Sección patrocinada por sección patrocinada
Libros

Berlín

¿Cuál fue su importancia?

Francisco Fernández González

La Razón
La RazónLa Razón

l ¿Fue más relevante el Jorge Juan científico, el ingeniero o el aventurero y militar?, ¿o son facetas indisociables de un mismo hombre?

–Jorge Juan presenta una figura poliédrica y compleja. Tuvo oportunidades y las aprovechó con éxito. Por su familia y como Caballero de la Orden de Malta, tuvo acceso a las altas jerarquías de la Corte, y como célibe pudo dedicar su tiempo a las misiones más variadas. Si hay que resumir su personalidad en una faceta, yo elegiría la de filósofo, en el sentido estricto, ávido por conocer y por explicar la realidad y, para ello, instruido en las herramientas necesarias, como la matemática y la física.

l ¿Esas innovaciones ayudaron a España a ser una potencia más poderosa en el mar?

–Jorge Juan ayudó a establecer los arsenales en España como unas factorías navales comparables a las de Francia e Inglaterra. Los navíos construidos con su sistema tuvieron mayor duración que los anteriores, pero fueron mejorados en su arquitectura naval por los que se construyeron tras la venida de François Gautier en 1765, y luego por los del sistema ecléctico de Romero Landa, que había trabajado con ambos.

l ¿Qué queda del legado de Jorge Juan en la construcción naval actual y en la Armada?

–La construcción naval defendida por Jorge Juan se mantiene en algunos aspectos hasta los navíos de Martín de Retamosa de finales del siglo. Los desarrollos del vapor, el hierro, el acero y las máquinas del siglo XIX abren nuevas perspectivas tecnológicas y hoy sólo podemos percibir la obra de Jorge Juan en los fundamentos matemáticos y físicos que enunciara. A él se atribuye, por ejemplo, el uso de las líneas de agua para el proyecto de las formas de la carena, en lugar de las diagonales o vagras.

l ¿Es una figura histórica reconocida en España? ¿Y fuera?

–Ya en su tiempo lo reconocían como «el sabio español» las instituciones científicas de Londres, Berlín y París, a las que perteneció. Su «Examen Marítimo» fue alabado y traducido y sirvió de texto en Inglaterra y Francia. Fueron notables sus aportaciones en otros campos, como la minería o la red geodésica de España, y aún perduran otras como el Observatorio de Marina en San Fernando y los diques de carena en el arsenal de La Carraca. Pero, como es habitual en España, es más fácil ser famoso en otras artes que en la ciencia o en la ingeniería.