Exposición

¿Cómo mirar un cuadro de Irene Grau?

La española, que expone estos días en Alabama, mostrará trabajos el la feria de Pulse en Miami la semana que viene y estará en febrero en Nueva York. La artista aborda la pintura monocroma que se encuentra en el paisaje en el sistema de señalización de recorridos de senderos

¿Cómo mirar un cuadro de Irene Grau?
¿Cómo mirar un cuadro de Irene Grau?larazon

La española, que expone estos días en Alabama, mostrará trabajos el la feria de Pulse en Miami la semana que viene y estará en febrero en Nueva York

¿Cómo se deben mirar las obras de la artista Irene Grau (Valencia, 1986)? ¿De frente de forma estática desde el centro de la sala? ¿O de lado mientras se da una vuelta? ¿Y sus obras miran de frente? ¿O a los laterales?

De momento, ya advierte que las fotos de sí misma para ilustrar este artículo serán retratos en los que sólo se le ve de forma parcial. Mientras, en la exposición de sus diez telas y una fotografía que se puede ver estos días en la Galería Maus Contemporary en Alabama hasta el 22 de diciembre, sólo quiere que el espectador le dedique a sus piezas el tiempo que considere. Sería entonces no más de ocho segundos, que es lo que se concluye en diferentes estudios museísticos que dedican los visitantes a cada pieza artística.

“La exposición se titula con el símbolo del igual tachado, desigual. Se presentan una serie de pinturas que son todas iguales, pero son todas diferentes. Mi trabajo parte de una relación con el paisaje y la acción de caminar, y una aproximación a la pintura monocroma que se encuentra ya en el paisaje en el sistema de señalización, de recorridos de senderos”, explica la artista a LA RAZÓN Irene Grau, cuyo trabajo también se llevará por la galería Maus Contemporary a la feria Pulse en Miami del 7 al 10 de diciembre y a Nueva York a la galería Robert Henry Contemporary el 23 de febrero.

Su exhibición se compone de diez telas, con un tamaño de 19 x 25 centímetros, en diferentes gamas de grises intervenidas de distinta forma con las pinturas en color rojo y blanco, que sirven de señalización de los recorridos en los senderos. “Entonces toda este serie de pinturas tiene todas las intervenciones en los laterales. Su instalación propone la idea de evitar la mirada frontal, de evitar el centro. Todos los cuadros están desplazados del eje central de las paredes que van hacia los bordes. Igual que la pintura en el cuadro se limita a una pintura en los mismos”, explica la artista, afincada en Santiago de Compostela (Galicia).

Al mismo tiempo, Grau obliga al espectador a participar de alguna forma, ya que le propone no quedarse estático en un punto de vista neutral de la sala, desde donde puede ver todo lo que está sucediendo. De esta forma, le invita a que haga un recorrido para descubrir esos bordes o relaciones de la pintura con las telas. A las mismas, se les une una fotografía, que según la artista sirve de ancla. La imagen retrata un árbol señalado por estas marcas. Mientras, la otra mitad de la pieza que enmarca la foto se queda en blanco. Esta pequeña imagen es el anclaje conceptual para que se vea de dónde sale la propuesta. “La foto representa un tronco de un árbol desde un punto de vista que se ven ambas marcas. Hice el camino dos veces, y al pararme, la vi", señala la artista sobre la pintura que generalmente el caminante sólo ve de un lado. En cambio, en su caso, al salirse "un poco del camino, está la idea idea de dos direcciones”, afirma Grau, cuya metodología se centra en el color como agente transformador del espacio y su percepción.

“Es una señalización que el caminante encuentra a su paso. Y así se dilata la percepción de esa pintura. Tiene que ver también con el desplazamiento continuo. Es una pintura a la vez fragmentada, pero exige una percepción continuada. A partir de esa señalética relacionada con el paisaje, planteo una exposición que propone esta idea de recorrido y repetición. Son una serie de cuadros que son todos iguales, pero hay alguna diferencia”, resalta la artista cuya preocupación por el paisaje recuerda a artistas como Van Gogh, Paul Cézanne o Courbet, Constable o Turner.

“Se omite la información en el centro, en la parte frontal del cuadro, y se interviene en los dos laterales con una misma marca dividiendo el formato horizontalmente. Esta idea de algo que no ve de forma frontal tiene que ver con cómo percibimos esa señalética, que en muchos casos, como está pensada para verse en dos direcciones, se pone una marca en un lado de una piedra o de un tronco y otra marca de otro lado. De tal forma que tú verás sólo una marca”, cuya obra aborda la pintura y el paisaje dentro del proceso de desplazamiento a través de la investigación en las posibilidades de la pintura de monocroma.

Su interés en el paisaje lleva a pensar si sirve de reivindicación en la época de la historia que nos ocupa donde el medio ambiente forma parte de las páginas de política, economía y otras secciones en sus diferentes vertientes. Grau desvela que no: su trabajo no está hecho en forma de ningún reclamo, aunque sí esta cuestión le preocupa y vive muy de cerca, al ser algo propio de su generación. Los "millennials", sobre los que el resto depositan tantas expectativas.