista era vital para el equipo», asegura. Rodó en 35 mm., como lo ha hecho en sus anteriores trabajos, aunque en esta ocasión le supuso un problema extra: «Lo remoto de las localizaciones obligaba a llevar volando la película expuesta miles de kilómetros para procesarla y montarla, lo que significaba que no veíamos lo filmado cada día hasta una semana más tarde», recuerda.

Volvería, a pesar de todo, a repetir la experiencia, le dijo a sus compañeros. Y comprendió, asegura, la fascinación que un cineasta como Werner Herzog («Aguirre, la cólera de Dios», «Fitzcarraldo», «Cobra verde» y «Corazón de cristal», cuatro títulos en los que la selva se convirtió en un actor más) sintió por rodar en aquellos parajes. «Esta cinta nada tiene que ver con su cine, aunque sean inevitables las referencias en un primer momento, pero entiendo la atracción que debió sentir él porque la jungla es una explosión de vida, no tiene nada que ver con rodar en la montaña. He estado en el Everest y no resulta ni parecido. En la selva no puedes dormir por la noche del ruido que hacen los insectos y los animales, allí no existe el silencio», asegura.

Brad Pitt, detrás

«Z, la ciudad perdida» está basada en el libro de David Grann, publicado en 2009 y que narra las vicisitudes del explorador Percival Harrison Fawcett. La productora de Brad Pitt, Plan B Entertainment, adquirió los derechos y le ofreció el libro a Gray, director y también guionista. El motivo de pensar en él fue la gran admiración que siempre ha despertado el director neoyorkino entre el público y la crítica, sobre todo el francés, que el considera uno de los suyos. Cuatro de los cinco filmes dirigidos antes que «Z» se han proyectado en anteriores ediciones de Cannes: «La otra cara del crimen» (2000), «La noche es nuestra» (2007), «Two Lovers» (2008), y «El sueño de Ellis» (2013). Pitt, además, demostró un interés en especial en que fuera Gray quien estuviese al frente de un proyecto que se antojaba lleno de complicaciones y del que intentaron disuadir al director. Su círculo de amigos, buena parte de ellos directores, trataron de disuadirle. Uno de ellos, Matt Reeves, director de «El amanecer del planeta de los simios», le advirtió de las dificultades de un rodaje selvático; Coppola, sin embargo, le animó a no abandonar la idea: «Sabía que me lo decía con conocimiento de causa, pues él rodó ‘‘Apocalypse Now’’ en un escenario similar», asegura.

«Z, la ciudad perdida» es el proyecto más ambicioso a que se ha enfrentado el cineasta. El filme cuenta la historia de Percy Fawcett, un explorador británico que en 1925 fue acompañado de su hijo al Amazonas. Cuando el escritor David Grann se documentaba para escribir un libro sobre Sherlock Holmes descubrió a Fawcett, quien había inspirado a su vez a sir Arthur Conan Doyle para su novela de aventuras fantásticas «El mundo perdido», pues le tenía entre sus amigos. Incluso en el cómic de Tintín «La oreja rota» aparece el personaje de Fawcett y se considera al intrépido Indiana Jones como inspirado en el personaje.

Charlie Hunnam (muy popular por su papel en la serie «Sons of Anarchy») da vida al explorador. Junto a él Tom Holland, Robert Pattison y Sienna Miller completan el reparto, aunque el intérprete no fue la primera opción para dar vida al aventurero, sino la tercera. Brad Pitt, productor ejecutivo, fue el primer nombre que se puso sobre la mesa. Cuando el protagonista de «Malditos bastardos» tuvo que declinar la oferta debido a problemas de agenda con el rodaje de «Guerra mundial Z», Gray estuvo a punto de arrinconar el proyecto. Y temporalmente así fue, pues lo dejó para sacar adelante «El sueño de Ellis». Cuando estaba editando el filme recibió una llamada de Pitt avisándole de que tenían a Benedict Cumberbatch para sustituirle y el director pareció ilusionarse de nuevo con la aventura. Sin embargo, dos semanas más tarde éste le llamó para comunicarle que su mujer estaba embarazada y que probablemente diera a luz cuando él estuviera rodando en la Amazonia y que por este motivo se retiraba del proyecto. En ese momento el director casi se dio por vencido. Una última llamada le hizo recapacitar: Charlie Hunnam, conocido únicamente por la serie televisiva «Sons of Anarchy», era la opción para dar vida al personaje central. «¿Queréis que un motero californiano haga de explorador británico?», espetó ante la propuesta. Lo que ignoraba es que el intérprete es un inglés nacido en Newcastle que interpreta a un aficionado a viajar en moto, y no al contrario. Un encuentro con almuerzo de por medio resultó suficiente para aclarar las posibles dudas. La carrera del actor vive un excelente momento, pues en verano se estrenará la nueva cinta de Guy Ritchie, en la que él interpreta el papel protagonista, «Rey Arturo: la leyenda de Excalibur» y tiene pendiente de estreno «Papillon» dirigida por Michael Noer.

«SI NO REGRESO NO VAYÁIS A BUSCARME»

El teniente coronel Percival Harrison Fawcett (Torquay, Inglaterra, 18 de agosto 1867–¿Río Xingú?, Brasil, 29 de mayo 1925) fue un militar, arqueólogo y explorador británico. Junto con su hijo Jack y el amigo de éste, Raleigh Rimell, desapareció bajo circunstancias todavía hoy desconocidas en 1925 durante una expedición para encontrar «Z» –como él llamaba a una antigua ciudad perdida que creía ser El Dorado, en la selva inexplorada de Brasil. Siete fueron las expediciones que realizó entre 1906 y 1924. Parece que los indios karapalo, con los que se topó en la cuenca sur del Amazonas, le advirtieron de que no fuera al este, donde habitaban los indios feroces, sin embargo él no hizo caso y alzó su campamento allí. Jamás se encontró su rastro. «Si no regreso no vayáis a buscarme», le escribió a su esposa